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6 de marzo 2020

Seguridad

Las madres del Solecito que encontraron la ‘narcofosa’ más grande de México

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Un 24 de diciembre del 2011 el hijo de Rosalía desapareció. Ella lo sigue buscando hasta por debajo de la tierra. Aún no lo ha encontrado, pero lo que ella y otras madres del colectivo Solecito sí encontraron fue la fosa clandestina más grande de México.

Por Teresa Liaño

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Es una casa modesta. Al entrar en una esquina de la cochera se apilan las palas, martillos y varillas de más de dos metros de alto. Con estas herramientas las madres del Colectivo Solecito de Veracruz buscan a sus hijos desaparecidos. Ellas solo quieren encontrarlos, aunque sea debajo de la tierra.

Son unas 250 mujeres, juntas lograron lo que el gobierno no pudo: encontraron la fosa clandestina más grande de México. De ahí exhumaron 299 cuerpos. Sacaron del olvido a 299 personas que fueron borradas del mapa. Pero para ellas, lo que encontraron fue un tesoro.

Para las madres del solecito las narcofosas, esos lugares de terror, de tortura, de dolor y tristeza son una esperanza. Eso nos contó Rosalía Castro Toss, representante del Colectivo, “nadie quiere encontrar a su hijo en un lugar de esos, pero nuestra realidad nos dice otra cosa”.

Para Rosalía su vida cambió el 24 de diciembre del 2011. Aquella noche de navidad a su hijo y a su novia los desaparecieron. Ellos iban en la carretera, salieron del Puerto de Veracruz rumbo a Huatusco… pero nunca llegaron. Para Rosalía aquella ‘noche de paz’ se convirtió en el inicio de un camino amargo y doloroso.

Desde ese día su vida cambió, Rosalía dejó su profesión como odontóloga… “me convertí en buscadora de mi hijo”. 

La búsqueda de Rosalía y del Colectivo ha sido intensa, pero hace años un dibujo sobre una hoja de papel lo cambió todo. 

El mapa del tesoro

Fue un 10 de mayo del 2016. Ese día estaban reunidas en el tranvía del recuerdo del Puerto de Veracruz para levantar la voz por sus hijos desaparecidos. Algunas de ellas repartían copias con el texto de una oración que iban a leer en coro. De repente personas ajenas al grupo se infiltraron en la manifestación y comenzaron a entregar otras hojas.

Los sujetos misteriosos se fueron antes de que Rosalía y las otras madres se dieran cuenta de lo que estaba pasando. En esas hojas anónimas estaba dibujado un mapa con las instrucciones para llegar a una fosa clandestina, en donde se presume estaban enterrados unos 500 cuerpos. 

Este croquis marcó un antes y un después para el Colectivo.

Al lugar donde se ubica el cementerio ilegal se le conoce como Colinas de Santa Fé. Es un fraccionamiento a las afueras del Puerto de Veracruz que colinda con extensos terrenos baldíos, pero en donde, hasta ese momento, vivían decenas de familias. 

Rosalía fue la encargada de llevar el mapa a quien era el Fiscal General del Estado, Luis Ángel Bravo Contreras, pero solo recibió negativas. En Veracruz, corría el gobierno de Javier Duarte y no quería que salieran fosas. 

Pero además, el ex fiscal le aseguró que ese predio ya había sido explorado por la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO), a lo que Rosalía le respondió: “pues sí señor, con más razón, sí ya lo exploró la SEIDO entonces a lo mejor ni encontramos nada”.

Actualmente Luis Ángel Bravo se encuentra en medio de una investigación judicial con cargos de desaparición forzada de personas. En noviembre de este mismo año, le retiraron las medidas cautelares de prisión domiciliaria e incomunicación parcial; ahora lleva su proceso en libertad.

“Si ya lo exploraron a lo mejor ni encontramos nada”

Rosalía se equivocó, porque lo que encontraron fue el cementerio clandestino más grande de México, y tal vez de Latinoamérica. El 8 de agosto del 2016 dieron con la primera fosa y a partir de allí siguieron y siguieron hasta la número 151, que fue la última que encontraron el 12 de diciembre del 2018. 

En ese lugar las madres del Solecito y sus brigadas de búsqueda encontraron 299 cuerpos. También hallaron 4 cuerpos sin cabeza y unos 30 mil fragmentos entre huesos cortos y largos. “Nosotras podemos estar seguras, casi un 99% que ahí no se quedó nadie. Se hizo un trabajo muy exhaustivo”.

Lo que las madres del solecito destaparon es solo una parte de la tumba sobre la que México está parado. Del 2016 hasta el 14 de agosto de 2019 se habían encontrado 3 mil 024 fosas clandestinas en territorio nacional. Pero cuando hablamos de personas desaparecidas, las cifras no son tan exactas porque la Comisión Nacional de Búsqueda refiere que son más de 40,000.

De todo esto, los gobiernos están enterados pero no hacen nada. Las madres del Solecito están exhaustas de pedirles que hagan su trabajo, ahora la responsabilidad de buscar recae en ellas, porque saben que las autoridades no lo van a hacer.

Pero la incompetencia institucional no es solo en cuanto a la búsqueda, y es que de los 299 cuerpos exhumados solo a un poco más de 30 pudieron identificarlos. Todos los demás continúan anónimos. Y el problema está en las bases de datos.

Resulta que cuando el Ministerio Público levanta una denuncia por desaparición es obligatorio integrar un registro de ADN en el expediente. Pero Rosalía asegura que eso no se está haciendo, la mayoría de las carpetas no lo tienen. Existen denuncias de hace más de 4 años a las que se les tomó el ADN pero nunca lo procesaron, por lo tanto si la encuentran nunca la van a poder identificar.

“De qué sirve que sigamos encontrando y encontrando, ¿con qué lo van a comparar? Si no procesaron los ADN”.

Buscar hasta el final

Para el Colectivo lo que sigue es continuar buscando. El de Colinas de Santa Fé no es el único mapa, siguen recibiendo otros. Cada uno de esos papeles rayados a mano les regala una nueva esperanza de encontrar a sus tesoros. 

El nuevo mapa las lleva a los predios aledaños a una carretera que conecta con la ciudad. Se presume que hay 500 cuerpos. Y aunque dicen que les dieron mal las coordenadas, Rosalía y las otras madres del Colectivo confían en encontrar nuevos tesoros

“Es una labor demasiado fuerte, dura triste pero si no lo hacemos nosotros nadie lo va a hacer, las autoridades no saben buscar”, termina Rosalía.

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