¿Cuánto falta para la elección?

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¡Que alguien me explique!

Un Presidente que decide todo

Más que un aliado, el presidente López Obrador ya tendría en Samuel García a un rehén con el que pondrá de rodillas a Movimiento Ciudadano para que apoye incondicionalmente en el Congreso las iniciativas de Morena

Por Ramón Alberto Garza

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Si están buscando una explicación del por qué Samuel García, el gobernador electo de Nuevo León está tomando con cinismo y burla las sanciones sobre su cuestionada campaña, solo hace falta repasar la conferencia mañanera de ayer miércoles. En ella, el presidente Andrés Manuel López Obrador decreta por su voluntad que en el caso de la elección de Nuevo León ya todo está decidido, que el pueblo bueno y sabio ya votó.

“Lo que yo opino es que se debe también de tomar en cuenta al pueblo de Nuevo León, que votó, que fue el día de la elección y ejerció su derecho a votar. Y eso es importante, esa es la esencia de la democracia. Puede ser que haya irregularidades, que haya manipulación, pero al final fueron los ciudadanos los que decidieron, y la verdad, el pueblo no es tonto. Una cosa es que falsifiquen las actas, que rellenen las urnas, lo que sucedió cuando nos robaron la presidencia en 2006”.

Lo que el presidente López Obrador quiso decir es que ya de poco valen los cuestionamientos del INE sobre las prácticas ilegales o las investigaciones en curso de la Fiscalía General de la República, sobre las triangulaciones financieras de la familia de Samuel García a su campaña y a Movimiento Ciudadano.

El presunto financiamiento ilícito en donde se da la danza de los millones entre el candidato, su familia inmediata y los cuarteles naranjas, no cuentan para descalificar una elección. Si así es, ¿entonces, para que están las leyes, señor Presidente?

Lo que se asoma en la defensa presidencial hacia el triunfo de Samuel García -pasando por encima de las investigaciones en curso del árbitro y de la Fiscalía- es que ya existiría un acuerdo entre Palacio Nacional y Movimiento Ciudadano.

Y que más que un aliado, el presidente López Obrador ya tendría en Samuel García a un rehén con el que pondrá de rodillas a Movimiento Ciudadano para que apoye incondicionalmente en el Congreso las iniciativas de Morena.

A menos que el inquilino de Palacio Nacional esté jugando al “defensor” para que cuando venga la sanción, nadie lo culpe de la descalificación, si tomamos el “ya se decidió” -cuando todavía no se decide- es que esa es su voluntad.

Y no lo es solo para Nuevo León y Movimiento Ciudadano. En la mañanera de ayer, el presidente López Obrador también salió a la defensa del gobernador electo de San Luis Potosí, postulado por el Partido Verde, quien tiene también carpetas de investigación en la Fiscalía General de la República.

El mandatario defendió a Ricardo Gallardo Cardona bajo el argumento de que, si algún día estuvo en la cárcel, fue porque le quisieron bloquear su candidatura a un puesto de elección popular.

“Es como lo de San Luis Potosí, que están también molestos con el gobernador electo, es igual, y la pregunta es: ¿de parte quién?, ¿a quién no le gusta? Que estuvo en la cárcel. Sí, sí estuvo en la cárcel el gobernador electo de San Luis, pero la versión que él sostiene es de que lo metieron a la cárcel porque no quería que se inscribiera para ser candidato y le compitiera a quien quería el régimen que fuese el candidato y que por eso le fabricaron un delito y al ‘tambo’, y lo sacaron cuando ya había candidato”.

Lo que se asoma en estas “defensas que perjudican”, es que el jefe de la Cuarta Transformación tiene la urgencia de tener el favor de los votos, tanto del Partido Verde como de Movimiento Ciudadano. Sin ellos no hay reformas constitucionales.

Con los 43 votos verdes y los 23 naranjas, el presidente López Obrador se acerca a la llamada mayoría calificada, que le permitiría promover cambios constitucionales como el de la Guardia Nacional, el de la nueva legislación de la Industria Eléctrica o la reestructura del Instituto Nacional Electoral.

Y si en sus mañaneras, una y otra vez anuncia que ya vienen esos cambios constitucionales, es porque el presidente tiene la certeza de que los que hacen falta votarán a favor de sus iniciativas.

Con el Verde y el Naranja votando junto con Morena, solo harían falta 28 de 70 diputados del PRI para consumar las reformas constitucionales.

Y esos dos bloques, aunados a una “crisis interna” del PRI entre Alejandro “Alito” Moreno y Miguel Ángel Osorio Chong, resuelven el problema. Sobrarán los diputados tricolores que voten junto con Morena.

¿Qué pensarán de esta defensa presidencial todos aquellos que se sumaron en Nuevo León al mantra de “Votar por cualquiera, menos por Morena”?

¿Qué dirán aquellos empresarios, políticos y líderes de opinión que alentaron candidaturas de opositores que ahora ya están como rehenes de la Cuarta Transformación?

Y no hacen falta más que 32 días para que todo lo que se sospecha se confirme o se desmienta.

Eso será cuando el presidente López Obrador envíe el primero de septiembre las iniciativas preferentes que tendrán que ser votadas antes del 30 de septiembre.

El que Samuel García se siente sin problemas en la silla que dejará Jaime “El Bronco” Rodríguez dependerá de que Movimiento Ciudadano cumpla con su cuota del acuerdo. Si no, antes del 4 de octubre hay tiempo de revivir la judicialización del esposo de la exitosa influencer.

Y luego, hay quienes se cuestionan de dónde saca Samuel García el valor para burlarse con tanto desparpajo y cinismo de quienes todavía lo están investigando.

Lo dicho, esta tonada naranja ya tiene dueño… y su autor no es necesariamente quien lo confirmó ayer en el poder.

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