#ConTaconesEntreLegos | ‘Megxit’: God Save Harry

Soy de la idea de que la monarquía, al igual que la iglesia católica, son dos instituciones privilegiadas en deterioro.

Las dos se manejan como si fueran perfectas, pero no lo son.

La pederastia de algunos sacerdotes la nivela el discurso del Papa Francisco.

Los pecados reales, los solucionaba a su manera la Reina Isabel.

¡Hasta la bendición le dio al Rey Juan Carlos para casarse con su affair, Camila Parker Bowles!

Hoy, la monarquía enfrenta una crisis real sin la persona mediadora, la reina.

Y es que la docuserie de Harry y Meghan ha puesto al descubierto los secretos de la familia real y más que nada la estrategia agresiva de Meghan.

La esposa de Harry toma el papel de reina, en su propio reino, claro, y utiliza a Harry como un medio para crear un script anti monarca a su antojo.

Harry se monta sobre las líneas de Meghan cuando dice “no me arrojaron a los lobos, me dieron de comer a los lobos”.

¿A poco Meghan no sabía a lo que se metía?

¿Meghan será la catalizadora que orillará al fin de la monarquía… y de pasada a su matrimonio?

Diabólica.

Narcisista.

Así describen algunos ex empleados del duque y la duquesa de Sussex a Meghan Markle.

Puede que no estén equivocados.

Después de todo, Meghan abandona el reino en Inglaterra al estilo Megxit para crear uno propio en California donde ella es la reina.

Megxit por Brexit, así como la Gran Bretaña salió de la Unión Europea así salieron Meghan y Harry de “la firma”, como algunos le dicen a la familia real británica.

La nueva docuserie de Harry y Meghan es de las mejores de Netflix, 81.55 millones de horas vistas globalmente en la primera semana.

¿Pero cómo no ser de las top si es un ventaneando real?

Bueno, un ventaneando dirigido por Meg.

¡En el fondo… infumable!

Y más porque se trata de ella más que de Harry o de ambos como pareja.

Esta vez no estoy con la mujer de la historia.

A esta docuserie la calificaría “EDM”. Egocéntrica, despechada y money rules, por aquello de los 100 millones de dólares que aseguran medios británicos, obtuvo la ahora pareja californiana al grabar las seis partes.

Too good to be true para Meghan, porque para Harry es un go with the flow.

En la parte dos habla mal de su hermano, cuando asegura que le gritó por salirse de la familia por Meghan.

Y es que es cierto, todo gira alrededor de la nueva reina Meghan.

En donde su reino es dirigido por un juego de víctima.

Aquí sí agregaría un God Save Harry en lugar de God Save the Queen, porque cuando le toca hablar al duque de Sussex dice cosas en contra de la “institución” que parecen practicadas y editadas un par de veces.

Hasta él ha dicho, literalmente, que se siente en medio de un frenesí.

Aunque el Megxit haya sido hace tres años, Harry se nota un tanto forzado en sus respuestas a lo largo de la docuserie.

Se ve una post edición maquillada y el duque de Sussex sale sin ese carisma que derrochaba en la época pre Meghan.  

Hay silencios incómodos entre ambos, mientras Meghan juega el papel de víctima real cuando para el espectador es más que evidente que Markle sabía a lo que se metía.

¡Juego perverso… y no, no defiendo a la monarquía!

Después de todo es una institución a la vieja usanza que va en declive. Según datos de YouGov, el 41 por ciento de los jóvenes en Gran Bretaña ya no quieren a la monarquía, prefieren a un jefe de Estado.

Pero esto de ventilar y vender los secretos reales, a diestra y siniestra, me parece una estrategia muy ruin por parte de Meghan.

La esposa de Harry afirma que los medios británicos la quieren destruir, habla de ella no de un “nosotros”.

Se sienta en la silla, comparándose entre líneas a la princesa Diana, cuando está muy lejos de parecerse.

Un coctel de víctima perfecto para crear una nueva imagen en su reino: la vida de la princesa Diana y la ola anti racial.

Digo, lo venía maquinando desde la entrevista con Oprah en 2020, cuando reveló que Harry y los suyos tuvieron una discusión sobre el color que podría tener su bebé.

¿Meghan, la salvadora en medio del infierno?

Y es que todo está que arde en la familia real.

The Guardian confirma que, algunos miembros de la Casa Real, han sido acusados  oficialmente de plantar historias negativas de la pareja, “una guerra contra Meghan”, en palabras de su abogado.

Pero si la guerra la desató ella.

Y supuestamente por una búsqueda de libertad, porque ambos se sentían en prisión.

Y a parte no querían llamar la atención.

Vaya ironía.

Pues ahora, la pareja tiene menos libertad que antes y de llamar la atención ni se diga, pero la atención de ahora no les beneficia.

YouGov asegura que la popularidad de ambos cayó recientemente, específicamente por Meghan.

Sesenta y cuatro de los encuestados tienen un punto de vista negativo de Meghan y por ende, los números de Harry bajaron a una aprobación del 33 por ciento.

¡Golpe de realidad!

La reina en su reino californiano es Meg y a sus reglas se tendrá que acatar Harry, porque de lo contrario, algunos aseguran que podrían terminar en divorcio (el mismo Harry lo dice entre líneas).

Las peleas por qué hacer y decir en los nuevos proyectos de ambos han puesto a prueba su relación.

Según fuentes cercanas a Harry, reportadas por medios ingleses, aseguran que el duque de Sussex ha comentado un par de veces que su esposa ha revelado cosas de más y que algunas de ellas no son del todo ciertas.

¿Será porque de ahí obtienen ganancias para reemplazar lo que les daba la familia real?

Lo cierto es que la monarquía va en declive desde antes del Megxit, pero esto podría ser algo más cerca del punto final y más si están en puerta dos libros que revelarán más secretos reales.

The End Game de Omid Scobie y Spare del propio Harry.

La docuserie y el libro de Harry -que saldrá en enero 10 de 2023-, han traído pleitos fuertes entre la pareja y varios medios británicos ven divorcio en puerta.

¿Será que el Megxit le saldrá muy caro no solo a la monarquía, sino a Harry?