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15 de noviembre 2019

Opinión

Un deal con la muerte

Con tacones entre legos

Hoy, los dealers de microtráfico de drogas no se concentran solamente en niños y adolescentes de clase media baja como hasta hace unos años.

Por Marcela Garza Barba

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“Ya los encontraron estrangulados. Uno de ellos era dealer”.

Esta semana mi celular y mis redes sociales se saturaron con este tipo de mensajes… y fotos también.

Mensajes asegurando que alguno de los dos estudiantes del Sistema Tecnológico de Monterrey (uno del Instituto Tecnológico de Monterrey y otro de Tec Milenio) desaparecidos desde el pasado mes de octubre estaba involucrado en el consumo y tráfico de drogas.

Lamentable conclusión social para dos estudiantes con un supuesto “futuro” brillante (porque eran chicos Tec… como dicen).

Y es que aunque aun no hay conclusión oficial de los hechos, cabe destacar que la línea principal de investigación sí se concentra en la venta de drogas, según la Vicefiscalía de Ministerios Públicos de Nuevo León.

De no creerse… digo, para dos jóvenes que supuestamente lo tenían “todo”.

Pero al parecer esto no es nada nuevo entre los jóvenes mexicanos.

Porque aceptemos, todos sabemos “del amigo del amigo” que vende algún tipo de droga.

Y es que hoy los dealers de micro tráfico de drogas en México y en otras partes del mundo no se concentran solamente en niños y adolescentes de clase media baja como hasta hace unos años, sino que hoy “hablan inglés, usan anteojos y son expertos de marketing”, como alguna vez lo dijo el escritor italiano Roberto Saviano.

Y no necesariamente son los hijos de narcos, sino jóvenes con una carrera y network en las universidades.

……

Fajos de billetes de 100 dólares .

Un tigre en una silla reclinable, apodado “Molly”.

Y una selfie con el famoso vapeador (tomada el 16 de octubre, día que desapareció).

Dicen que las fotos en redes sociales muestran tu mejor cara (aunque esconden otra) y para Saúl Alejandro Sandoval estudiante del Tec Milenio, esta era su mejor cara.

Una cara de lujos y extravagancias, pero al parecer detrás nadie sabía a ciencia cierta lo que sucedía (o más bien, hasta hoy nadie lo sabe.)

Y es que tanto Saúl Alejandro Sandoval, de 22 años, como Raúl Ignacio Fernando Saldaña, de 23, ambos amigos (bueno al menos en redes), desaparecieron el pasado mes de octubre y esta semana los encontraron sin vida en el municipio norteño de Salinas Victoria.

Aunque lo único cierto hasta hoy es que los encontraron ya sin vida con rastros de estrangulamiento y asfixia, ya circulan por varios medios posibles versiones de los hechos.

Algunas versiones dicen que autoridades encontraron el carro de uno de ellos en el estacionamiento de un antro o tabledance de Monterrey, para ser específicos, con las puertas abiertas y abandonado.

Mientras que otras versiones apuntalan a que fueron levantados en lugares separados.

Y es que el pasado lunes la Fiscalía General de Justicia del Estado de Nuevo León dio a conocer que encontraron los restos de ambos estudiantes en el mismo lugar.

Triste noticia para sus amigos y familiares quienes por días se unieron en oración.

La principal línea de investigación según el Vicefiscal de ministerios públicos de Nuevo León, Luis Ernesto Orozco Suárez, se concentra en el tráfico de drogas.

“Pensamos que uno de los jóvenes estaba relacionado con el consumo y probablemente el trasiego de droga”.

Hijole…

Qué fuerte.

Pensar que le estás dando todo a tu hijo y que su vida acabe así por malas compañías o una mala decisión.

Y es que según un Informe de la Secretaría de Educación Pública, 40 por ciento de los jóvenes de hoy consiguen la droga en la calle y el otro porcentaje, de sus amigos.

En una publicación Vice entrevistaron a varios dealers con estudios, muchos de ellos con una carrera.

Uno de ellos apodado “Lanza”, para proteger su identidad, quien estudió Administración de Empresas, empezó en este negocio por necesidad y ambición y lo ve como un medio de supervivencia mas que otra cosa.

¿Supervivencia?

Pero si estudios tienen para llegar a donde quieran.

Ah, pero droga no.

Y hoy lamentablemente la droga puede más que el título, al menos, en México.

Y es que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos considera que el reclutamiento de niños y adolescentes por el crimen organizado o las pandillas se da a partir de la dependencia de alguna droga.

“La dependencia de la droga es una de las estrategias de los narcotraficantes para captar a nuevos niños y adolescentes para el microtráfico a través de su consume y adicción”.

Ahora sí aquella teoría que se enfoca en que niños y adolescentes de estratos sociales bajos son los que micro trafican la droga de algunos cárteles por falta de educación, se desecha.

Porque en este caso los jóvenes cursaban en escuelas de nivel educativo superior.

Y aunque son víctimas y la autoridad no ha llegado a una conclusión aun, lo cierto es que ya para que la línea de investigación principal lleve escrito “trasiego de drogas” es porque algo habrá.

No nos ceguemos a la realidad de que un amigo del amigo es el que vende la droga para la fiesta.

Y que los jóvenes están haciendo deals con la muerte.

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