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17 de febrero 2025

4 de febrero 2025

¡Que alguien me explique!

Un “triunfo” que está por verse

Lo pronosticamos ayer: El presidente Trump usaría las llamadas con Claudia Sheinbaum y Justin Trudeau para aplazar la aplicación de los aranceles… Nadie se engañe, quien crea que es el principio del fin del conflicto está muy equivocado

Por Ramón Alberto Garza

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Lo pronosticamos ayer por la mañana, en el video “El narcogobierno jamás se vio venir” en Código Magenta, y en el que advertíamos que el presidente Donald Trump usaría las llamadas con la presidenta Claudia Sheinbaum y con el primer ministro Justin Trudeau para aplazar la aplicación de los aranceles. Y así sucedió.

Textualmente advertimos horas antes de esos diálogos telefónicos entre los mandatarios: “¿Será la llamada de hoy el pretexto para cancelar o aplazar la amenaza del 25 por ciento de los aranceles? La tensión crece por horas, sobre todo, cuando los mercados financieros están dando ya su veredicto y no es para nada halagador”.

No se debía tener una bola de cristal para concluir lo que finalmente se dio. Desde el momento en que el pasado domingo por la tarde, el inquilino de la Casa Blanca anunció que sostendría reuniones telefónicas con sus contrapartes de México y Canadá, estaba abriendo la puerta a la negociación. Y esa fue su “generosa salida” para tener el pretexto de suspender la imposición de aranceles que -apenas anunciada el sábado- le estaba costando mucho, no sólo entre su clase empresarial irritada, sino entre los ciudadanos norteamericanos. ¡Todos quietos, que el guacamole del Super Bowl del domingo próximo no sube de precio!

Pero que nadie se engañe. Quien crea que este aplazamiento es el principio del fin del conflicto está muy equivocado. Es, apenas, la entrada a un infierno de perpetua negociación en la que, si hoy se piden 10 mil elementos de la Guardia Nacional, mañana se pedirán 20 mil y unos días después 30 mil. La Espada de Damocles sobre México -y también sobre Canadá- será permanente.

De hecho, si se analiza la estrategia de ayer lunes, la primera llamada fue con la presidenta Claudia Sheinbaum, porque el mandatario norteamericano sabía que lograría lo que pidiera. Y le urgía poner a la presidenta de México como ejemplo frente al canadiense Justin Trudeau, con quien las negociaciones estaban más ríspidas, sobre todo, en el tema de la banca norteamericana que quiere operar más abiertamente en Canadá. En pocas palabras, flojito y cooperando -como sucedió con la presidenta Sheinbaum- y avanzamos. Te resistes, te castigo.

Inclusive, fueron necesarias no una, sino dos llamadas telefónicas con el primer ministro Justin Trudeau para alcanzar los acuerdos. Y acabaron también pactando 10 mil efectivos militares para frenar el tráfico de opioides y, algo más, que sin duda se le exigirá también a México: la designación de un Zar del Fentanilo, para frenar el contrabando de esa letal droga que le arrebata la vida a más de 100 mil norteamericanos cada año.

Por lo pronto, la presidenta Claudia Sheinbaum puede vender a “Juan Pueblo” que su estrategia de “cabeza fría” le funcionó. Pero que no se engañe. Ella sabe que está caminando sobre una capa de hielo muy delgada y que, en cualquier momento, la disrupción y la violencia que caracterizan al inquilino de la Casa Blanca vuelve a la mesa de las negociaciones, a dar el manotazo. El diálogo no es entre dos. Esas negociaciones son un monólogo, una postura unilateral. “Esto es lo que quiero y si me lo das, pongo pausa sobre la amenaza que siempre estará ahí”.

Sin duda, hoy es mejor el aplazamiento de 30 días de los aranceles para abrir espacio a un “diálogo”. Pero, aunque la presidenta Claudia Sheinbaum tiene sus buenas razones -y son justas- allá arriba del Río Bravo no se las van a escuchar como ella quisiera. De hecho, no creemos que tengamos hoy toda la información del paquete completo que verdaderamente se acordó en la llamada de ayer. ¿Vienen capturas de capos del narcotráfico? ¿Se va a entregar a algún narcopolítico o a algún narcoempresario de los que apoyaban a los jefes del Cártel de Sinaloa o del Jalisco Nueva Generación? ¿Designaremos un Zar del Fentanilo, como Canadá?

El desdén del presidente Donald Trump hacia México y sus negociadores se asoma desde su mensaje de ayer en redes sociales, en el que dice que los tres mosqueteros de sus negociaciones serán Marco Rubio, secretario de Estado; Scott Bessent, secretario del Tesoro y Howard Lutnick, secretario de Comercio. Ellos se reunirán “con representantes de alto nivel de México”. Ni Marcelo Ebrard ni Juan Ramón de la Fuente son mencionados por sus nombres. Y vaya que el presidente Trump conoce a Marcelo Ebrard.

Por lo pronto, lo que se tiene -si se respetan los acuerdos- son 30 días para realinear fuerzas. Pero que no se hagan demasiadas ilusiones la presidenta Claudia Sheinbaum ni el primer ministro Justin Trudeau. La lista de exigencia irá mucho más allá de los 10 mil elementos de la Guardia Nacional en las fronteras. Para frenar el tráfico de Fentanilo y -algo que no dijo en su reporte de la llamada- para frenar a los inmigrantes que intenten pasar a los Estados Unidos.

Lo que tiene que aprovechar la inquilina de Palacio Nacional es la oportunidad de marcar distancia con el gobierno de su antecesor, que fue el que pactó abiertamente -los admitan o no- con el crimen organizado. Ya Canadá aceptó también imponer a los cárteles la etiqueta de grupos terroristas. México tendrá que aceptar los mismos términos, sin quejarse, y aquí es donde comenzará la auténtica pesadilla para el gobierno de la Cuarta Transformación que, si no se alinea, naufragará en cuestión de meses por sus evidentes complicidades con quienes hoy ya dieron santo y seña en las Cortes de Nueva York.

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