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1 de mayo 2024

16 de febrero 2024

Opinión

#ConTaconesEntreLegos | Detrás del #NarcoPresidente

Con tacones entre legos

Detrás del #NarcoPresidente tal vez haya bots, pero también hay miles de mexicanos con un hartazgo por lo que a simple vista se ve

Por Marcela Garza Barba

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Que si son bots.

Que si la oposición gasta millones en una campaña en contra del presidente Andrés Manuel López Obrador y su pareja política, Claudia Sheinbaum.

Que si el hashtag está financiado por Estados Unidos o no.

Lo cierto es que, al presidente, le duele que el mexicano cuestione su mandato justo en la recta final, justo en época electoral y después de dar las gracias.

Imagínense, hasta habrá una nueva sección del “quién es quién de los bots”.

La realidad es que es época electoral y al presidente le importa más que hablen de su libro “¡Gracias!” y de los años maravillosos (que, por cierto, nadie vemos) de su gobierno que de un hashtag que no hace más que reflejar la realidad del México en el que hoy vivimos.

Detrás del #NarcoPresidente tal vez haya bots, pero también hay miles de mexicanos con un hartazgo por lo que a simple vista se ve.

Ahora resulta que todos debemos tener cuidado en cómo utilizamos los hashtags.

No te vayan a identificar con un bot que promueve #NarcoPresidente y entonces sí.

Pero nadie dice nada cuando los de Palacio utilizan sus granjas de bots para contrarrestar lo que dice la oposición, sobre la verdadera violencia que acecha a nuestro país, gracias a la fallida estrategia de AMLO.

¿O sí?

Ahí no hay con que “hagamos una sección en la mañanera de quién es quién en los bots”, porque seguramente saldrían uno que otro cuatroteísta.

La conversación no va por si son bots o no los que promueven #NarcoPresidente, #NarcoAMLO, #NarcoCandidata, #NarcoAMLO2, la conversación debe ir sobre los datos, que no mienten, sobre los homicidios, feminicidios, secuestros, despariciones, cobros de piso y las elecciones amañadas con el crimen organizado.

Lo de menos es que si es una campaña sucia o no como dice Mario Delgado, lo de más es que es una realidad, vivimos en un narco estado, en un país ingobernable.

Y eso, seguramente, es lo que más les molesta a AMLO y los suyos.  

Porque seamos realistas, ¿a cuál hashtag se sumarían más?

¿Al de #NarcoPresidente o al de #TodosConAMLO?

¡La gente ya despertó!

Aunque el presidente y los suyos quieran justificar el juego del crimen organizado con el Estado.

Y es que, ProPublica sólo nos vino a refrescar lo que ya sospechábamos antes, que eso de los “abrazos y no balazos” o tenía tintes de complicidad o de plano rebasa el liderazgo que tanto presume tener el presidente.

Se los dejo a ustedes.

Veamos.

Homicidios
De enero a junio de 2023 se registraron más de 15,000 homicidios, según datos del INEGI.

En cuatro años y medio del sexenio de AMLO se registraron más de 160,000 homicidios.

AMLO, en cuatro años, superó la cifra de homicidios de todo el sexenio del ex presidente Enrique Peña Nieto, en el que se reportaron 156 mil 437 homicidios.

Pero para el presidente estamos en la mejor época de nuestro país.

El INEGI también confirma que el gobierno de López Obrador es la gestión con mayor número de homicidios en México desde que se tiene registro.

Y no, no es cuestión de herencia, es cuestión de estrategia.

Según el indicedepazmexico.org, entre 2015 y 2021, el número de homicidios relacionados con el crimen organizado creció de alrededor de 8,000 a más de 23,500.

Los homicidios relacionados con delincuencia organizada aumentaron en un 190 por ciento durante dicho periodo.

Feminicidios
Un crimen que sigue al alza en nuestro país.

En el que las carpetas de investigación, en un 90 por ciento, siguen abiertas por negligencia o complicidad.

Según datos de Mexicanos Contra la Corrupción, en México la impunidad en los delitos de feminicidio es del 76 por ciento.

El 60 por ciento de los feminicidios son cometidos por el crimen organizado, según un reportaje de Expansión Política.

¿El criminal, por la libre, puede más que el gobierno actual?

Al parecer, sí.

Porque ni en las mañaneras se toca el tema ya.

Personas desparecidas y secuestros
Aunque AMLO insiste en maquillar los datos sobre personas desaparecidas y secuestros en nuestro país, la realidad ya lo alcanzó.

No por nada, la ex Comisionada Nacional de Búsqueda de Personas, Karla Quintana, renunció este pasado agosto.

Quintana ha dicho, en reiteradas ocasiones, que no está de acuerdo con el nuevo censo del gobierno federal con respecto a las desapariciones de personas en México.

De hecho, la última cifra que se maneja es la publicada justo antes de que renunciara Quintana.

El último dato que se manejó, antes de que renunciara Quintana, fue de 111 mil 042 personas desaparecidas.

La nueva cifra que manejaron en dicembre de 2023, en una mañanera, fue de 12 mil 377 personas, casos identificados y con carpeta de investigación.

¿Y los restantes 98 mil 665?

Nadie vio.

Nadie supo.

Debido a que el gobierno no registra debidamente los desaparecidos por día, organizaciones no gubernamentales se han dado a la tarea de hacerlo.

Según adondevanlosdesaparecidos.org desaparece una persona cada hora en el sexenio de AMLO.  

Hay un vínculo directo con el crimen organizado y las desapariciones forzadas.

El 2022 fue el año con mayor número de asesinatos de personas buscadoras.

Personas que buscan a sus seres queridos, porque el gobierno no hace nada.

Obispos que en tierra de nadie se reúnen con líderes criminales para pacificar los lugares en los que viven.

La impunidad reina, pero los otros “datos” y las dádivas de programas sociales mantienen la popularidad del presidente.

Tal vez fueron bots los que impulsaron el hashtag #NarcoPresidente, pero lo cierto es que los mexicanos se sumaron al trending topic por la realidad que vivimos en nuestro país.

Dejemos la conversación sobre bots a un lado y veamos con claridad lo que este gobierno ha hecho con México.

Lo que está realmente detrás del hashtag #NarcoPresidente.

Un país gobernado por el crimen organizado.

Ese, es el legado del presidente Andrés Manuel López Obrador.

Gracias a su fallida estrategia de “abrazos no balazos”.

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