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31 de julio 2019

Seguridad

Los foquitos prendidos del huachicol

La venta de combustible robado a lo largo del territorio no para

Por Bernhard Buntru

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“En todo el tramo, incluso pasando Puebla, en las noches alumbrando con foquito, vendiendo gasolina robada, huachicol”, recontó el presidente Andrés Manuel López Obrador una escena de su última visita al estado de Hidalgo.

“De una vez se los aviso, nada de foquito”, advirtió a los traficantes de combustible robado. Pero todo parece indicar, que el foquito del huachicol seguirá brillando.

Reportes periodísticos ponen en evidencia que las redes de venta de combustible robado continúan operando a lo largo del territorio nacional. Eso, pese a que este ilícito pasó de 81 mil barriles diarios robados en noviembre de 2018 a 2 mil barriles el 21 de abril de este año, de acuerdo con reportes públicos de Pemex.

Es decir, que la venta generalizada de huachicol continúa aunque se haya logrado reducir el robo de hidrocarburos en 95 por ciento, según datos oficiales. 

Y es que, en contraste con la información pública que muestra una disminución en la cantidad de litros robados, datos de Pemex a los que el diario Excélsior tuvo acceso revelan un aumento en el número de tomas clandestinas.

Durante el primer bimestre de 2019, justo cuando inició la estrategia anti-huachicol del gobierno federal, se registró un incremento del 28% en el número de piquetes a ductos de Pemex, comparado con el mismo periodo de 2018.

Como ya es costumbre, el estado de Hidalgo se posicionó en el primer lugar con más de 994 perforaciones ilegales. Un 252% más respecto del año pasado. Sí, la misma entidad en donde una toma clandestina provocó la explosión que dejó más de 130 muertos, en la localidad de Tlahuelilpan.

Pero si Hidalgo es el campeón del huachicol, otras entidades como el Estado de México, Guanajuato y Puebla también son foquitos encendidos.

Y es que, aunque el presidente Andrés Manuel López Obrador dirija su atención a los traficantes de hidrocarburos dentro del aparato gubernamental y dentro de Pemex, lo cierto es que, al menos los de afuera, siguen actuando con aparente impunidad. Una situación que se perfila difícil de combatir, pues como lo refieren analistas citados por The New York Times, parte del desafío del gobierno será deshacer el respaldo local que han obtenido muchos ladrones de combustible. 

Porque a pesar de estas advertencias del presidente los foquitos siguen encendidos.

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