¿Cuánto falta para la elección?

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13 de octubre 2021

¡Que alguien me explique!

Monreal, el rebelde

Para los morenistas tradicionales, los que no se atreven jamás a contradecir al presidente López Obrador, las “contras” del senador Monreal son una afrenta que lesionan a quien consideran el jefe supremo del partido

Por Ramón Alberto Garza

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Desde que arrancó su gobierno, el presidente Andrés Manuel López Obrador fue cuidadoso de no buscar -al menos públicamente- el control de Morena, el partido que lo llevó al poder.

Cualquier diferendo que existía, fuera entre Yeidckol Polevnsky, Alfonso Ramírez Cuéllar o Mario Delgado, la respuesta presidencial siempre fue la misma: “yo no me meto en las cosas del partido”.

Por eso llama la atención que, por primera vez desde que llegó a Palacio Nacional, el mandatario salga a fijar postura de que no permitirá una elección abierta para que Morena elija a su candidato presidencial del 2024. Y defiende esa postura de que la encuesta es el mejor camino.

El conflicto en la definición de la mecánica para elegir a quien podría ser el sucesor de López Obrador tiene nombre y apellido: se llama Ricardo Monreal.

El actual coordinador del rebaño de Morena en el Senado tiene meses buscando su propio espacio desde la izquierda para que se le considere con seriedad -al lado de Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard- como uno de los punteros  para la carrera presidencial.

Pero hasta ahora, el presidente López Obrador se resiste a nombrarlo como un serio aspirante.

Está claro que, por ello, el senador Monreal no tiene empacho en dejar en claro que él es socio en el proyecto político del presidente López Obrador, pero no deja de poner sobre la mesa que él no es subordinado de nadie. Incluyendo al presidente.

Los jaloneos entre el inquilino de Palacio Nacional y el jefe morenista en la Cámara Alta subieron de tono, después de las elecciones del pasado mes de junio, en las que Morena perdió la mitad de las alcaldías de la Ciudad de México.

No faltó quien acusara recibo de que, la contra que patrocinó desde adentro de Morena el descalabro en la ciudad gobernada por Claudia Sheinbaum -la favorita del presidente- vino de un “fuego amigo”, presuntamente patrocinado por el  senador Ricardo Monreal, quien fuera jefe de la Delegación Cuauhtémoc, arrebatada en junio a Morena por Acción Nacional.

Desde entonces, los forcejeos entre el presidente López Obrador y el senador Monreal van subiendo de tono, al grado de que está claro que el legislador morenista está pintando cada día más clara su raya con la casa presidencial.

En una entrevista del pasado primero de octubre, con el diario español El País, Monreal abordó el Pacto de Bucareli, una fotografía que intentó mostrar civilidad política frente a los rumores, y en la que también participaron Claudia Sheinbaum y el Secretario de Gobernación, Adán Augusto López, en su calidad de amigable componedor.

El senador Monreal dijo en esa entrevista que las diferencias entre Sheinbaum y él obedecían a la falta de un procedimiento transparente para la elección del candidato presidencial.

Admitió que la lucha por la sucesión presidencial se abrió de manera anticipada y fue muy contundente al decir que es una especie de socio de un proyecto de nación con el presidente López Obrador, pero nunca un subordinado incondicional.

A esta entrevista le vino días después una contrapropuesta. El senador Monreal declaró que la definición del candidato presidencial de Morena se debía de dar mediante elección interna.

Fue entonces que el presidente López Obrador dejó su eternal y pública “imparcialidad partidista” e insistió en su conferencia Mañanera que la única ruta para la selección del candidato 2024 sería la de una encuesta.

La reacción del senador Monreal no se dejó esperar. Y reiteró -contra lo dicho por el inquilino de Palacio Nacional- que el mejor método es la consulta, la elección entre la militancia.

Un curioso e inmediato deslinde del mandatario, de quien ya fue regidor de Fresnillo, gobernador de Zacatecas -hoy gobernada por su hermano David-, tres veces Diputado Federal, jefe delegacional de la Cuauhtémoc y dos veces Senador, una por el PRD y otra por el PT.

Una respuesta con interpretación clara para quien políticamente arrancó su carrera militando en el PRI, pasó al PRD, se fue al PT y ahora es el pastor del rebaño morenista en el Senado.

Para los morenistas tradicionales, los que no se atreven jamás a contradecir al presidente López Obrador, las “contras” del senador Ricardo Monreal son una afrenta que lesionan a quien consideran el jefe supremo del partido.

Pero sin duda es una postura definitiva del senador Monreal, quien deja en claro que, con o sin el inquilino de Palacio Nacional, -y con o sin Morena- él está empeñado en que su nombre se incluya en la boleta presidencial del 2024.

Y si el senador Monreal ya se definió como el rebelde de Morena, ¿estará ya sentado en la mesa negociando alternativas con Movimiento Ciudadano o con el Partido Verde?

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