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¡Que alguien me explique!

El (otro) error de diciembre

No pudo salirse con la suya el presidente Andrés Manuel López Obrador. Su iniciativa de Reforma Electoral que incluía golpes mortales al Instituto Nacional Electoral fue bloqueada por la Oposición, con algunos morenistas incluidos

Por Ramón Alberto Garza

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No pudo salirse con la suya el presidente Andrés Manuel López Obrador. Su iniciativa de Reforma Electoral que incluía golpes mortales al Instituto Nacional Electoral fue bloqueada por la Oposición, con algunos morenistas incluidos.

De los 330 votos que se esperarían de Morena y sus aliados solo lograron 269. La oposición logró 225 y se dio una abstención y cinco ausencias. No pasó. El PRI cumplió su promesa y rechazó la intentona. Otro corto circuito como el de la frenada Reforma Eléctrica.

Pero ya conocen al beisbolero inquilino de Palacio Nacional, nunca pierde. Y si le cantan el tercer strike buscará que se lo pasen como base por bolas o intentará convertirlo en un hit and run.

Por eso, apenas se enteró de que su propuesta original de Reforma Electoral no prosperó y sin esperar un día envió su Plan B, el que le permite ejecutar severos recortes presupuestales que incluyen despidos por reingeniería administrativa y la reducción de los organismos electorales locales.

Un absurdo pensar que las elecciones de cada municipio, de cada estado y de todo el país puedan ser operadas, todas, por un organismo desde la Ciudad de México. Eso no es democrático. Es autoritario y centralista.

Como absurdo también es el intento de limarle los dientes al árbitro y al tribunal electoral para que sean incapaces de sancionar alguna candidatura que no cumpla con las exigencias de ley o no puedan disponer de su autoridad para aplicar multas y penalidades a candidatos o partidos que violenten lo expresamente prohibido.

Más que una propuesta de avanzada, el Plan B lopezobradorista suena a una vendetta personal. Y muy en particular contra los consejeros Lorenzo Córdova -Presidente del INE- y Ciro Murayama, a quienes el inquilino de Palacio Nacional les tiene particular odio.

Y es que, desde el momento en que el presidente López Obrador planteó su embestida contra el INE, lo que siempre salió a flote fue el trauma del presunto robo de la elección presidencial de 2006, en la que a Felipe Calderón se le adjudicó el triunfo por apenas 256 mil votos.

Y a pesar de que la operación del INE en 2018 fue impecable y reconoció sin demoras la victoria del candidato de Morena, la herida de doce años antes no había sanado. Era cuestión de tiempo para que, como presidente, López Obrador buscara publicarle al Instituto su esquela.

Pero los efectos de la megamarcha espontánea del 13 de noviembre calaron hondo en el ego presidencial, que anticipó el rechazo a su propuesta original, echándole a perder el festejo de su cumpleaños 69.

Y, aunque vino la contraofensiva, financiada con dinero público en la llamada Marcha del Acarreo, de nada sirvió porque incluso algunos de los aliados de Morena -31 para ser exactos- dieron la espalda a la iniciativa presidencial y fueron cruciales para detener la intentona.

Vamos a esperar en qué patíbulo de la Cuarta Transformación serán fusilados los “traidores” que le dieron la espalda a la propuesta presidencial.

Pero, mientras tanto, las fuerzas que lograron detener la intentona de Reforma Electoral  se reagrupaban anoche detrás de su victoria para buscar frenar también el Plan B que solo exige de mayoría simple. Con 251 lo sacarán adelante.

Sin embargo, la Oposición no se quedará cruzada de brazos y ya prepara su ofensiva a través de una denuncia ante la Suprema Corte.

Hasta hoy solo podemos decir que, el capricho presidencial de sacar a pasear sus odios, ubicó a la iniciativa electoral rechazada como un nuevo error de diciembre.

Por lo pronto, acumulemos paciencia para testificar una disputa larga, no solo en el terreno legislativo, sino también en el judicial.

Y prepárense, porque el inquilino de Palacio Nacional hará lo que sea en su obsesión de adueñarse del silbato del árbitro para pitar el crucial partido del 2024.

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