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16 de agosto 2019

Economía

Alfa: en estado de emergencia

Alfa está en terapia intensiva: el valor de capitalización de mercado de la compañía ha caído 70 por ciento en los últimos cinco años. La emergencia se volvió real hace dos días, cuando la acción del conglomerado regiomontano se desplomó 8.8 por ciento en una sola jornada.

Por Rodrigo Carbajal

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Cuando hace dos días, el pasado 14 de agosto, Alfa perdió el 8.8 por ciento de su valor de capitalización de mercado en una sola jornada, se encendieron los focos rojos en Gómez Morín 1111, la sede del corporativo regiomontano en San Pedro Garza García.

 

Ese día, el IPC de la Bolsa Mexicana de Valores tocó su nivel más bajo en cinco años, y Alfa destacó por ser la acción más castigada del índice.

 

Eso exhibió el estado de emergencia que vive la compañía: la acción de Alfa ha caído 70 por ciento desde que alcanzó su punto más alto en septiembre de 2014.

 

La debacle presagia la que podría ser la tercera crisis de su historia.

 

La primera fue la del colapso de 1982, cuando la devaluación del gobierno de José López Portillo obligó al conglomerado regiomontano a reestructurar su deuda con los bancos internacionales.

 

La segunda fue la de 2008-2009, cuando la Gran Recesión forzó una transición de liderazgo en la compañía. Salió Dionisio Garza Medina y entró Armando Garza Sada.

 

Ésta, la de 2019, es producto de decisiones erráticas en los últimos cinco años.

 

Pero, realmente, ¿qué es lo que está viendo el mercado?

 

  1. Primero, malos resultados. La utilidad neta del conglomerado cayó 37 por ciento en el segundo trimestre del 2019 frente al mismo periodo del año pasado. El flujo financiero de Alpek, su filial petroquímica, se redujo 33 por ciento en este periodo debido a precios del petróleo más bajos.Nemak, la subsidiaria que produce cabezas de motor de aluminio, registró una contracción de 16 por ciento en su utilidad antes de impuestos, intereses, depreciaciones y amortizaciones. Están cerrando una planta en Canadá.

 

  1. Segundo, la compañía no está creciendo. Alfa está vendiendo activos estratégicos para poder controlar los más de 7,100 millones de dólares de deuda neta que tienen en su hoja de balance.Se deshicieron de dos plantas de cogeneración de electricidad con un valor de 801 millones de dólares y Axtel le vendió a Megacable su negocio de Mercado Masivo de Fibra Óptica en cinco ciudades mexicanas.En el segundo trimestre del 2019, los ingresos de Alfa decrecieron 8 por ciento en términos anuales.

 

  1. Y tercero, algunos analistas consideran que el portafolio de Alfa no se ha renovado. La historia de la compañía está marcada por la compra y venta de empresas para adaptar su perfil de negocios a los nuevos tiempos. Cuando se vendió Hylsa, Alfa obtuvo 2,253 millones de dólares que utilizó para reconfigurar su estrategia. Desde ese último cambio, han pasado casi quince años.

 

Esto es lo que se ve desde fuera. Sin embargo, al interior de la compañía también hay dudas sobre el futuro de Alfa. Éstas son las preocupaciones de algunos de sus accionistas:

  1. Sigma, la división de alimentos, es la única subsidiaria de Alfa que está aportando crecimiento significativo a la empresa. El problema es que la desaceleración económica global está empezando a asomarse en los resultados de esta filial. El flujo de sus operaciones europeas se contrajo 40 por ciento en el segundo trimestre del 2019 en relación al mismo periodo del 2018.Los malos resultados han encendido las alarmas, ya que apenas en el 2015 Alfa adquirió el 100 por ciento de las acciones de la empresa de productos alimenticios española Campofrío, que en ese entonces se valuó en 675 millones de euros.
  2. Preocupan los altos niveles de inventarios, particularmente en Sigma, que busca cubrirse de un desabasto de carne de cerdo que ha llevado a incrementos significativos en el precio de este commodity. Alejandra Marcos, una analista de Intercam Casa de Bolsa, apunta que el valor de los inventarios sumado al efectivo en cajas representa casi la totalidad del valor de capitalización de mercado de Alfa.
  3. Nemak podría ser un negocio con fecha de extinción. Fuentes cercanas al asunto dijeron a Código Magenta que no existe una estrategia de largo plazo para hacer frente a la transición eléctrica del sector automotriz; o un plan de mediano plazo para mitigar el hecho de que los productores de motores son cada vez más eficientes en el uso del aluminio, lo que implica un riesgo importante para esta división industrial de Alfa.
  4. El factor político. Existe nerviosismo entre los accionistas respecto al futuro judicial de José Antonio Meade, quién se incorporó al Consejo de Administración de Alfa a principios de este año. Justa o injustamente, el ex secretario de Hacienda fue mencionado por el juez del caso de Rosario Robles como un sujeto de interés para la investigación de la llamada Estafa Maestra. Eso podría agravar la imagen de Alfa en un momento crítico para la compañía.

 

Para muchos, es evidente que Alfa necesita un golpe de timón. Pocos Consejos de Administración toleran una caída de 70 por ciento en el valor de capitalización de mercado de la empresa. El conglomerado regiomontano parece ser la excepción.

 

La pregunta es si, como en política, habrá una rebelión de las bases entre los accionistas, o permanecerá el consenso de quienes mantienen el liderazgo de la compañía con el status quo.

 

El primer acto revolucionario podría ser seguir vendiendo acciones de Alfa.

 

 

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