8 de junio 2017
¡Que alguien me explique!
Los Pinos: ¿sacudida?
En la residencia presidencial ya hay cambio de humor y de agenda. Hoy las prioridades en Los Pinos están ubicadas en dos metas
Por Ramón Alberto Garza
COMPARTE ESTA HISTORIA
Aunque la última palabra no está escrita sobre los ganadores de la elección de pasado 4 de junio, en la residencia presidencial ya hay cambio de humor y de agenda.
Salvado desde su óptica el escollo que podría significar perder el Estado de México, hoy las prioridades están ubicadas en dos metas.
Una, en pavimentar una salida decorosa del presidente Enrique Peña Nieto que cierre aunque sea parcialmente algunos de los expedientes, como el de la corrupción y la inseguridad.
Dos, en articular una sucesión presidencial lo mas tersa posible, sin sacudimientos mayores, aún si se diera la temida alternancia o acabara en una alternancia pactada.
Pero para que estos dos propósitos se concreten, lo primero que el inquilino de Los Pinos está obligado a hacer es un examen de conciencia sobre la efectividad de su gabinete en el ocaso del sexenio.
Preguntarse, por ejemplo, si fue un acierto o no el consolidar en la secretaría de Gobernación las funciones de la política interna de la nación y la estrategia de seguridad nacional.
Cuestionar si los relevos en la Secretaría de Desarrollo Social fueron lo efectivos que se necesitaban para apuntalar los programa sociales, o solo sirvieron para consolidar los negocios de unos cuantos.
Evaluar si después de los últimos resultados electorales, su partido está unido y competitivo, o si como se preveé emergerán diferencias que podrían anticipar una fractura rumbo al 2018.
Pero sobre todo el presidente Peña Nieto debe intentar imaginar si de verdad entre los miembros del gabinete existe el candidato presidencial que pueda enfrentar a quien hasta hoy se presenta como un muy adelantado Andrés Manuel López Obrador.
¿Se mantendrá Miguel Ángel Osorio Chong en Bucareli, o se le envía a Sedesol, al PRI o a buscar la senaduría para encabezar la bancada?
¿Sería Aurelio Nuño el relevo para una secretaría de Gobernación redefinida ya sin la seguridad nacional bajo su mando?
¿Si José Antonio Meade fuera el relevo en Banxico o lo mandan de candidato, quién sería cerraría las cuentas del sexenio en Hacienda? ¿José Antonio González Anaya?
¿A dónde se enviaría a Luis Miranda después de su pobre y frágil actuación en la secretaría de Desarrollo Social?
¿Podrá negociarse que el actual procurador Raúl Cervantes pre instale como el primer Fiscal independiente de la nación?
¿Si se confirma la victoria en el Estado de México, se irá el PRI con Enrique Ochoa hasta la asamblea nacional o más allá, o sucumbirá el presidente a la tentación de darle bastón del mando tricolor a un vulnerable Emilio Gamboa?
¿Se atreverá Peña Nieto a ir mas allá de los exgobernadores acusados de corrupción para someter a juicio al menos a un miembro o ex miembro de su gabinete?
Existen un sin fin de cuestionamientos indispensables para pavimentar la salida en el crucial sexto año que antecede al siempre crítico séptimo. Que voltee el presidente a verse en el espejo de sus antecesores.
Díaz Ordaz arrepentido de designar a un Echeverría, quien acabó traicionado por López Portillo, quien a su vez fue relegado por Miguel de la Madrid, quien acabó renegando de Carlos Salinas, quien fue traicionado por Ernesto Zedillo, quien solo se salvó por su habilidad para concretar la transición con Fox, quien acabó abiertamente confrontado con Calderón.
Por eso el presidente Peña Nieto debe ajustar cuentas ahora que puede, si no quiere que su sucesión termine por ser algo mas que otra traición en la casa presidencial o un descalabro que acabe por dibujarle un destino de pesadilla.
Más contenido de ¡Que alguien me explique!
El análisis de Ramón Alberto Garza sobre los temas más relevantes