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29 de mayo 2020

Economía

La recaudación fiscal colapsó 15.3 por ciento en abril

La administración de Andrés Manuel López Obrador esperaba obtener recursos por 299 mil millones de pesos. Sin embargo, solo recaudó 273 mil millones de pesos.

Por Rodrigo Carbajal

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La recaudación tributaria del gobierno federal cayó 15.3 por ciento en abril en relación al mismo mes del año anterior, de acuerdo al más reciente Informe de Finanzas Públicas de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público. La administración de Andrés Manuel López Obrador esperaba obtener recursos en este periodo por 299 mil millones de pesos. Sin embargo, solo recaudó 273 mil millones de pesos.

Alrededor del 70 por ciento de la diferencia se explica por la baja en los ingresos tributarios obtenidos por el impuesto sobre la renta. Es decir, es resultado del deterioro de la actividad económica en el 2020. La debacle de los ingresos petroleros, que presentó una caída de 14.8 por ciento para este periodo, agravó la coyuntura.

Jonathan Heath, subgobernador de Banco de México, dijo, a título personal, que pronostica “cifras brutales” para la recaudación de mayo y junio. Argumenta que el dato de abril no refleja la magnitud del colapso de las finanzas públicas porque se reflejan los pagos de las empresas y personas físicas del año anterior.

“La recaudación refleja la actividad económica con un rezago de dos meses. Lo que pagan las empresas en abril fue resultado de los estados financieros que prepararon en marzo sobre cómo les fue en febrero. Si quieren resultados escalofriantes, paciencia, les aseguro que vienen”, publicó Heath en su cuenta de Twitter.

El dato de la recaudación tributaria subraya la fragilidad estructural de las finanzas públicas. Esta semana, José Ángel Gurría, ex secretario de Hacienda y secretario general de la OCDE, hizo énfasis en esta restricción: “No siempre se tiene la conciencia de que en México tenemos un Estado pequeño, chiquito, porque tenemos pocos recursos para financiarlo. Si no queremos aumentar la deuda pública, (porque) somos responsables fiscalmente, pues entonces nos tenemos que mantener con un gasto público que sea de alrededor de la cantidad que recibimos para no tener muchos déficits y nos condenamos a tener un Estado pequeño”, dijo.

La política económica de la administración de Andrés Manuel López Obrador se ha empeñado en hacerlo todavía más pequeño. El gobierno ha recortado segmentos importantes de la burocracia federal y está en proceso de liquidar los fideicomisos públicos. Esta medida quedó de relieve en el Informe de Finanzas Públicas de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público: los ingresos no tributarios crecieron 109 por ciento en abril en relación al mismo mes de 2019. Se trata de un aumento de una sola ocasión.

La caída en la recaudación fiscal ha generado preocupación en la comunidad empresarial sobre la capacidad de reacción del gobierno federal a la que será la peor recesión en una generación. Banco de México contempla un escenario en el que el Producto Interno Bruto se contraerá 8.8 por ciento este año.

El Consejo Coordinador Empresarial sugirió a la adminsitración de Andrés Manuel López Obrador incrementar el déficit fiscal a un nivel de 5 por ciento del PIB, con la finalidad de financiar una expansión en el gasto público que estimule la actividad económica y evite una crisis de liquidez en el sector formal. La tesis de la organización que preside Carlos Salazar Lomelín es que eśta en el mejor interés del gobierno hacer esto, ya que evitaría un aumento aún más grave de la relación deuda pública-PIB (por la contracción de la economía) y mantendría a flote la base recaudatoria del sector formal.

A pesar de ello, el gobierno ha insistido en una política de austeridad. Joel Virgen, economista en jefe para México de BNP Paribás, estima que el esfuerzo contracíclico de la administración de López Obrador apenas representa 0.6 por ciento del PIB, una fracción del paquete de rescate que han implementado otras economías emergentes.

Juan Carlos Moreno Brid, economista de la UNAM y ex jefe de análisis de la CEPAL, refiere que el programa económico del gobierno federal “es irresponsable y prolonga la recesión”. Agrega que insistir en el equilibrio presupuestario ante el choque adverso más extraordinario que ha sufrido el mundo va brutalmente contra los pobres y es la medicina incorrecta.

La Secretaría de Hacienda y Crédito Público está consciente de su fragilidad. El estado de alarma quedó de relieve en la política de negociación de adeudos fiscales del SAT con los grandes corporativos mexicanos. El lunes, Walmart de México anunció un acuerdo para liquidar compromisos fiscales por 8,079 millones de pesos. El viernes, FEMSA anunció una operación similar, por 8,790 millones de pesos.

“El desplome de la recaudación es una realidad. En este momento el endeudamiento no e suma opción, es obligado. Ya aumentó 5 por ciento del PIB. Si el gobierno tuviera una perspectiva más estratégica del uso que puede darle al endeudamiento, podría controlar mejor esta recesión”, publicó en su cuenta de Twitter Mariana Campos, analista de finanzas públicas en la organización México Evalúa.

“El Ejecutivo Federal tiene amplias facultades par amover el presupuesto, pero si hay una ocasión en la que es necesario volver a la Cámara de Diputados es precisamente cuando hay una contingencia que ocasiona una caída en la recaudación de más de 3 por ciento”, agregó. En este caso, la baja de 15.3 por ciento. Y el consenso de analistas coincide en que viene lo peor.

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