¿Cuánto falta para la elección?

30 de abril 2024

16 de abril 2024

¡Que alguien me explique!

¿Evitando otro “Error de Diciembre”?

Es cierto que la economía estaba “prendida con alfileres”, pero la inexperiencia del nuevo equipo zedillista en Hacienda cometió desaciertos de operación que podrían haber evitado o cuando menos mitigado el llamado “Error de Diciembre”

Por Ramón Alberto Garza

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Durante la transición presidencial de 1994 se dieron fuertes jaloneos entre el presidente saliente, Carlos Salinas de Gortari, y el presidente entrante, Ernesto Zedillo.

En 10 días antes del cambio de gobierno -el 20 de noviembre- Zedillo, junto con Jaime Serra Puche -perfilado ya como su secretario de Hacienda- acudieron con el presidente Salinas y su secretario, Pedro Aspe, para intentar convencerlos de que devaluaran el Peso antes del cambio de la banda presidencial.

Los temores de Zedillo y Serra eran que, dados los bajos niveles de reservas, producto de la inestabilidad política causada por los asesinatos de Luis Donaldo Colosio y José Francisco Ruiz Massieu, además de la rebelión zapatista, el nuevo gobierno se viera obligado a devaluar la moneda, que en esos momentos operaba en una banda de control. Una contabilidad no tan evidente como lo eran los llamados Tesobonos le agregaban un riesgo adicional.

Tanto Salinas como Aspe rechazaron la propuesta, argumentando que no veían necesaria la devaluación. Incluso, el presidente en funciones le propuso a Zedillo que, como garantía de que su diagnóstico era correcto, se mantuviera a Aspe como secretario de Hacienda por unos meses, mientras el nuevo presidente confirmaba que no había nada de qué preocuparse. Si se daba la devaluación, Salinas y Aspe correrían con la culpa.

Pero Zedillo rechazó la propuesta. El nuevo presidente y su equipo cercano sostenían una rivalidad de años con Aspe. Sobre todo, en el sexenio salinista, cuando Aspe era el titular de Hacienda -la recaudación- y Zedillo el de Programación -el gasto-.

Se designó a Serra como nuevo secretario de Hacienda y fueron ajustados una larga lista de experimentados funcionarios en dicha dependencia, que se curtieron en la escuela de Aspe, pero que, sobre todo, tenían la confianza, dentro y fuera de Mexico, de cómo operar en crisis.

Lo demás es historia. Es cierto que la economía estaba “prendida con alfileres”, pero la inexperiencia del nuevo equipo zedillista en Hacienda cometió desaciertos de operación que podrían haber evitado o cuando menos mitigado el llamado “Error de Diciembre”.

Viene este recordatorio en los momentos que trasciende que, si Claudia Sheinbaum gana la elección presidencial, sería altamente probable ratifique en la Secretaría de Hacienda a Rogelio Ramírez de la O, un economista serio, reconocido y que es escuchado dentro y fuera del país.

El motivo es natural. Desde ahora ya sabe por los presupuestos que se elaboran que el 2025 -el primer año del nuevo gobierno- vendrá apretado, con un severo recorte presupuestal que incluye una reducción sustantiva de personal que labora en el gobierno federal. Eso sin contar con las amenazas económicas que se gesten desde el extranjero y que se impongan negativamente sobre la más optimista agenda nacional.

Por ello, qué mejor que ratificar al secretario Ramírez de la O, quien bajo circunstancias adversas ha sabido mantener estables la mayoría de las variables económicas. De ganar Claudia Sheinbaum y confirmarse esa ratificación sería aplaudida por quienes ven en el actual Secretario de Hacienda a un hombre confiable.

El delicadísimo manejo de un Pemex en quiebra; una CFE que demanda presupuestos descomunales para conservar su monopolio; la inmanejable cuenta de las deudas a proveedores en general; las amortizaciones de los faltantes en las mega obras insignia -AIFA, Dos Bocas y el Tren Maya- harán del escenario económico 2025 un terreno muy resbaladizo. Y eso es muy delicado en el arranque del próximo gobierno. La experiencia zedillista habla por sí misma.

Si Xóchitl Gálvez ganara la elección, existe todo un arcoíris de prospectos con amplias credenciales para un manejo ortodoxo de una potencial economía en crisis. Del lado de la Cuarta Transformación, el menú de expertos es muy limitado. El secretario Ramírez de la O es un “garbanzo de a libra” que bien podría evitar que, ante la más delicada situación, se vuelva a repetir un “Error de Diciembre”. La pregunta es si estará dispuesto, si se lo ofrecen.

Si en 1994, todavía sin todos los motores encendidos del Tratado de Libre Comercio, aquella debacle provocó el llamado “Efecto Tequila”, el cual generó sacudimientos globales, ya pueden imaginar lo que significaría una sacudida hoy en un México transformado en el principal exportador y proveedor de las cadenas de suministro hacia los Estados Unidos. La debacle sería globalmente inimaginable. Que la sensatez se imponga.

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