#ConTaconesEntreLegos | Sectas Políticas

Secta: Conjunto de seguidores de una doctrina ideológica que representa una sección o un sector desprendido de un conjunto más amplio.

Mientras veía la entrega de bastón de mando de AMLO a Claudia Sheinbaum lo rectificaba.

Morena está más cerca de ser una secta que un partido político.

Una copia de lo que hace el ex presidente Donald Trump en Estados Unidos.

Pero como dice un escritor de The Atlantic, la situación política “trumpista” es más complicada que descifrar a la secta NXVIM aparte de que la siguiente generación ya no cree en los cultos políticos como MAGA (Make America Great Again).

¿Será que las sectas políticas de Morena y MAGA se disuelven tras desenmascarar a sus líderes?

En 2018, treinta millones de personas votaron por Morena.

En 2024 se dice que votarán tan solo diez millones.

Y es que el partido del presidente Andrés Manuel López Obrador ya no es el mismo que antes.

El fanatismo cuatroteísta cada vez se apaga más, pues el discurso de su líder ya no tiene forma ni fondo.

El “primero los pobres” se desmaquilló con la reciente fiesta de la hijastra de su hijo, José Ramón López Beltrán, y con la reciente investigación de Carlos Loret de Mola sobre el chofer del presidente y sus ganancias con el Tren Maya.

Claro, por mencionar los escándalos más recientes, a estos se suman los de los hermanos y otros familiares.

El líder, poco a poco se desmorona, y se queda con los únicos cegados a rendirle pleitesía: los floreros amloístas.

Una Rosa Icela Rodríguez, que en lugar de rendir cuentas sobre su desempeño como secretaria de Seguridad presume sus aretes de oro con la imagen de su deidad: AMLO.

O un Mario Delgado que defiende a capa y espada a su líder.

Y Claudia Sheinbaum, por supuesto, la elegida, su sucesora, que más allá de ver por un mejor México ve por su maestro y le rinde pleitesía cada vez que puede.

Digo, es irónico que AMLO diga que no le gusta el culto a las personalidades cuando a su personalidad hay que rendirle culto.

Hasta crearon libros de texto para ello. Y no solo a su persona, sino a toda la ideología de la 4T.

Aquí sí que el presidente llena todos los requisitos para ser un líder de una secta.

Obtener amor incondicional.

Devoción eterna.

Y el poder de controlar la mente.

Tal cual Trump que, aunque con más de noventa cargos en su contra, aún dice contender por la carrera presidencial.

Pero ¿quién en su sano juicio contiende a una carrera presidencial cuando es perseguido por la justicia?

Está comprobado, los votantes republicanos incrementaron desde que Trump comenzó a enfrentar cargos.

¡El culto a la personalidad 360, literal!

Trump aún es el rey de MAGA, el rey de la secta republicana.

La supremacía blanca está tan adentrada en el trumpismo, en el deep state, que por ejemplo un David DePape atacó deliberadamente al esposo de Nancy Pelosi, entonces presidenta de la Cámara en Estados Unidos, por adorar y venerar la ideología trumpista.

Sus redes sociales lo delataron.

El odio y la polarización son una base sólida de estas sectas políticas.

Ahí está la quema de piñata de Norma Piña.

¿O ya lo normalizamos?

Está mal, por donde lo veas.

Porque el ‘estás con nosotros o te atacamos’ no debe caber en ninguna sociedad.

Ni en Estados Unidos ni en México.

Estos líderes populistas trazaron una estrategia tal cual secta.

“Make America Great Again” y “Primero los pobres”.

Fanatismo puro.

Pero, tarde que temprano, los fanáticos se darán cuenta que estos supuestos líderes no son más que fachada.

Si no, pregúntenles a los atacantes del capitolio, quienes ya cumplen sentencia tras las rejas.

Se dice que Morena y MAGA cada vez tienen menos feligreses, la próxima generación ya no cree en esto de alabar a un líder que solo ve por su ego y su voluntad.

Y menos cuando internamente hay fracturas, no por nada Morena inicia operación cicatriz con los seguidores de Marcelo Ebrard después del dedazo a Claudia Sheinbaum.