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21 de agosto 2020

¡Que alguien me explique!

De El Innombrable a El Imputable

Sea casualidad o sea una estrategia intencionalmente definida, Carlos Salinas dejó de ser “El Innombrable” para Andrés Manuel López Obrador.

Por Ramón Alberto Garza

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“Mejor le hubiesen puesto Carlos Salinas de Gortari”

Entre risas la frase expresada por el presidente Andrés Manuel López Obrador resonó en el hangar donde se resguarda el Boeing 787-8, bajo el nombre de “José María Morelos y Pavón”.

Con el avión presidencial a sus espaldas, como perfecta escenografía, el mandatario lanzó su primer ataque directo, sin que mediara denuncia de por medio, contra el ex presidente Carlos Salinas.

“A lo mejor si le hubiesen puesto Agustín de Iturbide, Antonio López de Santa Anna, Porfirio Díaz o Carlos Salinas de Gortari, tendría más apego a la realidad”..

El presidente igualaba a Salinas con Iturbide, “el emperador”, con Santa Anna, el “vendepatrias” y con don Porfirio, “el dictador”. A ese nivel.

Hasta entonces el inquilino de Palacio Nacional se había cuidado de hacer sentir que buscaría un proceso judicial contra quien él mismo bautizó como “El Innombrable”.

Una y otra vez, el presidente López Obrador insistió -tanto en campaña como en su toma de posesión- que no iría por la venganza de quien consideraba el artífice del PRIAN, el concertador junto con la Maestra Elba Esther Gordillo de la gran alianza con Fox, con Calderón y Peña Nieto.

Pero la política de abrazos y no judicialazos, presumida una y otra vez hacia los ex presidentes – Salinas incluído- ya se canceló en los hechos.

El último episodio en la apertura de esa Caja de Pandora se dio con la judicialización del caso de Emilio Lozoya Austin, quien en su denuncia ante la Fiscalía General de la República involucró a tres ex presidentes: Enrique Peña Nieto, Felipe Calderón y -por primera vez- a Carlos Salinas de Gortari.

En la denuncia oficial, filtrada un día después de que también se filtraran otros videos del caso, Lozoya Austin cita por primera vez al ex presidente Salinas, bajo cuya gestión, su padre Emilio Lozoya Thalmann fue Secretario de Energía.

Esta es la primera denuncia que coloca a Salinas bajo acusación pública, presuntamente por buscar influir en Pemex para el otorgamiento de contratos para uno de sus hijos y algunos amigos.

Lozoya Austin denunció que Salinas cabildeó y presionó para que Pemex indemnizara con 15 millones de dólares a una empresa con la que Juan Cristóbal Salinas Occelli tenía relación.

El ex director de Pemex dice que se encontró en un evento presidencial a José Antonio González Anaya, concuño de Salinas y quien fue su sucesor al frente de la paraestatal a partir del 8 de febrero de 2016.

«Me dijo que ‘tuviera cuidado con su concuño Carlos Salinas de Gortari, ya que quien no ayudaba a sus hijos y socios los consideraba traidores’. Me sugirió irnos a cenar con él, porque de lo contrario me seguirían golpeando en medios de comunicación. Yo dije que ‘lo buscaría’, pero ignoré estas componendas».

Pero esta sería no la primera, sino la sexta Caja de Pandora que el gobierno de la Cuarta Transformación abre y que se pretende vincular directa o indirectamente al ex presidente Salinas.

La primera Caja de Pandora se abrió en mayo del 2019 con la detención de Alonso Ancira, el hombre a quien en 1991 –en pleno sexenio de Salinas- le fue asignada la privatización de Altos Hornos de México, una empresa que en los años del PAN en el gobierno se convertiría en una caja chica electoral del PRI.

La segunda Caja de Pandora se destapó en julio del 2019 con la detención de Juan Collado, abogado de Carlos Salinas, Enrique Peña Nieto y Carlos Romero Deschamps, entre otros. Collado espera sentencia en prisión, acusado de delincuencia organizada y operaciones con recursos de procedencia ilícita a través de Caja Libertad.

La tercera Caja de Pandora se abre en agosto del 2019, con la detención de la ex secretaria de Sedesol, Rosario Robles, acusada de desviar unos 400 millones de dólares a través de 128 empresas. Es la misma Rosario Robles que en marzo de 2004 negoció con Carlos Ahumada, su compañero sentimental, la entrega de videos en los que se exhibía a René Bejarano, hombre de las confianzas de López Obrador, recibiendo dinero en efectivo para su campaña. Carlos Salinas y Diego Fernández de Ceballos fueron señalados entonces como los estrategas que destaparon el llamado videoescándalo del “Señor de las Ligas”.

La cuarta Caja de Pandora se destapó en octubre del 2019, con la renuncia de Carlos Romero Deschamps. El líder petrolero se instaló como el jefe máximo de los trabajadores petroleros en julio de 1993, justo en el sexenio de Carlos Salinas. Se le vinculaba también con el abogado Juan Collado, con quien comía en el restaurante Morton’s de la Ciudad de México cuando detuvieron a su amigo y también abogado.

La quinta Caja de Pandora se abrió en enero del 2020, con la intempestiva renuncia de Eduardo Medina Mora como Ministro de la Suprema Corte. Medina Mora fue director del CISEN y de Seguridad Pública con Fox y Procurador de la República con Calderón. Se le vinculaba como hombre del círculo cercano a Salinas en la Suprema Corte.

Sea casualidad o sea una estrategia intencionalmente definida, Carlos Salinas dejó de ser “El Innombrable” para Andrés Manuel López Obrador.

Ahora el nombre del ex presidente aparece una y otra vez en la denuncia del ex director de Pemex, que lo coloca en la antesala de convertirse en “El Imputable”.

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