4 de abril 2025
Opinión
#LosTaconesDeMarcela | El De(l) Palenque
Los Tacones De Marcela
Mientras la violencia se recrudece y va al alza, a causa de la herencia amloísta de “Abrazos, no balazos”, se hace apología del delito en canciones y conciertos como el de Los Alegres del Barranco, con su canción “El del Palenque”
Por Marcela Garza Barba
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Vivimos en un país en el que es igual desaparecer o morir.
Un desaparecido por hora en el sexenio de AMLO.
A los 100 días de la Presidencia de Claudia Sheinbaum, cuatro mil desapariciones, cuarenta por día.
En 2024, en promedio, se registraron 83 homicidios diarios en México.
Según el Índice de Paz México 2024, las muertes por conflictos de cárteles han aumentado desde 2017.
Un año antes de que se sentara en la silla presidencial, el ex presidente en funciones Andrés Manuel López Obrador.
Mientras la violencia se recrudece y va al alza, a causa de la herencia amloísta de “Abrazos, no balazos” y nuestro país se hunde en un mar de cenizas que no deja diferenciar entre desaparecidos y muertos; se hace apología del delito en canciones y conciertos como el de Los Alegres del Barranco, con su canción “El del Palenque”, en el mismo estado (Jalisco) donde catean campos de adiestramiento, mientras mueren madres buscadoras como Teresa González Murillo, quien por buscar a ese ser querido, forzosamente desaparecido, la atacan e intentan secuestrar hasta que ella, la buscadora, pierde la vida a causa del incidente.
No importa que ya no esté físicamente gobernando Andrés Manuel López Obrador, su herencia de “Abrazos, no balazos” está tan tejida en la cultura no sólo política, sino social de nuestro país que será muy difícil, incluso para Estados Unidos, lidiar con México como “narcoestado”.
De seguro, las prórrogas y las listas a la medida serán una constante del gobierno “trumpista”, ya lo vimos con lo de los aranceles, la entrega de los 29 criminales y el huachicol fiscal.
Y es que aquí, en tierra de nadie, hay presuntos responsables.
Responsables de esa corrupción a la que se refería AMLO en 2018, causa principal de la violencia de nuestro país.
Andrea Chávez.
El Clan López Beltrán.
Cuauhtémoc Blanco.
Félix Salgado Macedonio.
Y la lista sigue…
Propongo que levante la mano el de Palenque, así como lo hizo aquel mes de julio de 2018.
Para que esas palabras que pronunció alguna vez se transformen en acción.
Porque del México lindo y querido, ya no quedan más que cenizas.
Y unos tantos mexicanos lo quieren de vuelta.
No es nada nuevo, la Oda al Crimen Organizado.
Ahí están los corridos tumbados de Peso Pluma, alabados también por los estadounidenses, o los narcocorridos de Gerardo Ortiz, recientemente preso en Estados Unidos al declararse culpable de dar conciertos al crimen organizado.
Niños y jóvenes mimetizando la “narcocultura”, mientras los padres les regalan disfraces de capos y pistolas.
Lo del homenaje reciente a un líder criminal, en el Auditorio Telmex en Jalisco, por parte del grupo Los Alegres del Barranco, sucede en público desde 2018.
Desde que se sentó en la silla presidencial el ex presidente aún en funciones, Andrés Manuel López Obrador.
Seis años de Oda al Crimen Organizado y hasta hoy, con Donald Trump en la Casa Blanca, comienzan las consecuencias.
Visas canceladas.
Cárcel para los que enaltecen al crimen organizado.
Porque seamos sinceros, el gobierno cuatroteísta está tan preocupado por mantener al pueblo ignorante, con dádivas y sin educación, que lo de prohibir hacer apología del delito por parte de grupos musicales o cualquier otro ciudadano nunca fue prioridad.
Tan es así que, se fueron por la libre, unos tantos artistas al escribir canciones en las que en la letra se detalla la vida real de los líderes de los cárteles en México.
Por ejemplo.
“Su Casa”, de Peso Pluma, habla del hijastro de uno de los líderes de un cártel.
“El Convoy de los Hermanos”, de Gerardo Ortiz… basta con una oración como “equipados accesorios portando como soldados” o “todos brincan al pitazo para atender el llamado”.
Y la más reciente, la del concierto de Los Alegres del Barranco, con su canción “El del Palenque”.
Aquí una prueba.
“Soy el señor de los gallos, el del cártel jalisciense, tengo gallos de pelea, que pelean por mi partido. Las navajas las cambiamos por R y cuernos de chivo”.
Todo esto, al ritmo de una pantalla sincronizada de fondo con la imagen de uno de los líderes del crimen organizado.
Pero cómo no ir por la libre, si como bien lo dijo López Obrador en 2018, la violencia empieza con la corrupción, no importa si la corrupción es cometida por amigos o familia.
Y en la 4T, vaya que hay pruebas de corrupción, de amigos y familia.
Ahí están los hijos de AMLO, los junior López Beltrán.
Tráfico de influencias, contratos millonarios vinculados a Pemex y al Tren Maya.
Manuel Bartlett y su pareja sentimental, presuntamente recibiendo 4.5 millones de dólares de prestanombres de Genaro García Luna.
Andrea Chávez y su presunta participación en unos tantos delitos federales.
La impunidad regalada a Cuauhtémoc Blanco y Félix Salgado Macedonio.
Andrés Manuel López Obrador tenía razón cuando dijo que la corrupción tiene que ver con la violencia que vive nuestro país.
Y más si esa corrupción la practica el mismo que predica una transformación y apenas termina su mandato y se esconde.
Propongo que salga el de Palenque y hable como habló en 2018, para que haya consecuencias.
Porque si no, Trump será el que ponga orden no sólo a nivel musical, sino a nivel delincuencial de cuello blanco, ya lo está haciendo con sus listas con envío especial con Kristi Noem.
O Claudia sigue deslindándose de los “Abrazos, no balazos” y se somete a las listas de deseos estadounidenses o repercusiones habrá.
Y no hablo de Gerardo Ortiz o Los Alegres del Barranco, sino del tipo de rockstar político de cuello blanco que también enaltece al crimen organizado y, de pasada, se cree intocable.
¡Que salga el de Palenque!