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Opinión

#ConTaconesEntreLegos | La Mesa de la Inmoralidad

Con tacones entre legos

Tras lo visto con el caso Lozoya, al parecer, AMLO deja que se sienten en la mesa los que pecan de inmoralidad y por eso todos se hacen de la vista gorda… y “aquí no pasa nada”

Por Marcela Garza Barba

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El problema no son las fotos de Lozoya cenando en el Hunan de las Lomas en la Ciudad de México.

Digo, se presumía que el ex director de Pemex andaba paseándose como si nada.

Ni si los abogados de Lozoya niegan que su cliente esté bajo arraigo domiciliario.

El problema es que le seguimos abriendo la puerta a los “Lozoyas” y les permitimos sentarse en la mesa de la inmoralidad en nuestro país.

Digo, el mismo presidente opinó sobre la aparición pública de Lozoya: “es legal, pero inmoral”.

Pero Lozoya, ahí está, libre como el viento.

Y mientras, le damos la espalda a los que se arrodillan por tener un lugar en la mesa de la moralidad.

Me pregunto…

¿Quién dicta lo que es moral e inmoral cuando se trata de sentarse en la mesa de honor?

Bienvenidos a la mesa de la inmoralidad.

Las fotos de Lozoya, sin duda, dieron mucho de qué hablar.

Las redes sociales se inundaron de especulaciones.

Que si era una foto de años atrás, que si la tomó la periodista Lourdes Mendoza o no, que si los del Hunan de las Lomas sirvieron de tapadera.

¿Pero y qué?

Puro pan y circo.

¿O no?

Lo cierto es que Emilio Lozoya Austin ahí estaba disfrutando de unos dumplings.

Pero, más allá del pan y circo, de este juego político perverso, lo que nos debe de importar es cómo alguien como Lozoya, que le persiguen casos como Agronitrogenados y Odebretch anda por la libre en México.

No solo sentado en la mesa del Hunan, sino en las calles de nuestro país.

Lo triste, ¿les digo qué es? Que sabemos que seguramente no pasará nada con este tema y que la impunidad se pasea por los restaurantes y quién sabe por dónde más… sin remordimiento alguno.

El cinismo del ex director de Pemex, y de los que se sientan con él a compartir el pan, es solo un pequeño reflejo de la cultura política mexicana y su podredumbre.

¡Qué bajeza!

No sé qué me indigna más, ver a Lozoya sentado como si nada o ver a los que lo acompañan como si nada también.

Por dónde lo veas.

Inmoral, con tintes de ilegalidad.

Basta ver los delitos que se le imputan.

Operaciones con recursos de procedencia ilícita, asociación delictuosa y cohecho.

Y mientras asimilamos la aparición cínica de Lozoya, el presidente Andrés Manuel López Obrador sale con “es legal, pero inmoral”.

¿Perdón?

¿O sea, se puede, pero no se debe?

Agronitrogenados.

Odebrecht.

Y el proyecto Etileno.

Estos casos bastan para probar la ilegalidad y la inmoralidad del asunto.

Digo…

Lo que me preocupa aquí, y no solo en el caso de Lozoya, es que tengamos a un líder de la nación que prefiere voltear hacia otro lado cuando se trata de algo así.

¿Qué ejemplo le pone al ciudadano?

¿A los liberales, a los conservadores?

¿A los hombres y a las mujeres?

A sus feligreses… en este caso, los morenistas.

Basta ver cómo también, esta semana, la diputada federal de Morena por Sinaloa, Merary Villegas, literal le dio la espalda a una madre que pedía urgentemente medicamentos para su hijo.

Medicamentos que el gobierno federal prometió hace mucho tiempo, pero de eso nada.

Vaya detalle inmoral.

¿Cómo le das la espalda a una madre que se arrodilla y suplica por la vida de su hijo?

Y menos si se supone que representas al pueblo mexicano, porque eres diputada.

Pero es que, al parecer, AMLO deja que se sienten en la mesa los que pecan de inmoralidad y por eso todos se hacen de la vista gorda y “aquí no pasa nada”.

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¿Quieren detalle de algunas cosas inmorales que dejó pasar el mandatario esta semana?

1.- La falta de medicamentos sigue, mientras a los afectados le dan la espalda y les dicen “es puro teatro”.
Se dice que en 2019 y 2020 no se surtieron 22 de 100 recetas emitidas por el sector salud. En 2021 no se han surtido 25 de 100.

De mal en peor, y más si AMLO prometió medicamentos y si algunas diputadas de Morena, en lugar de ayudar, les dan la espalda.

Como diría el líder de la nación, “legal, pero inmoral”.

2.- Apoyo a la evidente corrupción.
AMLO recibió esta semana, en Palacio Nacional, a Evelyn Salgado, gobernadora electa de Guerrero por Morena y le reiteró su apoyo incondicional. La cosa aquí es que detrás Evelyn está Félix Salgado Macedonio -su padre-, y con ello, una lista de violaciones a los derechos, no solo de las mujeres que lo acusan, sino del estado en general.

De moralidad aquí no hay nada, y más cuando no rompe el pacto patriarcal.

3.- Lozoya en la mesa.
Esta semana, el PRI exigió a la Fiscalía General de la República y las autoridades competentes que deben aplicar la ley y explicar qué ocurre en el caso de Emilio Lozoya. “Nadie por encima de la ley. Nadie al margen de la ley”.

Y es que nada está claro, hasta la frase “legal, pero inmoral” confunde.

¿O no?

Lo cierto es que, unas tantas veces, el gobierno federal le sirve a los inmorales.

Y le pone un tanto de legalidad, pero inmoralidad al asunto.

Así, todos se sientan a comer en el restaurante o donde quiera que sea. Al parecer, en México, todos quieren un asiento en la mesa de la inmoralidad.

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