El clan de García Luna

Así lucía el ex funcionario de seguridad, Luis Cárdenas Palomino, en sus tiempos de gloria, cuando era la mano derecha de Genaro García Luna.

Así lucía la madrugada de este lunes, tras ser detenido por elementos de la Fiscalía General de la República y de la Secretaría de la Marina, en un acaudalado vecindario de Naucalpan, Estado de México.

El ex policía, considerado el funcionario más cercano al ex secretario de Seguridad federal, Genaro García Luna, hoy preso en Estados Unidos, había permanecido en calidad de prófugo desde septiembre de 2020.

Los cargos que enfrenta Cárdenas Palomino en México y en Estados Unidos, no son poca cosa. En México, la Fiscalía mexicana le imputa el delito de tortura, en modalidad de autor material. En Estados Unidos, la Corte del Distrito Este de Nueva York lo acusa de brindar protección al Cártel de Sinaloa, cargo que comparte con sus estrechos ex colaboradores Genaro García Luna y Ramón Eduardo Pequeño García.

Pero quien fuera el extitular de Seguridad Regional de la Policía Federal (PF), exfuncionario del Cisen, de la SEIDO, exdirector de investigación policial y también de seguridad privada de la Agencia Federal de Investigación (AFI), además de excoordinador de Inteligencia de la Policía Federal, también carga sobre sus hombros, otra investigación. Quizá la más relevante, y la cual lo vincularía en México y en Estados Unidos, con sus otros dos ex allegados más cercanos en tiempos de la llamada «Guerra contra el Narco». 

De acuerdo con declaraciones en diciembre de 2019 de Santiago Nieto, titular de la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda, el llamado “Cártel de la Policía Federal”, presuntamente encabezado por Genaro García Luna, Luis Cárdenas Palomino y Ramón Pequeño García, habría desviado 2 mil 600 millones de pesos y 77 millones de dólares de la Secretaría de Seguridad Pública, a través de la empresa Nunvav Inc., y de otras cinco empresas hasta ahora no identificadas.

De comprobarse esta trifecta: la de presunta tortura, colusión con el crimen organizado y desvío multimillonario de recursos públicos, quedaría revelado a detalle el supuesto modus operandi del antiguo aparato de Seguridad durante el sexenio de Felipe Calderón durante el inicio y apogeo de la llamada Guerra contra el Narco. 

Por lo pronto, faltaría comprobar -en México y Estados Unidos- las graves acusaciones que pesan sobre los hombros de tres de los ex funcionarios de Seguridad más poderosos de México, en su momento.

Así como también faltaría ubicar al tercer personaje, de la trifecta perfecta: Ramón Pequeño García.