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2 de diciembre 2022

Opinión

#ConTaconesEntreLegos | El ‘Echeverrismo’ de AMLO

Con tacones entre legos

La democracia mexicana pende de un hilo, pues estamos más cerca del Echeverrismo que de la promesa de una verdadera transformación

Por Marcela Garza Barba

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AMLO critica los años “gloriosos” del PRI.

Pero falta que se vea en un espejo.

Cualquier parecido ¿es mera coincidencia?

Los que aún no ven, el mandatario está dando pan con lo mismo…

¡O torta, más bien!

Y mientras el ciudadano toma el pan como trueque político México se hunde en un profundo abismo anti democrático.

Unos tantos han de decir “ya chole con la marcha Pro INE y la contra marcha amloísta”.

Pero ¿saben qué?, tenemos que seguir hablando del tema.

Porque estamos siendo espectadores de algo histórico, bien lo dicen las “corcholatas” morenistas.

Pero no me refiero a ese tipo de “histórico”.

Histórico, porque es algo perteneciente al pasado.

Y es que la historia se repite en México y no de una buena manera.

Cuando vi las primeras fotos de la marcha presidida por el presidente Andrés Manuel López Obrador, con banderas ondeando del PT y de Morena, con los miles de feligreses acarreados encandilados por un festejo de no sé qué, pensé: volvimos a los años “gloriosos” del PRI.

Estamos ante una copia del ‘Echeverrismo’.

Aquel Echeverrismo que festejaba los “logros” de su gobierno en las calles.

Logros que los ciudadanos no palpaban en su día a día.

Pero es que era la manera de Echeverría o no había otra manera.

Comenzando por los tintes de aquella “guerra sucia” en la que el ex mandatario priista maquinaba una campaña de represión para frenar cualquier movimiento suscitado desde la oposición.

Y no me refiero a Tlatelolco, sino al modo de silenciar a los que se oponían a su gobierno.

No a lo neoliberal ni a la privatización, sí a las paraestatales.

¿Les suena un tanto familiar?

Sigamos en los 70s, aunque en realidad parezca 2022.

En aquel entonces, el presidente de México, Luis Echeverría caminaba tal cual ‘rockstar’ por las calles del Zócalo, al igual que ahora lo hace AMLO.

Echeverría, al igual que AMLO, estrategizaba sus planes de gobierno en base a la división.

Al nosotros y ellos.

Echeverría fue el maestro del divide y vencerás.

Fue el que impuso al anti fifí.

Pura demagogia política.

El ex mandatario utilizaba las fuerzas policiales y militares para reprimir al pueblo que supuestamente lo eligió.

Los movimientos sociales eran cancelados desde Los Pinos, pues Echeverría no toleraba que le dieran la contra.

Tal cuál AMLO, ¿no?

Populismo cuasi autoritario.

El Echeverrismo fue marcado por una grave crisis económica originada por el mal manejo desde Los Pinos, ya que nadie podía manejar la economía de la nación más que el mismo Echeverría.

Y cuando se trataba de sucesores favoritos a la presidencia ni se diga, se elegían por dedazo, así como las afamadas “corcholatas”, que por cierto ya están en campaña y no hay regulación de gasto alguna.

Y si le sigo, hay más de Echeverría en AMLO.

Hasta su amor por las dictaduras, en especial por Venezuela.

La contra marcha es histórica, pero porque es un despertar para el mexicano que no quiere regresar al sistema político putrefacto de los años jurásicos del PRI.

La marcha del 27 de noviembre nos vino a recordar que México aún está sumergido en una cultura política de opresión, represión y acarreo.

De pan con lo mismo, aunque ahora sean tortas y frutsis.

La democracia mexicana pende de un hilo, pues estamos más cerca del Echeverrismo que de la promesa de una verdadera transformación.

¡Vaya Primor!

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