22 de enero 2021
Opinión
#ConTaconesEntreLegos | La otra cara de Kamala
Con tacones entre legos
Kamala Harris sabe hacer historia, pero debemos conocer su otra cara, esa que al igual que Vogue retocó para que todo fuera picture perfect. Y es que no siempre comulgó con las ideas del presidente Joe Biden.
Por Carolina Hernández
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Kamala Harris sabe cómo hacer historia.
Con el simple hecho de ser la primera vicepresidenta de Estados Unidos compró un boleto a la victoria.
Y sí, trabajó muy duro para romper el techo de cristal.
Bravo por ella y por las mujeres.
Pero también, debemos conocer la otra cara de Kamala, esa que maquilla al igual que la revista Vogue, quien en días pasados la retocó en portada para que luciera mejor.
Porque vivimos en un mundo en donde la mujer casi perfecta es la que gana.
¿O no?
Primero veamos la cara de portada de Kamala Harris.
Esa de la que todo el mundo habla hoy.
Súper mujer.
Súper hija.
Súper esposa.
Súper mamá.
Súper política.
Súper vicepresidenta.
Digna de portada Vogue.
Pero…
Retocada.
Como la retocada que Kamala le dio a su historia política -y personal- para llegar a ser la perfecta mezcla en la fórmula del ahora presidente Joe Biden.
Después de todo, ya se sabía que la fórmula Barack Obama y Joe Biden había funcionado.
Y es que desde que Kamala se retiró de la candidatura para la nominación presidencial demócrata su historia comenzó a hilarse, casi a la perfección, con el fin de llegar a ser la primera vicepresidenta de Estados Unidos.
Una historia zurcida para estos tiempos de inclusión y de empoderamiento de la mujer.
En donde la protagonista es hija de padres inmigrantes, que comenzaron su vida de cero en el land of the free.
Específicamente, en California, mientras estudiaba en la universidad liberal de Berkeley.
Lugar que Kamala considera el origen de su carrera política e inspiración, pues ahí comenzó a romper el techo de cristal.
Y vaya que lo rompió, pues se convirtió en:
La primera mujer de color elegida para ser la fiscal de distrito en California.
La primera mujer en ser procuradora general de California.
La primera senadora biracial.
Y hoy, la primera mujer vicepresidenta de Estados Unidos.
Bravo por ella.
Pero debajo de los vidrios rotos, que dejó por romper el techo de cristal, hay una cara que maquilló estos últimos meses antes de llegar a la vicepresidencia.
Claro, con el fin de que todo fuera picture perfect.
Pero debajo del retoque hay una verdad incómoda.
Y es que no siempre estuvo de acuerdo con el ahora presidente de Estados Unidos, Joe Biden.
¿O no se acuerdan cuando ambos discutieron fuertemente sobre diversas áreas de política, que incluían el comercio, la energía y el cambio climático?
Y ni se diga sobre los temas de racismo y portación de armas.
No conviene recordar ahora ¿no?
Sigamos.
Otra verdad, bien maquillada, es que la también abogada creció en el seno de la creación del famoso Black Panther Party, pues se presume que sus padres, Shyamala Gopalan Harris y Donald Harris, eran grandes amigos de los fundadores de los Black Panthers y que incluso algunas de sus ideas fueron reflejadas en la filosofía e ideología del partido.
En otras palabras, la universidad liberal de Berkeley los educaba y ellos se juntaban.
Se presume que había largas charlas del Black Panther Party en el patio trasero de la casa de los Harris.
Hablaban de sus héroes Fidel Castro y ‘Che’ Guevara.
Nada nuevo para el Black Panther Party, pues basaba sus ideas en anti imperialismo, anti capitalismo, anti racismo, nacionalismo de color, socialismo revolucionario y el derecho a portar armas.
Osease, extrema izquierda.
Lo que representa Kamala.
En una entrevista para la revista Time, en 2019, la ex senadora recuerda cómo fue empapada desde chica con las ideas activistas de sus padres y cómo un día bajó las escaleras de su casa, en Berkeley, y vio la frase “free Bobby” tallada en el cemento justo en el momento cuando Bobby Seale, uno de los líderes del Black Panther Party, había sido arrestado.
Y de ahí su activismo desenfrenado, y su pasión por la justicia y el orden o ‘desorden’, como algunos aseguran.
Se dice que la Top Cop, apodo que adquirió en sus años como procuradora general de California, dejó tras las rejas a varios inocentes y hasta a veces lo celebraba.
Asimismo, desafió al Tribunal Supremo de Estados Unidos al oponerse a reducir la sobrepoblación carcelaria.
Según la publicación The American Prospect, Kamala y su equipo eran mal vistos por unos tantos jueces, y expertos legales, pues los tachaban de obstruccionistas y personas de mala fe.
Con decir que los juegos legales de Kamala, y su equipo, orillaron a que unos tantos jueces tomarán en consideración el mantener al estado en desacato al tribunal.
Palabras mayores y nada parecidas a las que predica ahora junto al presidente de Estados Unidos.
Y es que en otros tiempos, el ahora presidente y la vicepresidenta, no pensaban ni siquiera en los mismos argumentos para escribir la historia que ahora cuentan.
Kamala, siempre más liberal que Biden.
Aunque uno que otro medio como el New York Times afirma que Kamala es moderada y pragmática con políticas similares a las de Biden.
Difiero.
Según GovTrack es una de las senadoras más liberales de los Estados Unidos, esto claro, antes de su resignación.
¿Acaso Kamala será una piedra en la rodilla cuando el presidente Joe Biden se hinque a rezar para poder curar las heridas abiertas que dejó el ex presidente Donald Trump?
¿O será lo que necesita Biden para ganarse a los que no votaron por él y así sumar a su agenda?
Lo cierto es que, aunque Kamala se haya retocado, ideológica y políticamente, para llegar a ser la primera vicepresidenta de Estados Unidos, ahora comenzará a enseñar su verdadero rostro.
Basta ver cómo desde el Día Uno empujó la agenda de la Casa Blanca a la extrema izquierda.
Pues logró que California tuviera su primer senador latino y Georgia su primer senador de color y otro judío.
Ahora sí, tal cual Vogue, Kamala comenzará a publicar su cara sin retoque.
La verdad, tal cual es.
Y esperemos sea lo que necesita Estados Unidos y el presidente Joe Biden.
Para que se pueda caminar hacia la tan deseada democracia.