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¡Que alguien me explique!

El “Arqui” Benavides

No será sencillo para Multimedios Televisión reemplazar una figura de las dimensiones de Héctor “El Arqui” Benavides, el comunicador que siempre conectó con el pueblo. Su legado perdurará por largo tiempo. Descanse en paz

Por Ramón Alberto Garza

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La primera vez que lo vi fue a finales de los 60, cuando conducía para la televisión regiomontana el popular programa juvenil El Clan del Martillito, que difundía lo último del entonces novedoso género del rock and roll. Yo tendría entonces unos 10 años.

Su programa rivalizaba con Muévanse Todos, que con la cantante Vianey Valdez como figura estelar, conducía entonces quien se convertiría en otro icono de la televisión regiomontana, el “pelo de cepillo”, Roberto Hernández Junior.

Por eso, cuando el pasado lunes se anunció el deceso del arquitecto Héctor Benavides, los primeros recuerdos que evoqué fueron los de aquella música, que incluía entre sus cantantes favoritos de esa época, a la italiana Gigliola Cinquetti y al norteamericano Trini López.

Como adolescente no imaginé que unos años más tarde, al iniciar mis estudios profesionales, estaría asistiendo a las 7 de la mañana a la cátedra de Radio que el “Arqui” impartía en la facultad de Ciencias de la Comunicación en el Tecnológico de Monterrey. Era un placer tenerlo como maestro porque era sensato, era práctico, sin ámpulas academistas, siempre con los pies en la tierra y, sobre todo, un espléndido conversador.

Desde entonces forjamos una muy buena amistad, personal y profesional, siempre viéndolo como el Maestro que era -sí, Maestro con mayúsculas- creador de un estilo propio, que a la menor provocación le rehuía al teleprompter y siempre tan presto a la ingeniosa improvisación, que cuando se hacía necesario alcanzaba los niveles de indignación frente a los abusos del poder y la protección  de quienes menos tienen.

El éxito inmenso del “Arqui Benavides”, como se le conocía popularmente, fue el de un comunicador en extremo sensible a las necesidades de sus audiencias, de sus radioescuchas o televidentes, que lo sintonizaban religiosamente -como acudir a la Sagrada Misa de la Información a las 7 de la tarde- para escuchar sus comentarios, enterarse de las noticias que de verdad valían la pena o educarse con las entrevistas a personajes de la política, los negocios, el mundo intelectual o el del espectáculo. Para el “Arqui” tan importante era el destape de un candidato a la presidencia como el bache de la esquina del barrio.

A pesar de su enorme popularidad nunca cayó en la natural tentación de abandonar su terruño, Monterrey, para irse a buscar fama y fortuna a la Ciudad de México. Ofertas de ser conductor estrella a nivel nacional jamás le faltaron, pero siempre fue leal a su audiencia regia y a Multimedios Televisión, donde pasó sus mejores años desde que el consorcio televisivo de Francisco González se inició en los 70, con la XEAW.

Su disciplina y perseverancia le valieron innumerables reconocimientos, incluido el Récord Guinness de “La carrera más larga como locutor de noticias de televisión”, con una trayectoria de 54 años y 156 días.

Pero, sin duda, su más importante herencia, además de las decenas de alumnos que dejó como maestro en su paso por las aulas, es la gratitud de miles y miles de televidentes que siempre encontraron en su sensibilidad, el desahogo y la solución a sus problemas cotidianos, pequeños o grandes.

No será sencillo para Multimedios Televisión reemplazar una figura de las dimensiones de Héctor Benavides, el comunicador que siempre conectó con el pueblo. Su legado perdurará por largo tiempo. Descanse en paz.

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