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2 de marzo 2018

Economía

Se quieren «manchar»

En la mesa hay dos quesos que tienen el mismo nombre pero no el mismo gusto. Esa homonimia está en el centro de las discusiones de los negociadores comerciales

Por Lourdes González

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La versión mexicana del queso tipo manchego que se derrite en las quesadillas adoptaría otro nombre si prospera la queja de la Unión Europea de que no es de la región de La Mancha, de España; sin embargo ese lácteo se introdujo a nuestro país desde allá y es reconocido en nuestra gastronomía.

La disputa se está ventilando en las rondas de negociación para modernizar el tratado de libre comercio de México y la Unión Europea que se firmó en el año 2000; en las pláticas se busca actualizar productos que tienen reputación por su lugar de origen, siendo el caso del queso manchego.  

Ya se han celebrado nueve rondas de conversaciones pero no se logra destrabar el tema porque del lado mexicano argumentan que se elabora con leche de vaca, es cremoso, se derrite en tortillas y por lo general no se añeja; mientras que el ingrediente del europeo es leche de oveja, con una consistencia dura, de gusto prolongado, y debe tener una maduración de un mes hasta un año.

En caso que ganen los europeos entonces cuando un mexicano busque queso manchego producido en México en los anaqueles tal vez lo encuentre pero con otro nombre. En la discusión se incluyen otros lácteos como el parmesano italiano y el feta griego.

El manchego mexicano representa cerca del 15 por ciento del mercado de quesos nacional, por eso los productores se oponen a la medida, ya que no se trata de salvar el orgullo, sino el dinero.

Cerca del 97 por ciento del manchego que se consume en México es la versión nacional, de acuerdo a estimaciones de la Cámara Nacional de Industriales de la Leche (Canilec); además, el producto se exporta a Estados Unidos, que es el mercado más grande de lácteos del mundo.   

En un mercado se puede encontrar una gran variedad de quesos mexicanos, incluido la versión popular del manchego, cuyo nombre resulta de la adaptación de la palabra “manchego”, que significa original de la región de La Mancha, y que da nombre al queso más famoso de España.

Según el sitio oficial de la Fundación Consejo Regulador de la Denominación de Origen Queso Manchego, no cualquier oveja da la leche que contiene el manchego porque se trata de la llamada Ovis Aries Ligeriensis, mejor conocida como oveja manchega que al llegar a La Mancha, “se convirtió en una raza de carácter sedentario y fiel a la tierra que la adoptaría para siempre”.

La Unión Europea está decidida a terminar con esta práctica, que limita la entrada de productos con denominación de origen, es decir, hace que el nombre de estos quesos no se diferencie como debiera frente a los productos mexicanos que usan el mismo nombre, en los estantes de supermercado.

De esa forma, la querella por el queso manchego se está convirtiendo en una incómoda piedra en el zapato en la actualización del acuerdo comercial que triplicó el flujo comercial entre 1999 y 2015, al pasar de 18.5 mil millones de dólares a 62 mil millones de dólares.

También está en juego que la Unión Europea ha sido históricamente el segundo mercado de nuestras exportaciones y el segundo mayor inversionista en México. En 2016, México exportó 19,364 millones de dólares a 28 naciones miembros de la Unión Europea. Entre 1999 y marzo de 2017, la inversión extranjera directa acumulada proveniente de este bloque ascendió a 172.5 mil millones de dólares, es decir un 36.4 por ciento del total recibido por México, de acuerdo a la Secretaría de Economía.

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