#ConTaconesEntreLegos | ¿Y el Zelensky Mexicano?

Cuando Rusia invadió a Ucrania, el presidente de 44 años Volodimir Zelensky, se puso el uniforme de soldado.

Sin pensarlo, el presidente ucraniano se unió a la primera línea de defensa de su país.

Y es que hoy, Zelensky no solo enfrenta al enemigo físicamente, sino mentalmente.

Las armas están en el campo de batalla, pero también apuesta con artillería en los peace talks que sostiene con el presidente ruso Vladimir Putin.

Está claro que Zelensky es un líder que une, en lugar de dividir.

No solo a Ucrania, sino al mundo.

Me pregunto.

¿Y el Zelensky mexicano?

¿Dónde está, que no lo veo?

“Soy uno de ustedes”.

Esas fueron las palabras de Volodimir Zelensky en su speech tradicional de Año Nuevo en 2020.

En su discurso, con duración de trece minutos, Zelensky hizo un llamado a la unidad del pueblo ucraniano.

Su objetivo: Que los ucranianos se enfocaran en las cosas que los unen, en lugar de las que los dividen.

¡Bravo por Zelensky!

Las palabras recitadas desde entonces parecieran un preludio a lo que ahora vemos en videos e imágenes de la invasión rusa a Ucrania.

Y es que, en estos días de pesadilla, hemos sido testigos de atletas ucranianos que han muerto por su país, bebés que han nacido en bunkers, niños encarcelados por levantar pancartas de paz y doctores y maestros vestidos de soldado, listos para luchar al igual que Zelensky.

El líder ucraniano no solo une a los suyos, sino a los del autoritario Putin también.

Les dice a los soldados rusos “son niños confundidos, mejor váyanse a casa”.

Y sí, unos tantos soldados rusos confiesan estar arrepentidos.

¡De admirarse!

Power to the people, tal cual canción de The Beatles.

Y es que la unidad ucraniana empezó a florecer desde el mandato de Viktor Yanukovych, en 2010.

No porque Yanukovych uniera a su gente, sino porque la gente se unió en contra de él.

El entonces presidente pro Putin estuvo al frente del país ucraniano de 2010 hasta 2014, cuando la revolución ucraniana o la revolución de la dignidad, el Maidan, lo quitó de la silla presidencial.

Las promesas fallidas de un Yanukovych lo pusieron en el ojo del huracán de los ucranianos.

El pueblo se unió en contra del presidente.

En el Maidan no importaba si eras católico, budista o ateo.

De un partido político u otro.

La unión hacía la fuerza y pronto el hartazgo de los ucranianos se transformó en sed de libertad.

La voz del pueblo pudo más que la fuerza del estado, la gendarmería del Berkut.

Yanukovych huyó a suelo ruso y dejó su mandato sin previo aviso.  

¡Power to the People!

Desde entonces, el poder en Ucrania es del pueblo para el pueblo.

¡Qué envidia… de la buena, claro!

Y Zelensky es un sirviente del pueblo, por eso su alta popularidad, porque toma ‘al toro por los cuernos’.

Tal cual la sátira política en la que Zelensky actuó “Servant of the People”.

Y de ahí a la presidencia.

La gente cansada de políticos autoritarios, manipuladores de información, decidió darle el poder a un Zelensky que los representaba realmente.

¡Y vaya que los representa en plena guerra!

Igualito que en México, ¿no?

Aquí también, el líder de la nación hace llamados a la unidad, en lugar de a la división del pueblo.

El pueblo mexicano se une para alzar la voz, no importa de qué religión o partido político sea.

¿Power to the People?

No lo veo.

Lo que sí veo es que estamos más cerca de Rusia que de Ucrania.

En otras palabras.

Más cerca del autoritarismo, y muy lejos de la democracia.

Bueno, al menos algunos están despertando.

Según una encuesta nacional realizada por El Financiero, AMLO perdió trece puntos en su nivel de aprobación en los últimos dos meses.

¡Sigamos despertando!

Zelensky es “Soy uno de ustedes”.

AMLO es “Nosotros y ustedes”.

¿Qué líder prefieren?

Sin irnos tan lejos, en el “nosotros y ustedes” de AMLO va incluida la guerra interna que hoy vive México.

La guerra contra el crimen organizado, en la cual -según datos del periódico español El País- del 1 de diciembre de 2018 al 30 de noviembre del 2021, México registró 105 mil 804 víctimas de asesinato.

¡Imperdonable!

Pero ni así se asoma un Zelensky en la silla presidencial en nuestro país.

Ni así vemos al presidente comerse unas tlayudas con los soldados, mientras están en guerra.

Al contrario, sigue con el “dividir para vencer”.

Basta ver cómo le avienta la bolita a Felipe Calderón con respecto al supuesto fusilamiento en días pasados, en un velorio en Michoacán.

Y ahí se queda la estrategia barata de la transformación.

¡Despertemos, si queremos a un Zelensky que nos una en tiempos de guerra, en tiempos difíciles!

Tenemos una oportunidad este próximo 10 de abril.

¿O no?