Narro, oportunista

Una imagen sacudió con más fuerza que el sismo del lunes 19 de septiembre los espacios políticos nacionales. Era la fotografía viralizada de tres personajes que el mismo día del temblor, en el momento de la evacuación del edificio del Senado, en apariencia departían juntos: los senadores morenistas Ricardo Monreal y José Narro Céspedes, y el embajador Ken Salazar.

La imagen no habría alcanzado ni la escala de sacudimiento de un grado en la escala del escándalo, a no ser porque ese mismo día, en las páginas de El Universal, el periodista Héctor de Mauleón filtró temprano, en la mañana, documentos presuntamente con información del embajador Ken Salazar que involucraban en supuestos ilícitos político-electorales al senador Narro.

La inmediata y lógica deducción fue que, como consecuencia de los documentos “que no son del gobierno de los Estados Unidos”, se había pactado una reunión entre dos de los involucrados en las filtraciones – Salazar y Narro- y el jefe de jefes en el Senado, Ricardo Monreal. Eso sí era un sismo político de 7.9 en la escala del escándalo.

Fue difícil, casi en vano, intentar convencer a los comentócratas de las redes sociales e incluso de los medios tradicionales que aquello era una muy desafortunada coincidencia. Pero lo cierto es que sí lo fue. O mejor dicho, el más perjudicado por las supuestas filtraciones, el senador Narro, buscó acomodar a conveniencia las fichas para que así lo pareciera.

La realidad fue que, efectivamente, Ricardo Monreal y el embajador Ken Salazar sostenían un largo encuentro esa mañana, en el que comentaron la visita a México del secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, y la posibilidad de llevar a cabo una reunión informal con los senadores del Comité de Relaciones Exteriores. Eran ellos dos solos.

En otro salón del Senado, una docena de legisladores -entre ellos Narro- sostenían otra reunión distinta para debatir el contenido y el destino de la agenda a discutirse ese día.

Pero cuando vino el súbito como inexplicable tercer temblor del 19 de septiembre, todos fueron obligados a evacuar el edifico del Senado. Y en la homogeneización de la calle, todos se juntaron con todos.

Nada tonto, con un alto sentido del oportunismo, el senador Narro vio en la calle al senador Monreal y al embajador Ken Salazar, y se aprovechó de la circunstancia.

Al político de Morena le urgía echar por tierra los señalamientos de esa mañana en los que se le vinculaba con extraños nexos y que incluían la desaparición de dos marinos -Óscar Manuel González Andrade y Victoriano Rodríguez Zurita- presuntamente asignados para custodiarlo por la alcaldesa de Acapulco.

Las revelaciones también incluían una reunión del senador Narro con un pseudo empresario de Guerrero, de nombre Teodoro Vázquez Barrera, apodado “El Gerry”, a quien se le pretende vincular con manejos de dineros electorales provenientes del Cártel del Noreste, con amplia presencia en Tamaulipas.

Los informes filtrados daban fe de una imagen tomada en un restaurante del centro comercial Oasis Coyoacán, en donde se veían departiendo al senador Narro, al también morenista Américo Villarreal, a “El Gerry” y a los dos marinos.

El gobernador electo de Tamaulipas dijo que era una foto casual, que no existió reunión ni con el empresario, ni con los dos marinos, quienes por cierto -los tres- desde ese día están desaparecidos.

La controvertida imagen fue subida a sus redes por el senador Narro, quien después de las revelaciones y el escándalo, la desapareció. ¿Curioso, no?

El hecho es que el día de la emergencia sísmica, quien buscó oportunistamente la foto con el embajador Ken Salazar y con el senador Monreal fue el mismo senador Narro. Le urgía decir que tan era falso lo que se decía, que estaba en una reunión precisamente con uno de los presuntos informantes del documento filtrado.

Para cerrar el caso, baste recordar que zacatecanos los dos senadores -Monreal y Narro- son muy públicos sus desencuentros y roces que al menos al líder del Senado le impediría hacerle “un paro” al senador Narro con la sísmica foto oportunista del día del temblor.

Lo que sí no deja de asombrar es el nivel de activismo no diplomático, sino político, del embajador Ken Salazar.

Se le vio como epicentro en las negociaciones de la Reforma Eléctrica con el priista Alejandro “Alito” Moreno y ahora aparece en el senado con el morenista Ricardo Monreal, justo en los días en que se vota en el Senado la militarización de la Guardia Nacional.

Y sea como fuere, al final del día, el senador Ricardo Monreal acabó absteniéndose de votar en esta iniciativa a la que el presidente Andrés Manuel López Obrador le está apostando su resto. El 2024 se atravesó en el camino.