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28 de julio 2023

Opinión

#ContaconesEntreLegos | Las Otras: La obsesión del presidente

Con tacones entre legos

Ni empresarios, ni políticos adversarios, ni fifís o conservadores, “las otras” son las que han tenido los suficientes pantalones para decir las cosas como son, para enfrentarse al presidente cuasi autoritario sin importar las consecuencias

Por Marcela Garza Barba

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Lo natural sería que el presidente estuviera obsesionado con sus mujeres.

En lo sentimental, con Beatriz Gutiérrez Müller (su esposa); en lo político con Claudia Sheinbaum (su defensora), Delfina Gómez (su mujer honesta), Rosa Icela Rodríguez (la ejemplar) y Rocío Nahle (la hasta hace poco, su favorita a candidata a gobernadora de Veracruz.)

Pero todo lo contrario.

La obsesión de AMLO en estos últimos meses se ha concentrado en las otras cuatro.

Xóchitl Gálvez, Beatriz Paredes, Norma Piña y Lilly Téllez.

¿Pero por qué tanta obsesión con estas cuatro mujeres?

A decir verdad, son las únicas que le han puesto un ‘hasta aquí’ públicamente al cuasi autoritario mandatario.

Aunque eso signifique poner su vida y la de los suyos en riesgo por los constantes ataques mañaneros.

Y todavía, el presidente y sus mujeres, dicen que los dimes y diretes que afectan la seguridad de la oposición son solo de la imaginación de algunos y que se trata de un “magnicidio imaginario”.

Vaya obsesión.

Ni empresarios, ni políticos adversarios, ni fifís o conservadores, “las otras” son las que han tenido los suficientes pantalones para decir las cosas como son, para enfrentarse al presidente cuasi autoritario sin importar las consecuencias.

Dicho sea de paso, una que otra radica ahora en modo silencio.

Por ejemplo, la presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Norma Piña y la senadora del PAN, Lilly Téllez, hasta hace unos meses se le enfrentaban al presidente en temas de justicia.

Le decían sus verdades y lo enfrentaban sin temor alguno.

Y de pronto, las campañas en contra de ambas subieron de tono.

El púlpito mañanero fue testigo, las redes sociales llenas de bots también.

Hasta amenazas de muerte recibió Téllez y una quema de piñata con porra incluida le dieron a Piña.  

Y no, no digo que el silencio que ahora impera sea por lo sucedido, sus razones sobre tiempos electorales tendrán, pero la violencia verbal presidencial hecha pública en contra de su persona seguramente tuvo que ver en algo.

¡No las culpo!

Y es que la violencia desmedida desde Palacio Nacional da permiso para que cualquier ciudadano se vaya en contra de la mujer, en el caso de las otras, opositoras.

Al puro estilo “dividir para vencer” de AMLO, pero ahora con violencia descarada.

Ahí está la quema de la piñata de Piña.

Las pintas fuera de su casa profesional, la Suprema Corte.

Las denuncias públicas aliñadas con falacias sobre textos de WhatsApp.

Las mañaneras altaneras sobre las piñas de la semana.

Y en el lado de Lilly, las amenazas contra la vida de su hijo Leonardo.

Las amenazas de vida contra su persona directamente.

Las mañaneras al desnudo contra lo que dijo alguna vez la panista.

Pero el presidente no se cansa, al contrario, sigue.

Sigue contra una Xóchitl Gálvez, que lejos de sofocarse con las constantes amenazas del mandatario se fortalece y le responde.

Y, además, lo pone en la lista de violentadores de mujeres ya que, como dice, le está echando todo el poder del Estado y por eso recurrirá a los tribunales.

Ni los supuestos contratos millonarios que ventaneó el mandatario en una de sus mañaneras amedrentaron a la senadora.

No es de extrañar que unos cuantos digan que puede pasar lo que a Colosio.

Si el fuego lo incita el propio presidente y no no es un “magnicidio imaginario”.

Por eso, no es de extrañar que una Beatriz Paredes, también finalista en el frente opositor, le pida al presidente que no repita un Maximato.

Además, asegura que es el rey de la destrucción y que los mexicanos hemos caído en el juego de AMLO.

¡Vaya juego perverso!

Porque se necesita ser un hombre que cree reinar en un patriarcado para enfocar su día a día en violentar a las mujeres que quieren un México mejor.

Las usa.

Las expone.

Las violenta.

Atenta contra su seguridad.

Aunque en su gobierno crean que todo esto es imaginario, no lo es.

Es real.

Y violento.

Sin las otras, México no tendría ese contrapeso político tan necesario en estos tiempos dizque transformadores.

No se vería la luz para este 2024.

¡Gracias a la obsesión del presidente, gracias a las otras!

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