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¡Que alguien me explique!

La oscura despedida

A dos semanas de concluir, el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto podría tener una oscura despedida. Una revuelta -ya no tan silenciosa- se gesta en algunas de las cúpulas empresariales para protestar por el desorbitado incremento en las tarifas eléctricas para empresas y negocios

Por Ramón Alberto Garza

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A dos semanas de concluir, el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto podría tener una oscura despedida.

Una revuelta ya no tan silenciosa se gesta en algunas de las cúpulas empresariales para protestar por el desorbitado incremento en las tarifas eléctricas para empresas y negocios.

Sencillamente los recibos de luz están facturándose entre 50 y hasta 100 por ciento más elevados que hace un año. Y eso está poniendo contra la pared a las empresas, sobre todo a las pequeñas y medianas.

La rebelión despertó en el Cámara Nacional de Comercio y en especial entre el gremio de los restauranteros, que sienten sacudidas sus finanzas con tan descomunales alzas.

La versión oficial es que el incremento obedece al elevado precio del gas natural combinado con el deslizamiento del peso frente al dólar. Cuesta más caro comprarlo, y en dólares se encarece todavía más.

Pero de acuerdo a operadores de la CFE, las causas del alza van más allá. Y se originan en una decisión político- electoral.

Alguien tuvo la feliz ocurrencia de que para que el partido en el poder –es decir, el PRI- no resintiera en las urnas el desgaste de los aumentos de las tarifas, se congelaron durante algunos meses.

Pero apenas pasaron las elecciones del primero de julio en el que la derrota para el partido en el gobierno fue contundente, soltaron las amarras y el monto de los recibos comenzó a crecer.

El caso se vuelve tan dramático, que en algunas ciudades como Mérida, empresarios y comerciantes decretaron el martes 13 por la noche un apagón masivo en protesta por lo que consideran un abuso.

Pero la intranquilidad despertada en Yucatán empieza a cundir en todo el país, y no duden que si la CFE no da una respuesta creíble al brinco tarifario, el boicot de los apagones se viralice por todo el territorio nacional.

Pero esa no será la única bomba que reciba Manuel Bartlett cuando asuma la dirección de la CFE. Dentro de la misma paraestatal crece la intranquilidad entre el sindicato, porque les vienen cortando desde hace meses los gastos más indispensables.

La adquisición de equipos y vehículos para hacerle frente al mas básico mantenimiento está casi suspendida. Y lo que se tiene para salir del paso está en muy precarias condiciones.

Alguien decidió relevar las compras de camionetas y grúas telescópicas que se emplean para reparar las líneas eléctricas y eso viene deteriorando el servicio desde hace meses.

Pero si la nueva administración de la industria eléctrica nacional que está por asumir el mando quiere encontrar las mayores fugas, que siga el olor del gas importado que se emplea para generar la energía eléctrica.

Encontrará un auténtico saqueo a las finanzas nacionales con el pago de los contratos internacionales que despachan entre un 25 y un 50 por ciento por encima del precio internacional del energético.

Por eso no hay tarifa que les alcance. Porque en la opacidad de los contratos acaba por esconderse la ineficiencia y el robo descarado que se traslada por la ruta del incremento mensual a los recibos de luz.

Dirán, como lo hacen en los anuncios que cuentan también lo bueno, que el 99 por ciento de los usuarios pagan lo mismo desde hace muchos meses. Y puede que sea cierto, pero ahí está apenas el 20 por ciento del consumo de energía eléctrica.

El 80 por ciento se consume entre industrias, comercios y empresas de servicios a los que el costo de la luz amenaza con ponerlos fuera de la jugada.

Será un excelente debut el de la Cuarta Transformación si, al igual que en Pemex, se desactiva ese corto circuito del que saltan ya sobradas chispas de corrupción en la CFE.

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