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7 de mayo 2021

Opinión

#ConTaconesEntreLegos | Brandon Giovanny y La Austeridad de Cuarta

Con tacones entre legos

La Línea 12 del Metro no es la única línea que ha sido construida sobre un castillo de naipes, la línea de la vida del pueblo, de nuestros hijos, también

Por Marcela Garza Barba

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Soy madre, tengo hijos y me uno al grito desesperado de Marisol.

Su hijo Brandon Giovanny salió a comprar el regalo del Día de las Madres, pero nunca regresó.

Acabó en la lista de fallecidos de la tragedia de la Línea 12 del Metro.

Al igual que Marisol, me pregunto…

¿A qué juega el gobierno?

La Línea 12 del Metro no es la única línea que ha sido construida sobre un castillo de naipes, la línea de la vida del pueblo, de nuestros hijos, también.

¿Hasta cuándo las supuestas autoridades tirarán nuestras vidas al vacío, en este juego de austeridad de cuarta?

Que si sabotaje.

Que si especulación.

Que si fueron los de la administración pasada o los mismos pintados de otro color.

Hoy sobra dicha politiquería y más.

Porque lo cierto es que la supuesta austeridad del gobierno de la Cuarta Transformación nos está robando la vida.

Se la robó a Brandon Giovanny.

El menor no pudo entregarle el regalo del Día de las Madres a su madre, Marisol.

Sin palabras.

Se presume que el Metro de la Ciudad de México recorta sus gastos desde 2019.

Desde 2019, el recorte ha sido el más bajo nivel en 6 años, aunque la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum diga lo contrario.

El año pasado hablamos de 41 personas lesionadas y un hombre muerto, en un accidente fatal en la Estación Tacubaya de la Línea 1 y hoy hablamos de al menos 25 muertos y 80 heridos entre la estación Olivos y Tezonco, de la Línea 12 del Metro.

¡Brutal!

Esta semana, la Coparmex de la Ciudad de México hizo un llamado y condenó la austeridad en el mantenimiento del Metro.

Dicho organismo dio a conocer que, para este 2021, se tiene programado un gasto de 15 millones y hasta el primer trimestre solo lleva ejercido un poco más de 2 millones de pesos.

En otras palabras, apenas el 17.6 por ciento.

Marcelo Ebrard, de la administración pasada, o Claudia Sheinbaum de la actual, es lo de menos.

Las decisiones “ahorrativas” en lo que se refiere a la supervisión, operación y mantenimiento del Metro es lo más.

De ahí a fincar responsabilidades sin color ni partido.

Pero el responsable, que sea responsable y no tapadera, por el calor electoral.

Que desfachatez de la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, al llegar al lugar de la tragedia y decir que el colapso surgió debido a una trabe vencida.

Vencido está, pero el mantenimiento, pues el colectivo tampoco contó con la figura de un subdirector de mantenimiento por más de un año.

Se dice que, con Sheinbaum, el presupuesto del Metro cayó más de 3 mil 300 millones de pesos entre 2018 y 2020.

¡Vaya mexicanada!

Al cabo que no importa jugar con la vida del pueblo.

Hay que recortar y seguir la política de austeridad de cuarta.

Falta ver el afamado peritaje internacional del que tanto se habla, porque los de casa prefieren no meterse.

Hay mucho mugrero tirado desde la inauguración de la afamada línea dorada en 2012.

¡Saltarán chispas!

Pero mientras se avientan culpas, jefes de gobierno, directivos de empresas y empleados, otros entierran con gran dolor y coraje a sus familiares.

Como Marisol Tapia, que el mismo día que enterraba a su hijo Brandon Giovanny escuchaba a su presidente recordar la Batalla de Puebla.

Por favor.

Como si el pueblo necesitara otra ironía.

“Pese a estar de luto por el accidente en el Metro, debemos recordar la Batalla de Puebla”,

¿Cómo, señor presidente?

Usted también tiene hijos, debería entender.

Usted también es mexicano.

Usted también fue pueblo.

Únase al dolor de corazón, no en una “mañanera”.

Digo, en campaña se unía más al pueblo en tragedias como esta.

¿O ya se le olvidó?

En su discurso, disque entiende al pueblo.

Créame, no lo entiende.

Porque si entendiera al pueblo mexicano no dejaría de pensar y abrazar a una madre como Marisol y a los otros familiares de las víctimas.

Marisol vivió “un infierno en la tierra”, a causa de la negligencia de las autoridades, esas, las que supuestamente nos protegen.

Su infierno comenzó al colgar con su esposo Rigoberto, cuando le dijo que casi llegaba a casa, que iba sobre periférico.

Rigoberto iba con su hijo Brandon Giovanny.

Rigoberto y Brandon Giovanny nunca bajaron del vagón a pie.

Sus cuerpos cayeron de un segundo piso en caída libre.

Su esposo, gravemente herido, fue trasladado a un hospital, pero Brandon Giovanny no aparecía.

No puedo ni imaginarme las horas de angustia de Marisol.

Y de ahí, la búsqueda de una madre desesperada ante un sistema evidentemente colapsado, al igual que la Línea 12 del Metro, “Estación Olivos”.

Marisol buscó en las listas de ambulancias, en las de los hospitales, y en la lista de fallecidos… pero de su hijo, nada.

Literalmente, no había rastro alguno o no se lo querían dar.

Las autoridades correspondientes se aventaban “la bolita” y no actualizaban los datos.

Hasta se dice que repetían nombres de sobrevivientes en varios hospitales.

¿Negligencia o estupidez?

O las dos.

Pero nadie decía nada, como nadie es culpable ahora.

Entre la desesperación de Marisol y la falta de autoridad, se emitió una Alerta Amber para buscar a Brandon Giovanny.

Pero poco duró el aire de esperanza, cuando el niño de Marisol salió en la lista de difuntos.

“Ojalá pierdan lo que más aman en la vida”, gritó desesperadamente a las autoridades.

Y es que no se juega con la vida del pueblo.

Pero las autoridades deciden jugar.

Deciden jugar con la construcción de cuarta de la disque línea dorada del Metro.

Con el mantenimiento nulo, del medio de transporte que mueve diariamente a casi 5 millones de mexicanos.

Con las listas de las víctimas y sus familiares.

Las que tenemos la fortuna de ser madres sabemos que, si nuestro hijo se cae en la calle, corremos a levantarlo y a curarlo.

Pero aquí, Marisol no tenía ni cómo levantarlo y menos curarlo, porque se lo arrebataron por disque ahorrarse unos pesos.

Marisol culpa a las autoridades.

La verdad, yo también lo haría.

Como dijo: “me dolió tanto verlo en la plancha, nadie me lo va a regresar, mi niño no se merecía esto. Me mataron a mi niño”.

¡Qué dolor!

Marisol y el resto de los familiares de las víctimas merecen una explicación.

Una explicación de cómo la disque línea dorada del Metro se cayó, tal cual torre de naipes, mientras que unos tantos mexicanos viajaban en el tren de la vida.

De cómo unos cuantos denunciaron irregularidades a tiempo y nunca nadie hizo nada.

¿Qué no entienden?

Les quitaron la vida, a un menor de edad y otros tantos hombres y mujeres, por un mal manejo estructural (y hablo no solo de la estructura física, sino de todo el mugrero de recorte presupuestal que se presume está detrás.)

No es momento para recordar la Batalla de Puebla, en medio de un luto nacional, señor presidente.

Es momento de investigar, de castigar a los culpables que decidieron jugar con nuestras vidas.

Pero si para los que gobiernan, la austeridad de cuarta está sobre la vida del pueblo (aunque digan que la tragedia no ocurrió por andar centaveando), para el pueblo no vale nada la supuesta autoridad.

Y menos cuando nos dicen, en nuestra cara, que la vida de nosotros y nuestros hijos no vale nada.

Al fin de cuentas, Brandon Giovanny no pudo entregarle el regalo del Día de las Madres a su mamá.

Y eso es lo importante.

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