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31 de mayo 2019

Opinión

No te metas con mi… celular

Con tacones entre legos

#ConTaconesEntreLegos: Si piensas que te están poniendo el cuerno y quieres checar el celular de tu pareja piénsalo dos veces porque en #México ya es ilegal. Mientras que en países como #Europa las pruebas más contundentes en los divorcios son los mensajes por celular, aquí en México se decide proteger "la initmidad" de cada individuo. Ahora sí que la #SupremaCorte de la Nación promovió un fallo que falla.

Por Marcela Garza Barba

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Ahí está… la pantalla brillante del celular en el buró.

Aunque no suena (porque está en silencio) sabes que le acaba de llegar un “whatsapp” a tu esposo porque se abre una conversación.

Solo alcanzas a leer ‘así es’.

Y también ves una foto de reojo.

Identificas en el nombre una «R».

Dudas.

Quieres abrirlo.

Y puedes abrirlo… pues hace mucho que te dio su clave porque “hay confianza”.

Pero como dicen “el que busca encuentra”.

Como en su momento encontró Paola Rojas, la conductora de Al Aire con Paola cuando descubrió conversaciones de su entonces esposo Luis Roberto Alves Zague antes de que se volviera viral el famoso video erótico en donde muestra sus partes íntimas.

Y es que según un familiar de Rojas, quien comentó a la revista TvNotas, se dio cuenta de sus amoríos un tiempo antes de que saliera el video “primero, por intuición, por las constantes llegadas tarde, llamadas y mensajes misteriosos, excusas absurdas…”.

Y es que esos mensajes que encontró Paola hace un año ya y que después la conductora de ESPN Paulina García hiciera su caso de sexting con Zague viral, le sirvió como prueba a Paola para respaldar su divorcio y la manutención de casi 150 mil pesos, más gastos para la educación de sus dos hijos.

En estos tiempos más allá de la intuición de la mujer (que casi nunca se equivoca), las pruebas digitales de amoríos son más frecuentes.

En Italia por ejemplo, el 40 por ciento de los divorcios por causa de adulterio tienen origen en los mensajes de Whatsapp según la Asociación Italiana de Abogados Maritales.

Pero aunque en países como Europa y Estados Unidos los mensajes de texto y correos electrónicos se han vuelto las pruebas más contundentes en los divorcios, aquí en México, a partir de esta semana es ilegal.

Sí, escuchaste bien. Ilegal.

No puedes meterte a las conversaciones de tu pareja en su celular o correo electrónico….ni siquiera en Facebook o cualquier red social.

En otras palabras, Rojas no hubiera podido revisar esos “mensajes misteriosos” y alertarse de que algo andaba mal en su matrimonio mucho antes que el video se hiciera viral.

Y es que la Suprema Corte de Justicia de la Nación aprobó un fallo que dice que ninguna persona tiene derecho a revisar correos electrónicos, conversaciones en el celular o redes sociales sin la autorización de la persona dueña de dichas conversaciones.

«Para salvaguardar el derecho a la inviolabilidad de las comunicaciones privadas, se determinó que está prohibido grabar, almacenar, leer o registrar, sin el consentimiento de los interlocutores, una comunicación ajena», según explicó la Suprema Corte en un comunicado oficial.

La decisión se resume a que una mujer demandó a su marido por haberse metido a sus correos electrónicos y así encontrarle una supuesta infidelidad.

Gran revelación.

Grandes pruebas para disolver un matrimonio que se jura estar en “las buenas y en las malas”.

Pero las pruebas en este caso fueron desechadas y de ahí la protección a la intimidad de cada persona según la Suprema Corte.

Está claro. En México nos estamos olvidando de algo.

Que vivimos en otros tiempos. En donde la pareja se comunica de otro modo. En donde la vida (lamentablemente o no) se vive más digital que presencial.

Los supuestos “affairs” ya no son a escondidas en un lugar donde nadie te conoce. Los “affairs” son en el celular haciendo sexting.

Y si la Suprema Corte dictó este fallo, lo que falla aquí es que nadie podrá tener las pruebas más contundentes en sus manos… así que todos, casados o no, son libres de sextear sin miedo a que los cachen.

Para mí, este fallo, falla.

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