La renuncia es obligada

No existe otra opción que la renuncia o la petición de remoción. Alejandro Gertz Manero está obligado a dejar la Fiscalía General de la República, y si no lo hace, el presidente Andrés Manuel López Obrador está obligado a solicitarle al Senado su remoción.

No existe espacio para la duda. Las revelaciones de las grabaciones que ponen en evidencia la manipulación de la justicia, y el abierto abuso de poder de quien está obligado a vigilar y sancionar el Estado de Derecho, no dejan otra salida.

Por supuesto que las grabaciones son ilegales, pero el contenido que se escucha en los audios de esas conversaciones entre Gertz Manero y Juan Ramos López, Fiscal de Control de la FGR, no dejan duda de que el Fiscal está utilizando su posición para torcer la justicia en un caso propio, operando a su favor.

La primera implicación es que el Fiscal tiene, ilegalmente en su poder, el proyecto de sentencia sobre el caso de su sobrina Alejandra Cuevas Morán, a quien junto con su cuñada Laura Morán Servín, de 94 años, acusa de haber participado en el homicidio de su padrastro Federico Gertz Manero, hermano del Fiscal.

De acuerdo a las grabaciones, alguien le envió a Gertz Manero el proyecto que presentaría el próximo 14 de marzo el ministro Alberto Pérez Dayán, un acto que violenta el Estado de Derecho, puesto que nadie, ni el Fiscal, puede conocer su contenido hasta el día en que se exponga ante el pleno.

“Ya me mandaron el proyecto de Pérez Dayán…”.

Gertz Manero lamenta de inmediato que vaya a dejar en libertad a la hijastra de su hermano, quejándose de que el magistrado no le puso lo que ‘dijo que iba a ponerle’.

Es decir, deja asomar que existieron presuntos acuerdos entre el Fiscal y quien elaboraba la sentencia, acuerdos que evidentemente -si acaso existieron- no se cumplieron.

“La pone en libertad… se entiende que sí… No se entiende, está clarísimo, la pone en libertad, qué le parece…”.

“Le está poniendo el magistrado de la Ciudad de México el pastel para que él la suelte… No le puso lo que dijo que iba a ponerle”.

“Me quiere ver la cara de pendejo… y todavía me lo manda para ver qué hago… Ni una línea de todo lo que dijo que iba a poner”.

Pero las influencias del Fiscal no se limitan al presunto acuerdo no cumplido con el ministro ponente, porque manifiesta su confianza en que otros ministros frenarán lo que presentará Pérez Dayán.

“Sí claro, mire tenemos, tenemos tres o cuatro ministros que no la van a dejar pasar”.

Y en un acto que evidencia el desprecio y la misoginia de Gertz Manero hacia la hijastra de su hermano, recluida en prisión desde hace más de 500 días, la insulta llamándola “pendeja” y se lamenta de que la vayan a dejar en libertad.

“Es ridículo. Por ejemplo, no dice que la propia pendeja, la que está en la cárcel, en autos dijo que hacía lo que no hacía…”.

“La pone en libertad… se entiende que sí…. No se entiende, está clarísimo, la pone en libertad, qué le parece…”.

Ante un proyecto que perjudicaría sus intereses, el propio Fiscal instruye a su subalterno, Juan Ramos López, para buscar que se dicte una nueva sentencia en contra de la hijastra de su hermano.

“La Sala Local, ¿usted cree que pueda dictar de inmediato una nueva sentencia? Pues en dos días las dictan. Ya tienen, por ejemplo, toda la relación de pruebas, lo único que hace es los razonamientos, y lo único que hace es valorar”.

Si algún pudor profesional y ético quedara en él, Alejandro Gertz Manero tendría que presentar su renuncia ante tan contundentes evidencias, para ser sometido a un proceso de abuso de poder y tráfico de influencias.

Pero si no lo hace, el presidente López Obrador e incluso integrantes del poder legislativo, tienen la facultad para solicitarle al Senado la remoción, presentando el mandatario una terna de la que se elegiría al nuevo Fiscal.

Gertz Manero es el mismo a quien, además de la manipulación de los casos de su cuñada y de su sobrina, se le acusa de manipular por intereses personales el caso de la Universidad de las Américas en Puebla.

El mismo que busca inculpar al ex Consejero Jurídico, Julio Scherer, y a un despacho de abogados de pretender extorsionar al abogado Juan Collado, filtrando cartas que nunca fueron firmadas y menos enviadas a sus destinatarios.

El presidente y el Senado tienen la última palabra.