30 de abril 2025
¡Que alguien me explique!
El “otro Carmona” muere en tragedia
El transportista tamaulipeco Ángel Arnoldo Ramírez Salinas, radicado en San Pedro Garza García, era visto como uno de los herederos -quizás el más importante- del imperio de huachicol fiscal creado y operado por Sergio Carmona
Por Ramón Alberto Garza
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Ángel Arnoldo Ramírez Salinas, un transportista tamaulipeco de combustibles radicado en San Pedro Garza García, en Nuevo León, falleció trágicamente el pasado miércoles. Su auto, en el que viajaba con su chofer, cayó en un barranco de una carretera que conecta a Colima y Jalisco. Perdió la vida y su chofer resultó muy mal herido. Al empresario de los hidrocarburos lo sepultaron el pasado domingo. Y fue una muerte muy oportuna.
Ángel Arnoldo Ramírez Salinas, con ciudadanía norteamericana, estaba sujeto desde hace meses a una sigilosa investigación -aún inconclusa- operada por oficinas de inteligencia nacionales y extranjeras. En los círculos de los energéticos se le ubicaba como uno de los herederos -quizás el más importante- del imperio de tráfico de combustibles -huachicol fiscal- creado y operado por Sergio Carmona en los días en que Ricardo Peralta Saucedo fue el primer director de Aduanas en el gobierno de la Cuarta Transformación. Fue él quien instaló en la aduana de Reynosa a Julio Carmona Angulo.
Sergio Carmona, el hermano, fue ejecutado el 22 de noviembre de 2021 -cuatro meses después de la elección intermedia- en una barbería de San Pedro Garza García. Sabía demasiado del destino de los dineros del huachicol fiscal y estaba convertido en un peligro para la seguridad nacional, sobre todo para el gobierno de Andrés Manuel López Obrador y para su partido, Morena, que había empleado cientos de millones de esos dineros ilícitos en las campañas que los llevaron de dos a 22 gubernaturas, con atención especial en Sinaloa y en Tamaulipas. La información que tenía Sergio Carmona sobre los destinos del “dinero negro” del huachicol para fines políticos era peligrosa. Quizás por ello -como lo testificaron en entrevistas con Código Magenta el abogado internacional Eddie Varón Levy y el analista tamaulipeco Edy Pintor– Sergio Carmona acudió en distintas ocasiones a Palacio Nacional para entrevistarse con el entonces presidente Andrés Manuel López Obrador.
Carmona era tamaulipeco, pero encontró en el municipio más rico de América Latina el mejor refugio para él, para su familia, para cerrar sus negocios huachicoleros y para sostener sus encuentros en los que sellaba pactos con la dirigencia de Morena, presidida entonces por Mario Delgado.
Ramírez Salinas -al igual que Carmona- era tamaulipeco, y también encontró en San Pedro Garza García su paraíso no sólo para vivir con su familia, sino para ejecutar su red de operaciones de compra-venta de combustibles, que lo llevaron a acumular decenas de millones de dólares en ganancias.
Y cómo no se iban a dar esos grandes negocios energéticos, si el ahora fallecido trágicamente apenas el miércoles pasado en un accidente carretero, era el único mexicano que sobrevivió con un permiso privado para importar combustibles, cuando el gobierno de la Cuarta Transformación canceló 139 permisos otorgados por la Comisión Reguladora de Energía, incluidos los de la empresa Shell. Sólo Pemex, Ramírez Salinas y un par de corporaciones petroleras texanas -como Valero- eran los autorizados. Ángel Arnoldo Ramírez Salinas presumía su protección de la mano de Andrés “Andy” López Beltrán, el hijo del ex presidente Andrés Manuel López Obrador, el actual secretario general de Morena.
Pero, más allá de tantas coincidencias entre Ángel Arnoldo Ramírez Salinas y Sergio Carmona Angulo, Código Magenta detectó en su investigación una vinculación directa entre ambos personajes del huachicol fiscal y de los combustibles importados. Esa coincidencia, que despeja cualquier duda de la existencia de una conexión estrecha entre los dos, se ubica en el domicilio de la Calle 9 Número 590, interior 2, en Prolongación Longoria, de Reynosa, Tamaulipas.
En esa dirección confluyen los registros de un domicilio de Ángel Arnoldo Ramírez Salinas, pero también el domicilio oficial de Esmeralda Guadalupe McDonald Sánchez, nada menos que cuñada de Sergio Carmona Angulo. Esmeralda es hermana de Perla McDonald Sánchez, la viuda del huachicolero ejecutado en San Pedro Garza García. Ese sólo hecho permite establecer que, entre los dos operadores del trasiego de combustibles entre México y Estados Unidos -ambos fallecidos trágica y muy oportunamente-, existía una relación que les permitía compartir el mismo inmueble.
Hoy es Perla McDonald Sánchez la mujer poderosa detrás del gobierno de Tamaulipas que preside Américo Villarreal. A ella se le endosan los padrinazgos del secretario de Gobierno, Héctor Joel Villegas y de la ex secretaria de Finanzas, Adriana Lozano, además de haber patrocinado con los dineros “huachicoleados” de su difunto marido las campañas del senador José Ramón Gómez Leal, de los diputados Erasmo González y Armando Zertuche, así como del alcalde de Ciudad Victoria, Eduardo Gattás. Los videos descargados del teléfono celular de Sergio Carmona no dejan lugar a dudas.
De su hermana, también con nombre de joya -Esmeralda una y Perla la otra- existe escasa información, más allá que tiene registrado de manera común el domicilio de la Calle Nueve número 590, Interior 2, junto con Ángel Arnoldo Ramírez Salinas.
El accidente de carretera entre Colima y Jalisco, en el que falleció trágicamente Ángel Arnoldo Ramírez Salinas, se dio el miércoles pasado, el mismo día en que el FBI, la DEA, Homeland Security y el Internal Revenue Service detenían en Utah a cuatro integrantes de familia Jensen, que operaban el tráfico de crudo y combustibles entre México y Estados Unidos. Lo hacían desde una instalación de su empresa Arroyo Terminals, en Río Hondo, Texas, una población cercana a Harlingen y Brownsville. De acuerdo a los reportes oficiales se les habrían congelado cuentas por unos 300 millones de dólares.
El cuerpo de Ángel Arnoldo Ramírez Salinas fue velado en San Pedro Garza García el domingo pasado, pero las investigaciones sobre sus negocios continúan. Y las coincidencias entre sus operaciones y sus destinos con Sergio Carmona Angulo, también.
Lo que sí están exhibiendo las indagatorias es que San Pedro Garza García, el orgullo financiero y social del norte de México, es un imán para atraer entre sus jóvenes élites clanes de huachicoleros, factureros y elementos del crimen organizado. Todos ellos -los del dinero fácil y con relaciones políticas difíciles- están hoy bajo la lupa. En México y en Estados Unidos.
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