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4 de diciembre 2024

5 de agosto 2024

Economía

Lunes negro: ¿México está listo para un escenario de recesión?

La turbulencia en los mercados financieros está en función de los temores de recesión de Estados Unidos y el desmantelamiento del ‘carry trade’ del yen japonés

Por Redacción Magenta

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El tipo de cambio rompió momentáneamente la barrera psicológica de los 20 pesos por dólar. El VIX, el índice de volatilidad de referencia, registró el tercer mayor aumento intradía desde que se tiene registro, sólo detrás de momentos relacionados con la pandemia del Covid-19 y el colapso de Lehman Brothers.

Los principales índices bursátiles abrieron la jornada con caídas notables: el Nasdaq retrocedió 5 por ciento; el S&P 500, 4 por ciento y el IPC de la Bolsa Mexicana de Valores, 1.5 por ciento. En Japón, el índice Nikkei reportó su mayor caída desde 1987. La narrativa alrededor de la turbulencia en los mercados financieros fue resumida en dos palabras: “lunes negro”.

De acuerdo al consenso de analistas, la venta masiva a lo largo de un amplio espectro de clases de activos y la búsqueda de refugio están en función de una conjugación de tres factores: los crecientes temores de recesión en Estados Unidos por la publicación de un dato débil de empleo, el desmantelamiento del ‘carry trade’ del yen derivado de una decisión histórica del Banco de Japón de elevar la tasa de interés de referencia y un creciente pesimismo sobre las promesas relacionadas con aplicaciones de inteligencia artificial.

Para México, la volatilidad tiene efectos que pondrán bajo escrutinio la solidez del cuadro macroeconómico del país. En el corto plazo, la depreciación del peso representa un problema de importación de inflación. Banco de México (Banxico) aún está lejos de alcanzar el objetivo de un cambio en el nivel de precios de 3 por ciento anual. En el largo plazo, los temores de una desaceleración en Estados Unidos, destino del 80 por ciento de las exportaciones mexicanas, generan preocupaciones fundamentadas sobre la posibilidad de una recesión en el primer año de gobierno de Claudia Sheinbaum.

Respecto a la deprecación del tipo de cambio, el presidente Andrés Manuel López Obrador declaró que “podemos resistir un poco más”, dado el nivel históricamente alto de las reservas internacionales de Banco de México. Sin embargo, ese argumento únicamente atiende las implicaciones inflacionarias de la pérdida del valor del peso. En caso de que una recesión en Estados Unidos contagie la actividad económica en México, la administración de Sheinbaum tendrá opciones limitadas de política económica para enfrentar el problema. El espacio fiscal y monetario es reducido.

En el año electoral de 2024, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador elevó el déficit fiscal a una magnitud de casi 6 por ciento del PIB, la tasa más alta desde finales de la década de los ochenta. El equipo económico de Sheinbaum, que seguirá comandando por Rogelio Ramírez de la O como secretario de Hacienda, ha comunicado que pretenden regresar el déficit fiscal a niveles de alrededor del 3 por ciento del PIB. Esto implicaría un ajuste presupuestario de alrededor de 700 mil millones de pesos, lo cual impone altos costos a la posibilidad de que se implemente una política de aumento del gasto público para contrarrestar una posible desaceleración de la actividad económica.

La política monetaria tampoco representa una alternativa plausible para que México responda a la posibilidad de una crisis económica. Si bien, la diferencia entre la tasa de interés de referencia de Banco de México y de la Reserva Federal de Estados Unidos (FED) es de 5.625 puntos porcentuales, las presiones de depreciación del tipo de cambio han cambiado el panorama para la Junta de Gobierno del banco central mexicano. El desmantelamiento del ‘carry trade’, que en el caso mexicano implica tomar posiciones cortas en el yen japonés y posiciones largas en el peso, seguirá impulsando la depreciación del tipo de cambio, de acuerdo al consenso de analistas. La consecuencia inmediata de una pérdida de valor del peso es el creciente riesgo inflacionario. En ese contexto, Banco de México tiene menores incentivos para recortar la tasa de interés de referencia, una medida que estimularía la demanda agregada de la economía.

Ed Yardeni, director de la firma de investigación financiera Yardeni Research, le dijo a Bloomberg que la venta masiva de activos de la jornada del lunes fue una sobre reacción al dato de empleo de Estados Unidos y que la volatilidad tiene mayor relación con el desmantelamiento del ‘carry trade’ que con la posibilidad de una recesión en Estados Unidos.

Joe Wiesenthal, editor de mercados financieros de Bloomberg, publicó un análisis en el que argumenta que hay buenas razones para pensar que la debilidad de la economía estadounidense está sobrevalorada, dados los resultados corporativos recientes. Además, es altamente probable que el riesgo financiero orille a la Reserva Federal de Estados Unidos a asumir una posición expansiva: el mercado anticipa un recorte de 50 puntos base en la tasa de interés de referencia para septiembre y otra rebaja similar para noviembre.

Entonces, ¿el lunes negro anticipa una recesión para el primer año de gobierno de Claudia Sheinbaum? El escenario base sugiere que no será el caso. Sin embargo, esta posibilidad depende de factores que están fuera del control del gobierno mexicano.

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