13 de octubre 2023
Opinión
#ConTaconesEntreLegos | Los niños soldado
Con tacones entre legos
No importa si la causa de un conflicto es religiosa, política o territorial; si es en Israel o en México. Guerra es guerra cuando se trata de una lucha que involucra a grupos armados. Y las víctimas principales: niños, jóvenes y su inocencia robada
Por Marcela Garza Barba
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No importa si la causa de un conflicto es religiosa, política o territorial.
Si es en Israel o en México.
Guerra es guerra cuando se trata de una lucha que involucra a grupos armados.
Las víctimas principales: niños, jóvenes y su inocencia robada.
En México, 153 mil jóvenes han sido asesinados desde la afamada guerra contra el narco.
En lo que va del gobierno de AMLO van más de 50 mil.
En Israel y Palestina, del 2000 hasta antes de la guerra reciente con el grupo islámico armado de Hamás, 2,621 niños menores de diecisiete años habían sido asesinados; hay que sumar los datos que apenas salen públicamente ante la violencia de estos días.
Tan solo en el kibutz de Be’eri, una de las comunidades agrícolas israelíes más grandes del país, cien cuerpos de sus ciudadanos fueron descubiertos, entre ellos bebés y niños.
Y en esta lista de atrocidades no se toma en cuenta el número de niños y jóvenes reclutados por dichos grupos armados, quienes los utilizan para el combate como escudos y como mensajeros, en tiempos de guerra.
Recapacitemos.
Los mandatarios en su lucha de egos y politiquería… digo, ahí está el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, poniendo el dedo sobre la llaga entre Hamás, Israel e Irán con algunos comentarios un tanto fuera de lugar; Benjamín Netanyahu, primer ministro de Israel, públicamente diciendo que cualquier miembro de Hamás es “hombre muerto” y en México, un AMLO neutral, aunque reaccionando rápidamente con aviones en lugar de ayudar en la guerra interna que vive su país… y en primera línea, los niños soldado.
¿Dónde queda el futuro y el derecho a ser humano?
Entre países no hay diferencia.
Las balas hieren y matan a los más vulnerables igualmente en Israel que en México.
Ahí está la masacre en el festival de música Supernova, en Israel, cuando el grupo Hamás atacó sorpresivamente a los asistentes o una de las más recientes en México, la de los zacatecanos de entre 14 y 18 años que mientras convivían en un rancho, un grupo armado los tomó por sorpresa.
¿Ven alguna diferencia?
Hasta ahora, más de 1,200 personas han sido asesinadas y más de 2,800 heridas en Israel.
Con respecto a Gaza, más de 1,055 personas han sido asesinadas y más de 5,000 heridas.
En lo que va del gobierno de AMLO van 50,000 jóvenes asesinados.
En ambos países reclutan a niños y jóvenes para combatir y servir de mensajeros para los grupos armados, ya sea con el movimiento de resistencia islámica Hamás o cualquier cartel mexicano.
La ONU, en su momento, también señaló a Israel de utilizar a niños palestinos como escudo, además de ser interrogados en hebreo, lengua que no entienden.
La inocencia robada no toma partido, toman a los niños y deciden por ellos, no importa si es Hamás, los militares israelíes o el narco mexicano.
En el caso de Hamás, oficialmente son 50 mil los niños reclutados para combatir.
En el de Israel, el número es muy escueto, principalmente los usan como informantes.
En el del narcotráfico en México, entre 35,000 y 460,000 niños y jóvenes que intercambian el abrazo por un arma.
¿Y los parques?
¿Los juegos con pelota?
¿Las clases y las carcajadas en el aula?
¿Las idas en bicicleta?
Duele la inocencia robada por una ideología que no ve a la niñez como lo que es, la niñez, el futuro.
Y es que las atrocidades vividas durante cualquier conflicto entre regiones, países o connacionales envuelven a los más vulnerables en un halo de terror.
Mientras que los líderes de cada país juegan a la diplomacia y a mover sus fichas, los ciudadanos, principalmente los niños y jóvenes, son los que salen perdiendo.
Ahí está el caso del superpoder, Estados Unidos, en el que el presidente Joe Biden se equivocó en una rueda de prensa al decir que había visto fotos de bebés decapitados por Hamás.
Tuvieron que salir a desmentir que no eran fotos y que lo había leído, pero el reloj sigue y esto le saldrá caro.
O en el caso del propio primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, quien recientemente dijo “todo miembro de Hamás es un hombre muerto”.
Y después de eso más ataques, y más desaparecidos y muertos.
¡Basta de homicidios!
Pero si sumamos números, en México no nos quedamos atrás, aunque sea otro tipo de guerra.
Me pregunto.
¿Cómo el presidente Andrés Manuel López Obrador se dice estar tan preocupado por la guerra en Israel, cuando en México se vive una guerra interna contra el narcotráfico diariamente?
¿Será que la guerra en casa ya está normalizada?
Vaya, ya ni hablamos de ella y menos de las víctimas invisibles de dicha guerra: los niños y jóvenes mexicanos.
Entre que nos sumergimos en las imágenes de la guerra en Israel y en tomar partido por mera percepción nos olvidamos de lo que sucede en nuestro país.
El presidente Andrés Manuel López Obrador reacciona más rápido al llamado de guerra, en Israel, que al llamado de guerra en México.
¿Se les hace lógico?
¿Que un presidente que tiene un 11 por ciento más de muertes relacionadas con la guerra contra el narcotráfico que sus antecesores y que basa su estrategia en “abrazos, no balazos” se mueva más rápido para mandar ayuda a una guerra del otro lado del mundo, que en la del suelo que pisa?
En lo personal, creo que primero le debe respeto a los mexicanos.
Pero como dicen… candil de la calle, oscuridad de su casa.
Ahí está Chiapas, la disputa de un territorio por el control de las rutas de tráfico de drogas.
Zacatecas, tierra donde mientras los cárteles disputan territorio, miles desaparecen y son asesinados.
Jalisco.
Nuevo León.
Ciudad de México.
Y así, la lista de los estados en los que se disputan el territorio y hay una guerra declarada entre el Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación.
Con decir que, en Michoacán y Tamaulipas, los niños son constantes víctimas del fuego cruzado.
Sin quitarle la debida importancia a la guerra entre Israel y Palestina, que a mi parecer es de los peores eventos violentos, el presidente Andrés Manuel López Obrador debe ayudar, pero a su país.
¿Cuándo reaccionará?
¿O desea que el futuro de México sean los niños soldado, tal cual Israel y Palestina?
Vaya herencia y vaya educación que estamos dejando.
En estas guerras sin sentido perdemos todos, porque mientras unos luchan por tierras, religión e ideología, otros pelean por el control territorial de la droga y en medio los niños y jóvenes, el futuro de cada país.