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3 de marzo 2023

Opinión

#ConTaconesEntreLegos | El Zócalo está de testigo

Con tacones entre legos

El Zócalo está de testigo de cómo López Obrador hoy está muy lejos del político que fue ayer. La marcha ciudadana del pasado domingo va más allá de la defensa del INE: es un reclamo democrático ciudadano que exige transparencia y cero corrupción

Por Marcela Garza Barba

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2014. AMLO lucha por la democracia.

2023. Los ciudadanos luchan porque AMLO mantenga la democracia.

Irónico, ¿no?

Ahora, AMLO está del otro lado de la democracia por la que tanto luchó.

Literalmente en un Plan B.

Y el Zócalo está de testigo.

No se sabe por qué Andrés Manuel López Obrador dejó de ser ese ferviente activista pro democrático.

Ese que salía a las calles a defender los derechos de los mexicanos.

Ese que llenaba el Zócalo, sin necesidad de acarreados con tortas y frutsis, bajo el brazo (siempre criticó a los vendidos).

Ese que prometía transformar a México en un país sin corrupción y lleno de nuevas oportunidades.

Y es que después de aquel discurso de victoria en 2018, el presidente cambió de piel, a una más autocrática.

El AMLO democrático, poco a poco se torno en un “yo yo” presidencial, en donde sus consejeros más allegados lo dejaron solo y terminaron siendo reemplazados por unos tantos floreros y corcholatas.

Lo anti democrático de López Obrador y su 4T no solo se refleja en el secuestro exprés que se quiere hacer al INE, sino en la falta de estrategias en los pilares de México.

La educación.

La seguridad.

La economía.

La afamada austeridad cuatroteísta ha puesto en aprietos a nuestro país.

Es más importante el Tren Maya que la educación de nuestros niños.

Digo, se redujo en un 11 por ciento el presupuesto para educación básica, mientras que para el Tren Maya se gastó 185 por ciento más del presupuesto aprobado.

Me pregunto. ¿Cuál es la prioridad en una sana democracia?

Y es que, al parecer, el actual presidente de México fue democrático a conveniencia.

Utilizó la democracia como bandera para sentarse en la silla presidencial.

Y de pasada también al INE que ahora tanto quiere disolver.

Porque sí, el INE fue un actor democrático fundamental para la victoria del ahora presidente cuasi autoritario.

El Zócalo está de testigo.

De cómo antes AMLO se pronunciaba a gritos por la democracia y ahora se pronuncia a gritos para que suceda lo contrario.

El Zócalo está de testigo de cómo, poco a poco, el actual mandatario se enfoca en crear a un falso Mesías con una base de polarización social destructora.

El Zócalo está de testigo de cómo López Obrador hoy está muy lejos del político que fue ayer.

La marcha ciudadana del pasado domingo va más allá de la defensa del INE.

Es un reclamo democrático ciudadano que exige transparencia y cero corrupción a López Obrador y los suyos.

No por nada, el presidente salió con nombres y apellidos de los dizque opositores y criminales de cuello blanco que lideraron la marcha.

Los de Morena, ¿éticos y transparentes?

Con Rocío Nahle y Manuel Bartlett tenemos.

Y es que, el Zócalo está de testigo, de cómo los ciudadanos marcharon por el cúmulo de un hartazgo social.

Porque los que protestan en contra de su líder es porque no se sienten escuchados ni protegidos.

Según una Encuesta Nacional de Cultura Cívica en México, 47 por ciento dice estar poco satisfecho o nada satisfecho con la democracia en México.

Hoy, el poder ciudadano vale más que el poder del gobierno.

A los ciudadanos les llega más un discurso de Beatriz Pagés y José Ramón Cossío que uno del presidente.

Y es que el Zócalo ya no es lugar para un Andrés Manuel López Obrador anti democrático.

Tal vez, por eso, se abraza a su púlpito en la mañanera.

Porque sabe que el ciudadano no solo se cuestiona, sino exige sus derechos.

Como alguna vez lo hizo él.

Sin Plan B de por medio.

El Zócalo está de testigo.

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