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22 de diciembre 2023

Opinión

#ConTaconesEntreLegos | Hasta que te toque

Con tacones entre legos

No importa si es Salvatierra, Celaya, Lagos de Moreno, Zacatecas, Guadalajara, Veracruz, Ciudad de México, Quintana Roo o Monterrey. Un día despertarás y querrás hacer algo al respecto de este gobierno y dichas masacres. ¿O hasta que te toque?

Por Marcela Garza Barba

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¿Mejor voltear para otro lado, no?

Estamos a días de cerrar el año, la gente quiere hablar de cosas positivas.

Pero si eres mexicano o mexicana te debe de importar lo que nos carcome como país.

Esta brutal violencia que no tiene piedad, no importa si es un domingo familiar o una posada decembrina.

Una violencia que va al alza por la estrategia maquillada de abrazos, no balazos.

427, el número de masacres cometidas en México en 2023, según datos de la ONU.

Y es que, esta violencia, ya está normalizada.

Primero por las autoridades, luego por el ciudadano.

Nadie quiere hablar del tema.

¿Hasta que te toque?

Unos cuantos aún defienden al gobierno de la 4T.

¿Hasta que te toque?

Ayer fueron los desaparecidos de Lagos de Moreno.

Los asesinados en Celaya.

Hoy son los once jóvenes asesinados y catorce heridos en la ex hacienda de San José, en Salvatierra.

¿Y los culpables?

Y no hablo de detener a un presunto culpable y filmarlo hasta entrar a prisión para que los ciudadanos se tranquilicen y dejen de hablar del problema que acecha al país.

Si es el gobierno.

Si son los criminales.

Pero también tú como ciudadano que prefiere no tocar el tema, porque ya es mucha la violencia y no es momento de hablar de cosas dolorosas.

Hasta que te toque.

Me gustaría que estas palabras que predica AMLO sean dirigidas a los padres de los jóvenes asesinados y heridos recientemente en Salvatierra y en Celaya, y a los desaparecidos y asesinados en Lagos de Moreno, pero no, no lo son.

Estas palabras, AMLO las pronunció en pos del esclarecimiento de los hechos de los jóvenes desaparecidos y asesinados en Ayotzinapa en 2014.

Un caso mediático que el presidente tomó como bandera de su gobierno para reforzar su storytelling de polarización de nosotros y ellos (refiriéndose obviamente a los gobiernos del PRI y del PAN).

Un caso mediático que AMLO se colgó como medalla, aunque al final, la investigación terminó peor de como empezó.

Lo que más duele es ver cómo un líder de nación se toca el corazón con un suceso que no fue en su año de gobierno y que lo usa para reforzar su imagen presidencial, cuando su sexenio es el más violento de la historia, según datos de la Coparmex.

Cincuenta por ciento más homicidios que en el sexenio de Enrique Peña Nieto.

Según la organización Causa en Común, bajo el mandato del gobierno morenista, hay una masacre cada 19 horas.

Necesitaríamos varios minutos para asimilar dicha atrocidad.

Aunque no quieran hablar del tema, porque ya fue mucho, ahí está una violencia descarada y desmedida ante nuestros ojos.

Y es que, a López Obrador, le importa más el qué dirán de su obra insignia, el Tren Maya, que resolver lo que nos carcome como sociedad y que atenta con la vida del mexicano.

Desde que comenzó su mandato lo dejó claro con sus “abrazos, no balazos”.

Con aventar la bolita al tema sin fin de las drogas y los adolescentes.

Revictimizando a las víctimas desde el púlpito del poder.

Cada quien debe acatar su responsabilidad.

El gobierno local.

El gobierno estatal.

La fiscalía.

Pero el gobierno federal marca el tono y la pauta cuando algo de esta magnitud sucede.

Y AMLO, vaya que dicta el tono revictimizando y con oídos sordos en su mañanera.

Los ciudadanos, de espectadores.

Sumándose al tono del presidente.

¡Que dolor!

Digo, no es por irme hasta el otro lado del mundo, hacia otra cultura que lejos está de la nuestra, pero ahí está una Jacinda Ardern, por ejemplo.

Que cuando era mandataria de Nueva Zelanda salió casi a pedir perdón por lo sucedido en la masacre de Christchurch.

Sus palabras fueron sinceras, directas, y abrazó a los familiares de las víctimas, no a los criminales.

Sus palabras no quedaron en palabras.

Sino dieron con los responsables.

A los ciudadanos no les importaba de qué partido, de qué religión fueran, si tenían familiares entre las víctimas de Christchurch o no, se unieron masivamente en contra de la violencia desmedida, gracias al tono que marcó Jacinda desde el púlpito del poder.

Ya sé, es mucho pedir, nada tiene que ver AMLO con Jacinda, Nueva Zelanda con México, pero lo pongo de ejemplo porque en el fondo un liderazgo así no nos caería nada mal.

¡Nos urge!

Que no nos dejen solos como sociedad.

Que se trasmita empatía en lugar de división.

Que no se revictimice a la víctima y que se haga una justicia pronta y expedita.

En el caso de la posada en la ex hacienda de San José del Carmen Salvatierra fueron aproximadamente 195 los disparos.

Pero nadie escuchó solo las víctimas acorraladas.  

Además, aseguran que hubieron múltiples llamadas al 911 y la respuesta fue tardía.

Pasaron horas hasta que las autoridades llegaron al lugar de los hechos y, para cuando llegaron, ya había gente muerta y herida, y los culpables ya se habían ido.

Pero esto no es todo, para cerrar con broche de oro, la fiscalía lanzó dos versiones de los hechos.

Una, en la que contabilizaron 12 muertos y 11 heridos, esa era la del domingo.

Pero a primera hora del lunes, la cifra se cambió por 11 muertos y 14 heridos.

¿A qué están jugando las autoridades?

¿A qué está jugando el gobierno a nivel local, estatal y federal?

Cuando los familiares de los jóvenes asesinados, de entre 16 y 36 años, no hacen más que llorar y anhelar su regreso.

Digo a qué están jugando las autoridades, porque al parecer el motivo de los asesinatos es más importante que dar con los culpables.

Porque motivos nos sobran.

Y videos también.

Expertise en manejar las investigaciones de las masacres en redes sociales ya es un deporte.

En el caso de los desaparecidos de Lagos de Moreno hasta circuló un video de las atrocidades.

En el caso de Salvatierra, uno de momentos antes de los hechos.

Todos opinando.

Pero de las autoridades, nada.

Y de los culpables, menos.

El fiscal de región C de Salvatierra, Navigio Agustín Gallardo, dijo que las armas utilizadas en la masacre de Salvatierra habían sido usadas para otros hechos delictivos de la región.  

O sea, los asesinos, por la libre.

¿Complicidad o negligencia?

¿Negligencia o complicidad?

Cualquiera que esta sea, debemos exigir justicia y no quedarnos en la conversación del móvil de los ataques.

En el caso de Salvatierra, que si porque no eran invitados a la posada.

Es triste saber que ya nadie quiere hablar de lo que nos carcome como sociedad.

Y menos, hacer algo al respecto.

Seguiremos en el “no oigo, no oigo”.

No importa si es Salvatierra, Celaya, Lagos de Moreno, Zacatecas, Guadalajara, Veracruz, Ciudad de México, Quintana Roo o Monterrey.

Despertarás y querrás hacer algo al respecto de este gobierno y dichas masacres.

¿O hasta que te toque?

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