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¡Que alguien me explique!

Defender al Chapo

Yo quiero entender por qué el presidente Andrés Manuel López Obrador sale a defender públicamente a Joaquín “El Chapo” Guzmán…y no sale con la misma pasión a defender al resto de los mexicanos.

Por Ramón Alberto Garza

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Yo quiero entender por qué el presidente Andrés Manuel López Obrador sale a defender públicamente a Joaquín “El Chapo” Guzmán….

Y no sale con la misma pasión a defender a los pequeños y medianos empresarios, que sin traficar un gramo de droga ni poner en riesgo la vida de millones de mexicanos, están urgidos de que se les trate con respeto y se les tienda una mano desde el gobierno de la Cuarta Transformación.

Yo quiero entender por qué el presidente Andres Manuel López Obrador se da el tiempo para bajar de su camioneta a saludar en su territorio –en Badiraguato- a la madre del Chapo Guzmán…

Y no tiene esa misma empatía para salir de Palacio Nacional para atender los reclamos de los padres que buscan medicinas para el cáncer de sus hijos, o a las mujeres que luchan contra los feminicidios o a los gobernadores que en todo este año de pandemia apenas sostuvieron una reunión con el jefe de la Nación.

Yo quiero entender por qué el presidente Andrés Manuel López Obrador acepta que fue él quien dio la orden para dejar en libertad a Ovidio Guzmán López, el hijo del Chapo, cuando fue capturado por el Ejército en Sinaloa…

Y no le otorga esa misma generosidad a otros presuntos delincuentes menos peligrosos, algunos de cuello blanco, detenidos para investigación y que tienen más de un año sin que se les dicte sentencia de culpabilidad o inocencia.

Yo quiero entender por qué el presidente Andrés Manuel López Obrador muestra tanta empatía con una sola familia, la del capo más buscado del mundo, el que se fugó dos veces de penales de alta seguridad en México y el que pactó con el gobierno panista de Felipe Calderón el baño de sangre con el que se le limpió el territorio de sus enemigos Zetas y Golfos.

Y no se ve ese mismo gesto de equidad con las familias de otros capos, como -por ejemplo- la de Nemesio Oceguera, alias El Mencho, jefe de Jalisco Nueva Generación, y cuyo hijo Rubén –alias “El Menchito”- no tuvo la suerte de que lo dejaran libre cuando fue capturado y extraditado para enfentrar su juicio en los Estado Unidos.

Los mexicanos no alcanzamos a entender la lógica de que el inquilino de Palacio Nacional haya salido a lamentarse que a Joaquín Guzmán Loera se le apode “El Chapo” y que incluso se le pida una disculpa…

“Se llegó a decir que de El Chapo estaba entre –no me gusta llamarlo así, ofrezco disculpas- estaba entre los hombres mas ricos del mundo. Yo dije en su momento que no. No, no. Hablando en términos de beisbol, jugaba cuando mucho en triple A”.

La referencia presidencial sobre la fortuna del capo era a las listas de la revista Forbes, en la que durante años Joaquín “El Chapo” Guzmán fue incluido como uno de los hombres mas ricos del mundo.

Su fortuna –de acuerdo a Forbes- fue calculada en 14 mil millones de dólares y la habría acumulado entre 1989 y 2014.

Pero si el presidente López Obrador no le cree a Forbes, sí existen otros datos.

De acuerdo a informes del gobierno norteamericano que reclama la fortuna del capo mexicano, las estimaciones de lo que se le podría incautar alcanzan los 12 mil 700 millones de dólares.

Bajo esas cifras aportadas por la fiscalía de los Estados Unidos, Guzmán Loera sería el tercer hombre más rico de México, solo superado por Carlos Slim y Germán Larrea.

Si esas cifras son ciertas, si la mitad o la cuarta parte son recuperables, los miles de millones de dólares de ganancias de el señor Guzmán Loera para nada calificarían como Triple A. ¡Son de Ligas Mayores!.

Es curioso lo viral que se hizo aquella frase pronunciada por el presidente Enrique Peña Nieto cuando en la inauguración de la “Cruzada Contra el Hambre” le dijo a la enntonces Secretaria de Desarrollo Social aquel famoso “¡No te preocupes, Rosario!”

Rosario Robles debió preocuparse entonces. No lo hizo y fue detenida, acusada de omisión en su gestión y desde hace 13 meses privada de su libertad esperando su juicio por la llamada Estafa Maestra.

Hoy, el ¡No te preocupes…! se extiende lo mismo a López Gatell por su mal manejo de la pandemia, que a Bartlett y familia por sus inexpurgables negocios inmobiliarios o al hermano Pío por no ser discreto con el manejo de efectivo.

El ¡No te preocupes! apilica también a la corrupción de Emilio Lozoya a su paso por Pemex, pero no por la cárcel; o a las acusaciones -por comprobar- al general Cienfuegos detenido en Estados Unidos, no de México.

Y por supuesto que en el ¡Usted perdone! van incluidas las disculpas y la despreocupación presidencial para el señor Guzmán Loera. El vocablo del Chapo ya está proscrito. No lo entiendo. Y les juro que lo quiero entender.

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