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19 de agosto 2021

Opinión

#ConTaconesEntreLegos | Zombie: El Choque de las Civilizaciones

Con tacones entre legos

Estamos ante lo que alguna vez describió Samuel Huntington en El Choque de las Civilizaciones, una guerra entre culturas que dominará la política global… Y en un mundo de Zombies, como dice la canción de The Cranberries

Por Marcela Garza Barba

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Estamos ante lo que alguna vez describió Samuel Huntington en El Choque de las Civilizaciones, una guerra entre culturas que dominará la política global.

Y en un mundo de Zombies, como dice la canción de The Cranberries, porque cualquier estrategia bélica o no bélica se lleva de encuentro a miles de seres humanos inocentes, aunque se maquillen los objetivos políticamente hablando. 

No por nada la Guerra en Afganistán le costó a los Estados Unidos 300 millones de dólares por día, por 20 años.

¡Y es que, al parecer, el dinero y la vida en esta guerra entre culturas no valen nada!

Imágenes desgarradoras recorrieron el mundo en cuestión de segundos.

Miles de hombres, mujeres y niños abrazaron la esperanza en unas alas de avión.

Unos tantos esquivaron el peligro saltando sobre bardas de concreto con niños en brazos.

Mientras que unos descendieron en caída libre desde el avión en que intentaron huir y otros, se presume, perdieron la vida en el tren de aterrizaje del avión que partió de Kabul.

¡Inhumano!

Aunque digamos que este choque de culturas “no nos afecta tanto”, por estar geográficamente lejos.

Con el simple hecho de tratarse de seres humanos nos debería de afectar.

Pero al parecer, en este mundo vale más la política y salvarse a sí mismo, que al prójimo.

Tal cual la letra de la famosa canción de The Cranberries, Zombie.

“It’s not me, it’s not my family”

Y sí, también lo digo por los supuestos líderes involucrados.

Ashraf Ghani, el ex presidente de Afganistán, escapó del caos y dejó a sus gobernados a la deriva, mientras veía cómo el Talibán se adueñaba de su territorio y prostituía la libertad de los ciudadanos.

¡Vaya liderazgo!

Y el actual presidente de Estados Unidos, Joe Biden, quien sin una clara estrategia de cómo terminar una guerra de 20 años, tomó una decisión abrupta poniendo miles de vidas en peligro, incluidas las de sus compatriotas estadounidenses.

Ni los 300 millones de dólares por día, por 20 años, bastaron para pensar dos veces.

Digo, el propio secretario de Estado, Antony Blinken, admitió a CNN un error de cálculo en la estrategia de salida.

¡Grave pequeño error!

Un verdadero líder no es convenenciero.

¿O no?

Y sí, “Biden’s not the only one to blame”.

Ahí están George W. Bush, Barack Obama y Donald Trump, pero no estamos para politizar el asunto.

¿O sí?

Que si Bush y los neocons, que si Obama y su mala asesoría, que si Trump y su pacto Talibán.

El único que se llevará la medalla del caos suscitado será Joe Biden.

Después de todo, el punto final violento -a los ojos del mundo-, lo puso él.

Sus intentos de excusarse de nada servirán.

Sus intentos de justificarse con una mala herencia, tampoco.

Basta ver a la población más vulnerable y en riesgo.

Miles de mujeres y niños desprotegidos.

Un buen líder no los dejaría desamparados.

¡Nunca!

Según uno de los informes recientes de las Naciones Unidas, más mujeres y niños murieron y resultaron heridos en Afganistán en la primera mitad de 2021 que en los primeros seis meses de cualquier otro año, desde que comenzaron los registros en 2009.

¿Ahora, qué les espera?

Aunque el Talibán haya anunciado amnistía e invitado a las mujeres a su gobierno, se presume que al final, como quiera lo harán a su manera.

¡Bien por las afganas que ya levantaron la voz!

Mis respetos.

Porque poder más miedo y armas, combinación explosiva.

Digo, basta ver el primer acto de los insurgentes: vaciar las cárceles del territorio.

Se dice que en la ciudad de Kunduz, en donde el Talibán ya lleva una semana gobernando, la paz no existe… aunque sí la prometieron.

Reina el miedo, no solo en las calles, sino en las casas.

Lo que cree Estados Unidos es una cosa.

Lo que cree Afganistán es otra.

Y lo que cree el Talibán, también.

Blanco y negro.

Negro y blanco.

No cabe duda, que el choque de civilizaciones es el nuevo orden.

Y no hablo solamente de política exterior, sino de la política global.

¡Cuidado!

El fuego cruzado de los intereses económicos y políticos de unos cuantos terminó matando miles de inocentes.

No seamos zombies ante lo inhumano, porque el choque de las civilizaciones de 2021 apenas comienza.

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