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14 de agosto 2019

Economía

El «bromance» de Arturo Herrera y José Antonio Meade

Podría pensarse que fue una reunión entre opuestos, pero Arturo Herrera tiene algo en común con José Antonio Meade y José Antonio González Anaya más allá de ser el titular de la Secretaría de Hacienda: la ortodoxia como método.

Por Rodrigo Carbajal

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El martes, Arturo Herrera recibió en su despacho a José Antonio Meade y a José Antonio González Anaya, dos de sus antecesores en la Secretaría de Hacienda. Fue un encuentro informal entre el tecnócrata más influyente del primer gobierno de izquierda en México en la época reciente y dos ex funcionarios que ayudaron a diseñar la agenda de reformas pro mercado de la administración de Enrique Peña Nieto.

 

Pese a que podría pensarse que fue una reunión entre opuestos, Herrera tiene mucho en común con Meade y González Anaya. Aún bajo el mandato de Andrés Manuel López Obrador, calificado por la oposición y por los medios internacionales como un populista, el secretario de Hacienda de la 4T ha desplegado una política económica de corte ortodoxo, muy similar a la de sus antecesores.

 

En este gobierno, el respeto a la autonomía del Banco de México ha sido total. Es algo en lo que el Presidente ha insistido públicamente. El propio Arturo Herrera subraya que es imperativo mantener el mandato único de la política monetaria, centrado en la estabilidad de precios.

 

La apertura comercial también ha sido un sello de la política económica lopezobradorista. No se han implementado nuevas barreras arancelarias o no arancelarias significativas, además de que se ha invertido capital político en la renovación del T-MEC, el tratado reformado de libre comercio para América del Norte. La consecución de este objetivo ha llevado a la administración de López Obrador a aceptar condiciones draconianas en un acuerdo de control migratorio sin precedentes.

 

La trayectoria del Presidente como un líder social de izquierda, su retórica estridente y decisiones erráticas independientes como la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México son citados en los reportes de los bancos de inversión como elementos en común con otros gobiernos populistas de izquierda en América Latina.

 

Sin embargo, la heterodoxia de la política económica del chavismo en Venezuela o incluso del kirchnerismo en Argentina, encuentran poca resonancia en la conducción de la economía de la administración de López Obrador.

 

El sello distintivo de la política económica de este gobierno encuentra más similitudes con los gobiernos más ortodoxos de Occidente: una política fiscal restrictiva abocada a registrar un superávit primario, a no elevar la razón de deuda como porcentaje del PIB y a no elevar los impuestos (pese a tener la tasa de recaudación como porcentaje del PIB más baja entre los países de la OCDE). Ésta es una declaración implícita de que el control de la inflación y del tipo de cambio son más importantes que la tasa de crecimiento de la economía.

 

No obstante, los gestores de fondos siguen identificando a México como un país que pertenece a la misma categoría de países emergentes ingreso medio alto de América Latina.

 

La etiqueta regional tiene un peso significativo: los dos países con el mayor riesgo implícito en sus bonos de deuda soberana son latinoamericanos, Venezuela y Argentina. Esta condición cuenta con un fuerte componente de riesgo político, pero también expresa el hecho de que la estructura de las economías de América Latina siguen siendo altamente dependiente de la exportación de materias primas.

 

México es la excepción: ingresan más divisas al país por la exportación de manufacturas que por la venta de petróleo. A pesar de ello, los mercados financieros le asignan un riesgo país a los bonos de deuda soberana mexicana similares a los de naciones latinoamericanas como Colombia, Perú o Brasil.

 

Esto lo sabe Arturo Herrera, el secretario de Hacienda que ha continuado una tradición de política económica de más de tres décadas en México: la ortodoxia. “En los últimos meses he tenido reuniones informales con casi todos los secretarios de Hacienda desde 1994 y con casi todos los subsecretarios del ramo desde 1982”, publicó Herrera en su cuenta oficial de Twitter.

 

Sí, prácticamente todos los secretarios y subsecretarios de lo que el Presidente López Obrador llama el periodo neoliberal.

 

 

 

 

 

 

 

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