¿Para quién trabaja el Gopes de Tamaulipas?

El error de unas cuantas manzanas podridas. Hasta ahora, esa es la narrativa que maneja el gobierno de Tamaulipas para describir la masacre de 19 personas el pasado 24 de enero en el municipio de Camargo. Presuntamente, a manos de al menos 12 elementos del Grupo de Operaciones Especiales de la Policía Estatal (Gopes), quienes fueron rápidamente detenidos y vinculados a proceso. 

Según la indagatoria de la Fiscalía tamaulipeca, los policías estatales habrían confundido a un grupo de migrantes guatemaltecos con miembros de un grupo criminal. Al darse cuenta del error, los uniformados habrían decidido asesinar a todos los presentes e incinerar los vehículos. Supuestamente, para no dejar evidencias. 

Sin dar muchos detalles, el vocero de seguridad del gobierno de Tamaulipas informó que la principal línea de investigación se centra en la posible colusión entre elementos del Gopes y grupos del crimen organizado. La segunda línea de investigación se enfoca en presuntas omisiones cometidas por al menos ocho funcionarios del Instituto Nacional de Migración, basados en el estado de Nuevo León. 

Esto abre un mar de interrogantes: 

¿A qué grupo criminal respondían los elementos del Gopes señalados de homicidio? 

¿Qué papel desempeñaron en el operativo los otros 13 uniformados que no fueron detenidos? 

¿En qué consiste precisamente la evidencia científica y tecnológica en la que se basa la Fiscalía para imputar a 12 policías? 

¿Cuáles exactamente fueron las omisiones de ocho funcionarios del Instituto Nacional de Migración en Nuevo León?

Y sobre todo, ¿cómo es posible que el grupo de élite de la policía estatal de Tamaulipas -que había recibido el aval del gobierno estadounidense- padezca la infiltración del crimen organizado entre sus filas? 

Y es que la región fronteriza entre Nuevo y Tamaulipas está que arde. La masacre de al menos 17 migrantes y dos traficantes de personas este 24 de enero, es apenas uno de los episodios de violencia que se vive en la región conocida como la frontera chica. En noviembre pasado, el comandante de policía del municipio de Dr Coss, en Nuevo León, fue ejecutado en su propio vehículo. Y apenas este domingo 7 de febrero, cinco presuntos sicarios fueron abatidos durante un enfrentamiento con el Ejército mexicano, en la misma localidad de Doctor Coss. 

Fuentes oficiales de seguridad atribuyen la violencia en la zona a la disputa entre los líderes del Cártel del Noreste, basados en Nuevo Laredo, y las células asociadas al Cartel del Golfo que operan principalmente desde Reynosa. Residentes de la zona reportan con regularidad enfrentamientos armados entre grupos criminales y fuerzas policiales. 

Por lo pronto queda por determinar el grado de colusión de la Policía Estatal de Tamaulipas con el crimen organizado. ¿Será el caso de algunas manzanas podridas? ¿O se tratará del árbol completo?