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26 de mayo 2023

Opinión

#ConTaconesEntreLegos | La Ruth Mexicana

Con tacones entre legos

Norma Piña es la Ruth Bader Ginsburg mexicana, aquella mujer justiciera que, ante la adversidad, se mantiene y no se doblega ante el poder que visiblemente la amenaza

Por Marcela Garza Barba

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Son tiempos de transformación.

Pero no de esa transformación de la que habla el presidente.

Esa transformación nos lleva a ser un país de cuarta.

Y no, aquí no caben las excusas.

Nos transformamos en un país en donde cabe la posibilidad de que los bancos sean propiedad del gobierno.

Un país en el que los militares ya son los grandes constructores de las obras insignia del presidente.

Y así le puedo seguir, pero para qué, si ya lo sabemos.

Dejemos un poco esto que nos carcome como sociedad y mejor veamos algo de luz al final del túnel.

Mujeres como la ministra presidenta de la Suprema Corte, Norma Piña, pocas; líderes como ella, al día de hoy, me atrevo a decir que ninguna.

Y es que Norma Lucía Piña Hernández es la Ruth Bader Ginsburg mexicana.

Aquella mujer justiciera que, ante la adversidad, se mantiene y no se doblega ante el poder que visiblemente la amenaza.

¡Con todo y ataúdes!

Siento decirle al Señor Presidente que la transformación que tanto necesita México no viene de su gobierno de la 4T, sino de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Tal vez, por eso su enemistad con la Suprema Corte proclamada desde su púlpito (perfectamente orquestado) mañanero.

Tal vez, por eso los acarreados con ataúdes.

Y es que, los de la 4T, no soportan que les roben la tan publicitada transformación.

Aquella que hicieron suya solo en palabra desde el 2018 y que, en 2023, no vemos ningún hecho, sino todo lo contrario.

Hoy, la ministra presidenta de la Suprema Corte, Norma Piña, significa esa transformación de raíz en este sistema político putrefacto.

Norma es la líder que tanto necesita nuestro país.

Norma significa cambio, contrapeso, desinterés e interés por los derechos de los mexicanos.  

Tal cual lo fue Ruth Bader Ginsburg, jueza de la Suprema Corte de los Estados Unidos, vista como sinónimo de la resistencia pública y de la justicia social.

La segunda mujer en estar en la Suprema Corte.

En 1970, Ruth sentó los cimientos de la no discriminación por género y lideró uno de los proyectos más importantes para las mujeres estadounidenses: el American Civil Liberties Union Women Rights Project.

Ruth vio por el pueblo estadounidense y fue revolucionaria, no solo de ideas, sino de hechos que, al día de hoy, marcan un antes y un después de la historia de Estados Unidos.

A Ruth la amenazaron de muerte varias veces por pronunciarse en contra de los que no cuestionaban y, al contrario, hacían todo lo que el señor presidente les imponía.

Pero la sociedad le dijo “resiste” y les digo que, Ruth no solo resistió, sino que desafió y cambió al sistema.

¿Por ahí va Norma?

A Ruth la apodaron ‘Notorious RBG’, pues era el contrapeso que necesitaba su país, en momentos en los que las mujeres no tenían ni voz ni voto y en que los hombres no eran reconocidos como cuidadores de sus hijos.

Peleó seis casos en contra de la propia Suprema Corte, ganó cinco. Siempre por la justicia y la verdad.

Y cómo no, si fue la alumna top de su clase en la Universidad de Columbia.

Igualita a la ‘Miss Plagio’, Yasmín Esquivel.

Muchos dirán ‘ya quisiéramos tener a una jueza así, preparada, sin plagio, auténtica luchadora por los derechos humanos y por la justicia de los ciudadanos’.

Pero les digo algo, Norma Piña se acerca a ser una Ruth.

Preparada, sin plagio, auténtica luchadora por los derechos humanos y por la justicia de los ciudadanos y la primera mujer al frente de la Suprema Corte.

La han amenazado de muerte al igual que Ruth, pero no se deja intimidar.

Le han puesto pancartas mofándose de su trabajo afuera de ‘su casa’, la Suprema Corte, pero ella no se deja amedrentar.

Con bigotes y todo, ella ve hacia adelante.

Hasta hace unos días, su juego era el de callar y vencerás.

Plan B, ¡adiós!

Decretazo, ahí te ves.

Una ministra progresista e incómoda para muchos, especialmente para el Señor Presidente, acostumbrado a los “sí a todo” del minsitro Arturo Zaldívar.

Digo, hasta con unos WhatsApps le quieren hacer campaña de “amenaza”, cuando la amenaza viene directamente del lado del poder.

Y es que Norma, como lo fue Ruth, puede ser la catalizadora del pensamiento político mexicano que lucha por el bien de su país.

No del que se va por unos pesos y por miedo al bando cuatroteísta.

Norma puede ser eso que tanto necesita México (cambio, revolución, etapa).

Eso que moverá conciencias para que la siguiente generación no viva con el “divide y vencerás” de AMLO o con el militarizar para amedrentar.

Y es que nos merecemos mucho más que las Yasmín Esquivel o que las Ana Guevara con eso que está de moda el valemadrismo del plagio y de los insultos.

Nos merecemos más mujeres como Norma, que verdaderamente luchan por un país mejor para los que vienen y los que están por venir.

Después de todo, no somos nada, aquí estamos de paso, así como lo estuvo Ruth, pero ella sí dejó un gran legado, que retiembla en su país y que hoy, gracias a ella, futuras generaciones pueden vivir una vida íntegra, con justicia.

Ruth constitucionalizó la emanicipación de las mujeres en Estados Unidos.

Norma puede constitucionalizar la tan abandonada democracia en nuestro país.

Y crear una transformación de raíz.

Eso veo en Norma, una Ruth, pero a la mexicana.

Aquí, los ataúdes no funcionan, siento decirle Señor Presidente.

¡Y más si defiende lo indefendible!

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