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17 de julio 2025

4 de julio 2025

Opinión

#LosTaconesDeMarcela | El Encubrimiento del Doctor Muerte

Los Tacones De Marcela

A México no se le olvida lo que ocurrió durante la pandemia de COVID bajo el mandato de Hugo López-Gatell como Subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud… tan no se le olvida que hoy unos tantos lo apodan “Doctor Muerte”

Por Marcela Garza Barba

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Difiero, doctor Hugo López-Gatell…

La memoria del mexicano NO es corta.

A nuestro país no se le olvida lo que ocurrió durante la pandemia de COVID bajo su mandato como Subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud… tan no se le olvida que hoy unos tantos lo apodan “Doctor Muerte”.

Cómo no utilizar ese apodo, si fueron más de 800 mil muertos bajo su omisión, negligencia y otros datos.  

A cinco años de dicha tragedia encubierta y ensalzada con “detentes” y “ya aplanamos la curva” todavía se atreve a reír y bromear sobre el tema.

La pregunta es.

¿Por qué en lugar de rendir cuentas sobre su actuar criminal, durante la pandemia, camina libremente por las calles de México y es premiado por el gobierno cuatroteísta como representante de México ante la OMS en Ginebra?

¿Por qué la presidente Claudia Sheinbaum y los suyos lo arropan cuando las muertes de millones de mexicanos aún lo persiguen?

Suspensión de programas masivos de vacunación.

El NO uso correcto del cubrebocas.

Trescientas mil muertes se pudieron evitar en nuestro país, pero AMLO, la presidente Sheinbaum y los suyos siguen en su país de las maravillas.

Permio a la impunidad y encubrimiento criminal.

Pensé que el descaro del gobierno de la presidente Claudia Sheinbaum ya había llegado a su máxima expresión.

Reforma Judicial a modo cuatroteísta.

Ley Espía como imposición oficial.

Ley de Censura por aquello de que se hable de corrupción y el qué dirán.

Método de amenaza y control.

Y en cada una… la firma del ex presidente en funciones y aún pareja política de Sheinbaum, Andrés Manuel López Obrador.

Pero como si faltará un capítulo de esta serie anti democrática, de pronto reaparece el “rockstar” que hasta ayer estaba de bajo perfil (por algo será) Hugo López-Gatell.

No aparece para disculparse y resarcir el daño que causó hace cinco años en la pandemia, bajo su mandato como Subsecretario de Salud.

Tampoco aparece para sentarse en el banquillo de los acusados por negligencia y omisión durante su gestión.

Aparece para reírse y hacer chistes en público de lo vivido y, de pasada, ser premiado por la presidente Sheinbaum.

¡Qué descaro!

Pasar página a la impunidad.

Por algo se eliminó el INAI, no querían transparencia alguna, especialmente en casos como el de Gatell y el COVID.

¿O no se acuerdan cuando el ya extinto Instituto Nacional de Transparencia le pidió a la Fiscalía General de la República que dijera públicamente cuántas denuncias había recibido en contra de Gatell?

Conveniente opacidad.

Y en 2023, cuando aún había unos tantos jueces sin imposición morenista, un juez federal  revocó la no acción penal y ordenó a la Fiscalía General de la República revisar e investigar los actos de negligencia, omisión o cualquier delito cometido durante la pandemia del COVID-19 que recayera en López-Gatell.

¿Qué pasó?

Nada.

López-Gatell subestimó el virus y, junto con el entonces presidente López Obrador, se fincaron en el plan austeridad orillando a que el sistema de salud, en su peor momento, no tuviera los recursos necesarios para respirar y vivir.

Que si los ventiladores del hijo de Bartlett o los de Ebrard…

23 millones de pesos, los del hijo de Bartlett.

20 millones de dólares, los que venían de Chicago y se entregaron en el Aeropuerto de la Ciudad de México.

Estos últimos fueron retirados del mercado por defectuosos; en México aún siguen instalados en varios hospitales.

Vuelta a la página.

Al cabo, como dijo hace unos días en una mesa de Canal Once: “lo desafortunado es que la memoria es corta y conforme pasan los años se nos olvida lo que ocurrió”.

A los mexicanos, estoy segura que no.

Apenas y salió y le gritaron “Doctor Muerte rinda cuentas”.

No se olvida cuando dijo: “El Covid no representa una amenaza ni en términos sanitarios, ni económicos, ni sociales”.

Como tampoco se olvida cuando subestimó el uso del cubrebocas y cuando se equivocó en el cálculo de contagios y mortandad, mientras que AMLO lo llenaba de elogios y decía “Gatell se convirtió en nuestro maestro”.

No puedo imaginar a los familiares de las víctimas, por la pandemia, escuchar este tipo de declaraciones.

Inaudito.

A la que al parecer sí se le olvidó el pequeño detalle de las muertes de la pandemia, a causa de una brutal omisión y negligencia, fue a la presidente Sheinbaum.

O tal vez, Sheinbaum simplemente sigue órdenes “del más allá” para distraer la atención de cosas que se suman a las corruptelas cuatroteístas, como la lista de bancos coludidos presuntamente con el crimen organizado o las tapaderas del huachicol.

Sea lo que sea, el premio se lee como presunto encubrimiento criminal.

Porque en qué lugar del mundo se premia a la persona que manejó, catastróficamente hasta la muerte, a su país.

Cinco años después de los actos criminales un premio… y vaya premio, suizo.

Ahora sí que, estaremos más cerca de Dinamarca, en cuestión de salud como lo decía AMLO.

México no puede más.

La pandemia que nos lleva a la muerte ahora es precisamente este tipo de liderazgos que son un mal ejemplo en la arena política, nacional e internacional.

Espero que la OMS haga su trabajo y como Organización Mundial de la Salud que es, rechace este nombramiento.

Basta de encubrimientos gubernamentales por el bien de México, primero los liderazgos éticos y sin pasado criminal.

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