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24 de enero 2020

Opinión

#Maciel y #Raniere: El juicio final

Con tacones entre legos

Se dice que al final de nuestros días habrá un juicio final. Un juicio en el que se separará a los justos de los pecadores y en dónde se pagarán los abusos, las injusticias, manipulaciones y las monstruosidades cometidos por unos tantos aquí en la tierra.

Por Marcela Garza Barba

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Un juicio en el que se separará a los justos de los pecadores y en dónde se pagarán los abusos, las injusticias, manipulaciones y las monstruosidades cometidos por unos tantos aquí en la tierra.

Entre esos tantos pecadores seguramente estarán Marcial Maciel y sus “macielistas”, quienes por años cometieron y encubrieron un sin fin de abusos sexuales a menores y unos tantos actos ilícitos.

Y Keith Raniere y sus cómplices autollamados “espians” o “nxvians”, quienes igualmente cometieron dichas atrocidades.

Han pasado años sin que se haga justicia, sin que se castigue a estos criminales.

Pero más allá de esperar a que la autoridad actúe, ya sea El Vaticano, el gobierno mexicano o estadounidense, el grito de auxilio de las víctimas hoy en 2020 pone a estos dos abusadores y psicópatas más sus cómplices en un juicio final inaudito.

Un juicio en donde sus reinos se van derrumbando poco a poco pues las voces de las víctimas arden en llamas.

Como hoy arde en llamas la voz de Ana Lucía Salazar, una de las víctimas de los “macielistas”, quien habla sin filtro para Con Tacones entre Legos.

“El Papa debe dar la cara a las víctimas de México y el mundo. La justicia no es un favor, es un deber”

Bienvenidos al juicio final de Maciel y Raniere.

En el reino de Maciel y Raniere no hay Dios, ellos son la deidad.

Porque a pesar de los crímenes que cometieron durante años, Maciel desde los 40 y Raniere desde los 90, entre ellos abusar sexualmente de menores, nadie vio, ni escuchó, ni dijo nada.

El silencio reinó y ellos caminaron sobre todas las cosas.

Maciel y sus “macielistas”, como el aun legionario Fernando Martínez, fueron y siguen siendo intocables, pues hoy aunque El Vaticano se escude en haberle quitado a Martínez el estado clerical, aún sigue siendo legionario.

Sí… sigue en la Legión y los Legionarios siguen teniendo el mismo poder dentro de El Vaticano, pese a las investigaciones por abusos sexuales no solo de Maciel sino de otros tantos.

Pero ¿qué más tienen que investigar?

Las víctimas gritan auxilio, pero El Vaticano y el gobierno siguen navegando con la bandera de “perdón” o de “tenemos que seguir indagando”.

Pero un “perdón” y una penitencia no es suficiente para Ana Lucía quién fue violada por Martínez a los 8 años, de 1991 a 1992.

Un año, que dice con voz entrecortada “la cambió para siempre”, pues todos los días al entrar al salón de clases temía por su vida, pues no sabía si otra vez la prefecta de disciplina, Aurora Morales, la llevaría a la oficina de Martínez o a la capilla para que abusara de ella.

“Aurora Morales, maestra de moral y prefecta de disciplina era cómplice de Fernando Martínez y hoy es prófuga de la justicia”.

Y aunque una amiga de Ana Lucía levantó la voz y le platicó lo sucedido a Morales, ella le dijo que se callara, que mejor no dijera nada.

Así pasaron los meses.

Hasta diciembre de 1992, cuando Ana Lucía ya no pudo más y le contó a sus padres el crimen del padre Martínez.

Pero los padres de Ana Lucía también fueron silenciados por un “tenemos que entender que Martínez es un hombre”, del padre Eloy Bedia, quien en 1992 era director territorial de la legión y que hasta hace unos días emitió un comunicado en donde se exculpa de encubrir los supuestos abusos de Fernando Martínez, pero sin embargo pide dispensa del Capítulo General de la Congregación que se celebra en Roma este mes de enero.

¿Tendrá mucho que meditar?

Pero es que en el juicio final todo es muy confuso.

La mayoría creen no ser pecadores y se arrastran hacia el lado de los buenos a como dé lugar.

Como Raniere, cuando se trató de arrastrar hacia el lado del bien al decirle a sus “nxvians” que “lo que es abuso en una área no es abuso en otra, refiriéndose al abuso sexual en distintos países. Algunos niños están perfectamente bien con la ‘experiencia’, hablando de una experiencia sexual”.

Exculpándose de sus culpas…¿En serio?

Pues sí…unos tantos se la creyeron, entre ellas Nancy Salzman y Clare Bronfman, quienes le entregaron a Raniere a niñas menores de edad para posteriormente abusar de ellas.

Una de ellas, Camila, una mexicana de tan solo 15 años, quien fue de las primeras esclavas sexuales del fundador de NXVIM, junto a sus otras dos hermanas, Daniela y Mariana.

El pasado mes de mayo, en el juicio de Raniere y sus cómplices en Nueva York, se dieron a conocer varios mensajes de texto entre la adolescente y el fundador de NXVIM.

“Nada más tengo una opción. En verdad creo que me vas a cazar y vas a hacer de mi vida un infierno si no escojo lo que quieres”, le decía Camila.

A lo cual Raniere le contestó:
“Te puedo ver alrededor de las 9:30, para tener sexo, por una razón. No debes de ser orgullosa y amorosamente debes satisfacerme. Vamos a ver si puedes”.

Y sí que pudo Camila, pero testificar para refundirlo tras las rejas, pues su testimonio fue crucial para los jueces.

Como otros testimonies como el de “Sylvie”, quien relató ante la corte hundida en lágrimas su encuentro sexual no deseado con Raniere: “Me sentí avergonzada”.

Vaya “bien” que hizo Raniere quien alguna vez dijo: “tu único y más alto deseo debe ser promover a tu maestro de quien provienen todas las cosas buenas”.

Cosas buenas en su reino se refieren a esclavizar, tatuar, lavar dinero, abusar sexualmente de menores y hasta hacer uno que otro “porn film”.

“No importa cuál sea el orden, importa que obedezcas. No importa que entiendas el mandato, importa que obedezcas”.

A diferencia de Maciel y los legionarios, Raniere y sus “nxvians” sí enfrentan un juicio aquí en la tierra.

Juicio que aún sigue abierto, pues lo volvieron a posponer este pasado 17 de enero, y cada vez se suman más víctimas a la lista pues podrán hablar todas bajo anonimato.

Lo cierto es que el silencio ya no reina en estos imperios.

Sino que las voces de las víctimas abusadas por Maciel y sus “macielistas” y Raniere y sus “nxvians” están haciendo el juicio final aquí mismo en la tierra.

No hay por qué esperar a que se haga justicia divina ni que las autoridades decidan actuar en pos del bien, pues claro está que le dan mil y un vueltas para reprender a los culpables.

Pero que no se nos olvide una cosa, todo se paga en esta vida y en el más allá.

Y si una vez construiste un reino sobre cimientos malos, como lo hicieron Maciel y Raniere, lo más seguro es que se derrumbe ante las llamas de la voz del bien.

Porque como dice Ana Lucía: “se metieron con la niña equivocada”.

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