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11 de diciembre 2020

Opinión

#ConTaconesEntreLegos | La manzana podrida

Con tacones entre legos

Por el bien de nuestros niños, de los padres y del porvenir en México ¡Todos necesitamos regresar a clases ya! Está en nosotros tomar las medidas para frenar los contagios de COVID19.

Por Marcela Garza Barba

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Al igual que Jacobo en Colombia, millones de niños, incluidos mis tres hijos, quieren regresar a la escuela en México ya, pues su niñez ha sido abruptamente interrumpida. 

Escuela pública o privada, estado en semáforo verde, amarillo o rojo.

 ¡Todos necesitamos regresar a clases ya! 

Por el bien de nuestros niños y adolescentes, por el bien de los padres de familia, por el bien del porvenir en México. 

Pues la manzana en el escritorio ya está podrida. 

Alrededor de 2.5 de millones de estudiantes mexicanos dejaron de estudiar en 2020 según datos de la Secretaría de Educación Pública.

¿Y cómo no?

Si en su casa no cuentan con electricidad y además tuvieron que vender su televisor para poner frijoles y tortillas sobre la mesa. 

“En casa de mi prima ya no hay televisor, lo vendieron para comer. Así que por más que sus hijos quieran estudiar, no pueden. No tienen con qué “Aprender en Casa”, asegura Pedro. 

Hoy casi 2 millones de mexicanos no tienen electricidad y menos internet.

Según datos de la UNICEF en México 257,146 niños, niñas y adolescentes no tienen acceso a la televisión, la radio ni a internet.

Y aun así la Secretaría de Educación Pública enfocó su modelo educativo a programas de televisión durante la pandemia. 

Vaya ironía. 

El gobierno está pactando con las televisoras y los mexicanos sin poder enchufarse a la educación. 

Terrible.

Por otro lado, los que tuvimos la «fortuna» de traspasar el aula a la sala o al comedor, la paz de nuestro núcleo familiar se convirtió en un ABC diario. 

En lo personal ya no puedo más. 

Con tres niños menores de 7 años, mi casa se ha vuelto un campo de batalla al sentarlos y que estén quietos por dos horas en línea. 

No por nada unas tantas madres alrededor del mundo optaron por sacar a sus hijos de la escuela pues era “una locura” para los niños y padres, psicológicamente hablando.

En pocas palabras la «nueva normalidad» escolar no tiene nada de normal.

Ni para la escuela pública, ni para la privada. 

Según la Revista Internacional de Educación para la Justicia Social editada por la Cátedra UNESCO y la Universidad Autónoma de Madrid “la inasistencia a las escuelas producirá un aumento de las desigualdades en los resultados educativos, produciéndose una brecha en las aptitudes matemáticas y de alfabetización entre los niños de los niveles socioeconómicos más bajos y los más altos.”

En otras palabras, si antes de la pandemia existía una brecha educacional entre los más afortunados y los que menos tienen hoy con la educación en casa se multiplica. 

Según un informe de la OCDE el cierre de escuelas por el COVID19 orilló a que las personas tengan menos habilidades y por ende habrá menos productividad lo que provocaría un impacto del 1.5 por ciento del PIB de los países. 

En México obviamente sumado a la caída histórica del 17.1 por ciento durante el segundo trimestre de este año (abril-junio).

Catastrófico.

Por eso no es de extrañar que el Secretario de Seguridad Pública, Esteban Moctezuma haya presentado esta semana la estrategia para regresar a clases en 2021. 

Pues está más que claro que la manzana de la educación en México está podrida.

Y la situación con la educación en casa es insostenible para los mexicanos. 

Moctezuma aseguró que los estados en semáforo verde comenzarán clases presenciales, osease solo Chiapas, Campeche y Veracruz.

Y  los estados en amarillo podrían asisitir voluntariamente a un Centro de Aprendizaje Comunitario en el cual los padres de familia tendrían que firmar como responsables. 

¿Y los de rojo?

Seguirán en “casa”.

 Osease la mayoría.

En otras palabras… seguiremos en las mismas.

Seguiremos en un escenario educativo catastrófico. 

Escuela pública y privada. 

Hace unos días la UNICEF hizo un llamado urgente a que los gobiernos dieran prioridad a la apertura de escuelas y que tomarán las medidas adecuadas para que los alumnos ingresarán de nuevo a las aulas  pues han sido seriamente afectados. 

En México más allá de los daños psicológicos y emocionales que estas medidas han suscitado, es importante recalcar que muchos de estos niños dependían de la escuela para comer. 

Además de que la violencia intrafamiliar aumentó en un 17.5% este pasado verano según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.

¿ Qué estamos esperando?

Si lo que nos afecta nos rebasa.

El futuro de México se ve sombrío, con unos meses de cierre de escuelas. 

Tomemos las precauciones necesarias y abramos las escuelas de una vez por todas.

Y más si los niños son los de menos riesgo según un estudio publicado por el British Medical Journal. 

Lo cierto es que en nuestro país la manzana de la educación ya está podrida y para conseguir una fresca pasarán años de por medio.

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