¿Cuánto falta para la elección?

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29 de abril 2019

Opinión

Los Creepy Joes

Con tacones entre legos

Algunas mujeres se han sentido ensuciadas por el juego de la política, en donde no existen límites y en donde se sienten (y son) intocables unos cuantos. Como hasta hoy han sido intocables el actual presidente de Estados Unidos, Donald Trump y su contrincante demócrata para la elección presidencial 2020, Joe Biden

Por Marcela Garza Barba

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Un abrazo caluroso, un beso “discreto” en la espalda, una mano en el muslo.

Para unas, estos actos no significan nada; pero para otras, significan que se ha cruzado una raya.

Se sienten incómodas, sucias.

Ensuciadas del juego sucio de la política, en donde no existen límites y en donde se sienten (y son) intocables unos cuantos… o se puede decir que muchos.

Como hasta hoy han sido intocables el actual presidente de Estados Unidos, Donald Trump y su contrincante demócrata para la elección presidencial 2020, Joe Biden.

Que aunque varias mujeres han dado su testimonio para el New York Times y Washington Post acerca de los supuestos abusos cometidos por ambos, no se hace nada al respecto.

Al contrario, se ensucian más.

Y aunque en 2005 escuchamos la grabación del entonces candidato republicano Donald Trump acerca de cómo se insinuaba a una mujer casada: “Sí traté de acostarme con ella. Estaba casada. Hoy a las mujeres las puedes agarrar de…”.

No importó. No se hizo nada. Tan así que hoy se sienta en la silla presidencial del país vecino.

Así como no importó que en días pasados siete mujeres hayan relatado los abusos cometidos por el ahora contrincante demócrata para la Elección Presidencial 2020, Joe Biden mejor conocido como Creepy Uncle Joe (apodo puesto por los mismos republicanos que defienden a Trump).

Sucio. Sucio juego.

Y aunque algunos dicen que dichas acusaciones son parte de los famosos “dirty politics” lo cierto es que ambos en su momento han tenido que salir a pedir una disculpa pública.

“No soy una persona perfecta. Ya lo dije. Me equivoqué. Estuve mal”

Esas fueron las palabras de Trump en 2016 cuando salió a disculparse por el audio que salió a la luz en 2005 de Access Hollywood sobre cómo se insinuaba a las mujeres, especialmente las casadas.

Y a partir de ahí una interminable fila de mujeres hablando de los excesos cometidos por Trump, entre ellas Alva Johnson quien dijo que tuvo que alejarse de la cara de Trump porque intentó besarla en los labios.

En su momento Johnson admitió haberse sentido violentada pues no lo esperaba ni lo consentía. “Aun siento sus labios acercándose a mi cara”, admitió al Washington Post.

Mismo periódico que reunió acusaciones en contra del demócrata Biden, quien hasta hace unos días publicó un video en su cuenta de Twitter en donde habla de dichas acusaciones y aunque no menciona una disculpa pública se deja entre ver que lo hace.

“Las normas sociales han cambiado y los límites del espacio personal se han reiniciado. Y lo entiendo. Escucho lo que dicen. Seré más consciente, esa es mi responsabilidad”

Y claro que lo es, pues hoy cuenta con siete acusaciones en su contra. Entre ellas la de Lucy Flores, ex candidata teniente gobernadora de Nevada quien dice recordar cuando Biden olió su pelo y la beso lentamente por la espalda.

Veas por donde lo veas la suciedad salpica, pero la ceguera por este lodo político es lo que nos hace daño como sociedad.

Porque permitimos, porque nos hacemos de la vista gorda.

Porque no importa si era un beso con otra intención. Porque no importa si “es parte de ser político” como ha dicho Biden. La democracia en México, Estados Unidos o cualquier otra parte del mundo empieza con el respeto y en esto no hay respeto.

Así como dijo algún día la feminista Gloria Steinem ´´Salirse de esto es simple. Nuestros cuerpos y nuestras voces pertenecen a nosotros, ese debe ser el primer paso hacia la democracia. Simplemente pregunta antes de abrazar.´´

¿O no, Creepy Joes?

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