#ConTaconesEntreLegos | Mea Culpa

Estos migrantes se toparon con un muro en suelo mexicano.

Unos 39 murieron, otros tantos se encuentran en condiciones graves.  

Seguramente, estos hombres seguirían vivos, a no ser por la falta de políticas y estrategias migratorias del gobierno en turno y ¡claro!, la negligencia de las autoridades que en ese momento estaban a cargo de dicho centro de detención migratorio en Ciudad Juárez.

Pero, mientras unos pierden la vida, otros pierden la cabeza por salvar su vida política y se avientan la bolita.

Y montan un circo de detenciones del personal encargado del centro de detención (ojo, no les resto culpabilidad) para terminar con la conversación de #FueElEstado.

Que si Adán, que si Marcelo, que si AMLO.

Que si las autoridades locales o las federales.

Que si la empresa del cónsul honarario de Nicaragua.

Aquí no hay quién se salve, el fuego no sólo alcanzó a los migrantes, sino a todos.

Y más cuando el presidente, dizque humanista, dice que la culpa fue de los migrantes cuando claramente la culpa es de un Estado Fallido.

Acepten y digan “por mi culpa”.

¡Mea Culpa!

Apuesto a que AMLO y los suyos ya ni se acordaban del tema migratorio.

Están tan enfocados en las elecciones de 2024 y en la próxima inauguración del Tren Maya, que los temas humanitarios, que catalogaron como prioritarios en su gobierno, salen sobrando.

Entre ellos, la migración. Un problema que crece como bola de nieve.

Ahora que a los cuatroteístas no les queda de otra más que hablar del tema, porque los involucra, y no de buena manera, prefieren aventarse la bolita en lugar de arrastrar lápiz en políticas migratorias funcionales.

Mejor hablar desde el púlpito del poder, dar unas cuantas entrevistas “lava culpas” y mandar mensajes de apoyo durante la celebración de la inversión de Tesla en el estado de Nuevo León.

Cuando se debería ser humilde y asumir responsabilidad y reconocer las faltas que tuvieron en lo individual y en equipo como supuestos grandes líderes que son.

Sí, me refiero al Secretario de Gobernación, Adán Augusto, al Secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, al titular del INM, Francisco Garduño, y claro, al presidente Andrés Manuel López Obrador.

Todos ellos deberían recitar el Mea Culpa.

¿Es mucho pedir?

No nos olvidemos que es de sabios reconocer.

Estamos hablando de seres humanos que murieron asfixiados y que seguramente ya estaban asfixiados desde antes, al vivir en condiciones infrahumanas.

Sin agua, sin luz y con poca comida.

En 2022, el presidente aseguró que cuidaba a los migrantes y que estaba “al  pendiente” de que no hubiera una desgracia.

Una utopía, como muchas otras de la 4T.

Porque hoy estamos ante una de las peores tragedias, o más bien, negligencia migratoria, ocurrida en suelo mexicano.

Y es que las políticas migratorias truncas entre Estados Unidos y México no han hecho más que acrecentar el problema.

De nada sirve doblar las manos ante el país vecino si a los migrantes que se reciben en casa se les trata de una manera deplorable.

Tan solo en 2021, el gobierno de la 4T detuvo a más de 200,000 personas en situación irregular.

La población inmigrante en México aumentó 123 por ciento, según datos de la Organización Internacional para las Migraciones de las Naciones Unidas.

Eso, aunado a que las condiciones de vida que viven los migrantes en nuestro país no son para presumir.

Sin agua, sin comida y respondiendo a negocios oscuros del crimen organizado, muchas veces coludidos con la autoridad responsable de mantener orden en dichos centros.

Por eso, el échales la culpa a ellos (los migrantes), nosotros (los que gobernamos) no tenemos la culpa de esta tragedia y todo dicho desde un púlpito mañanero me parece de lo más insensible.

Hasta en las tragedias por culpa del Estado Fallido, AMLO aplica el “dividir para vencer”.

¡Vaya liderazgo!

¿Y quieren que sigan los morenistas en el poder?

Cuando venden mentiras al mejor postor, entre ellas, el que tenemos al presidente más humano.

Si fuera el más humano comenzaría por arrastrar lápiz para mejorar las condiciones en los centros de migración mexicanos, seguido claro, por trabajar en conjunto las políticas migratorias con el actual gobierno de Estados Unidos.

Pero es más importante seguir con las mentiras mañaneras, no vaya a ser que se trunquen los sueños electorales morenistas.

¡El tema de la migración lo dejamos para otro día!

Digo, ahí está la reunión con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, a principios de este año, en la que por decisión propia dejaron el tema para después.

¡No hubo ningún acuerdo, cuando por lo menos debieron de salir con uno!

El de admitir a nuestro país 30,000 migrantes deportados al mes, claramente no es la solución.

Se preveé que, al finalizar el 2023, México probablemente rebase la cifra de 100 mil solicitantes de refugio.

El aventarse la bolita no es la solución.

Y menos cuando eres el presidente.

Es muy fácil decir que estos migrantes estaban tan enojados por una probable deportación que incendiaron colchones en protesta.

Y si es que causaron el incendio, que lo dudo, tal vez fue por los malos tratos y las condiciones deplorables en el centro.

Qué fácil salir, después de desayunar y recién bañado, y postrarse en el púplito mañanero para señalar con el dedo.

Cuando la posible culpa la tiene el Estado.

Autoridades locales y federales deberían repetir, “por mi culpa, por mi máxima culpa”.

O simplemente, Mea Culpa.

¡No a la impunidad!