9 de junio 2025
Internacional
Los Ángeles: El caos es el objetivo
Detrás del despliegue militar de Donald Trump en Los Ángeles, California se esconde una estrategia política contra un bastión del Partido Demócrata
Por Redacción Magenta
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El contraste no podría ser mayor: la última ocasión en la cual el gobierno federal de Estados Unidos desplegó a la Guardia Nacional citando la Ley de Insurrección fue en 1965, cuando el presidente Lyndon B. Johnson envió a elementos militares a proteger la histórica protesta de Selma, Alabama liderada por Martin Luther King Jr. En 2025, una generación después, otro presidente ha desplegado a la Guardia Nacional y a 500 efectivos de los Marines utilizando el mismo criterio legal. La diferencia está en la razón de fondo: Donald Trump no está salvaguardando el derecho a la protesta a favor de la reforma de derechos civiles, sino que está respondiendo a la movilización de comunidades latinas en Los Ángeles en contra de las redadas migratorias de ICE.
Si la situación en California ha escalado, esto obedece en gran medida a la postura de confrontación que ha asumido el presidente Trump. La Casa Blanca está utilizando la coyuntura para enardecer a la base del Partido Republicano y ampliar las facultades del Poder Ejecutivo en su cruzada contra la inmigración ilegal. La prueba más significativa de ello se encuentra en la publicación en redes sociales que hizo el Departamento de Seguridad Interior (DHS, por sus siglas en inglés) de la fotografía de un manifestante enmascarado ondenado la bandera de México y posando encima de un automóvil vandalizado. El caos ha servido su propósito político para un presidente debilitado por la política descontrolada de aranceles y por el reciente conflicto con Elon Musk, el hombre más rico del mundo que fue brutalmente desplazado del círculo de poder de la Casa Blanca.
La movilización del Ejército se realizó sin la autorización del gobernador demócrata de California, Gavin Newsom, quien ha promovido un recurso legal contra la intervención de la Casa Blanca en los asuntos del estado. El despliegue militar ocurre días después de protestas calificadas por la Policía de Los Ángeles como “mayormente pacíficas”: manifestaciones de cientos de personas, confinadas en espacios de dos cuadras, que resultaron en arrestos administrativos de apenas decenas de personas. Tanto Newsom como Karen Bass, alcaldesa de Los Ángeles, argumentan que no había necesidad para utilizar al Ejército. Los políticos demócratas sostienen que las protestas estaban bajo control y que el estado tiene a su disposición 75 mil elementos policiales uniformados capaces de realizar las detenciones necesarias para salvaguardar el orden.
Sin embargo, Trump ha optado por una opción que coloca como antagonista a Newsom, un potencial rival demócrata en la sucesión presidencial, y a California, un estado que concentra a gran parte de la oposición al mandatario republicano. “La turba violenta e insurrecta está creciendo y atacando a nuestros agentes federales para tratar de detener nuestras operaciones de deportaciones”, publicó Trump en redes sociales. Acto seguido, ordenó a su gabinete evaluar opciones para recortar recursos presupuestarios a California, de acuerdo a un reporte de Los Angeles Times. La respuesta de Newsom fue inmediata e inflamó aún más las tensiones políticas. En entrevista con MSNBC, el gobernador dijo que “el despliegue de la Guardia Nacional en los Ángeles representa un escalamiento caótico”. Luego, agregó: “¿Qué diablos están haciendo? Estos tipos necesitan madurar. Necesitan detenerse y nosotros necesitamos reaccionar. Vengan por mí. Arréstenme. Terminemos esto de una vez”. Cuestionado por esta declaración, Trump “recomendó” a su zar fronterizo detener al gobernador.
Las protestas de Los Ángeles son la nueva iteración de una crisis constitucional en tiempos de Donald Trump. El reto más significativo a la expansión de los poderes de la Presidencia no proviene del Congreso o de la Suprema Corte de Justicia, sino de las calles de la segunda ciudad con mayor número de mexicanos en el mundo. David Frum, columnista de The Atlantic y ex asesor presidencial de George W. Bush, argumenta que detrás del despliegue hay una estrategia política: utilizar poderes federales para promover un ‘performance’ de disturbios en los medios, declarar un estado de emergencia, aumentar la presencia militar y tomar el control de facto del gobierno estatal. Por ahora, el caos de California se alinea con estos incentivos.