¿Cuánto falta para la elección?

27 de abril 2024

8 de junio 2021

¡Que alguien me explique!

¿De verdad está feliz, feliz, feliz?

Cinco estrellas en el firmamento político de Morena, de esas que se decía harían historia en el gobierno de la Cuarta Transformación rumbo al 2024, quedaron sepultadas por la elección del pasado lunes 6 de junio

Por Ramón Alberto Garza

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Cinco estrellas en el firmamento político de Morena, de esas que se decía harían historia en el gobierno de la Cuarta Transformación rumbo al 2024, quedaron sepultadas por la elección del pasado lunes 6 de junio.

La jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, perdió cinco alcaldías. Se redujo de 11 a 6, mientras que la alianza PRI-PAN-PRD gobernará en 9 alcaldías. Tres más que Morena.

Un descalabro político inédito y alimentado por el censurable silencio sobre la tragedia de la Línea 12.

La morenista Dolores Padierna, esposa de René Bejarano -el Señor de las Ligas- también fue incapaz de ganar la alcaldía de Cuauhtémoc.

Ni el morenista jalisciense Carlos Lomelí, el Señor de los Fármacos, pudo ganarle a Movimiento Ciudadano la alcaldía de Guadalajara.

Ni qué decir del Señor de los Sombreros, el carbonífero Armando Guadiana, a quien se le esfumó el sueño de gobernar la ciudad de Saltillo.

O al carismático Antonio Attolini, aquel líder del movimiento #YoSoy132, quien jugando bajo las siglas de Morena fue incapaz de ganar una diputación federal en Torreón.

Por eso decimos que el presidente Andrés Manuel López Obrador fue optimista en su mañanera de ayer lunes, el día después de las elecciones, diciendo que estaba feliz, feliz, feliz.

“Si a eso se añade el resultado que va a favorecer el que continúe la transformación de México se pueden imaginar cómo estoy: feliz, feliz, feliz…”.

Peor aún, negó lo que sucedió un día antes, cuando se le cuestionó sobre las derrotas en la ciudad capital y en un penoso lapsus realitatis, negó lo que pasó.

Pregunta de reportero: Estas pérdidas no las lee como un castigo por el manejo de la pandemia, el manejo de la economía, la tragedia del Metro. Andrés: Empezando porque no se perdieron… no, no…”. Los hechos dictan lo contrario.

Innecesaria negación de la realidad, cuando el líder de la Cuarta Transformación sí puede presumir dos victorias en las elecciones intermedias del sexenio, que suelen ser como un referéndum a mitad del camino.

La primera, que su partido Morena no perdió la mayoría simple, sumando a sus aliados del Partido Verde y del Partido del Trabajo.

Pero no logró la mayoría calificada que le permitiría promover los grandes cambios constitucionales.

Pero hay que reconocer como un logro político el que haya roto el maleficio impuesto desde los sexenios de Zedillo, Fox, Calderón y Peña Nieto, que condenaba al partido en el poder a renunciar a la mayoría, aunque fuera simple, en la Cámara de Diputados.

La segunda, que de 7 estados que Morena gobernaba desde la elección del 2018, pasó a 17. Ganó 10. Un crecimiento digno de presumirse.

Morena le quitó al PRI a Sonora, Sinaloa, Guerrero, Colima, Tlaxcala, Campeche y Zacatecas. Al PAN le arrebató Nayarit, y Baja California Sur y al PRD le ganó en Michoacán.

Movimiento Ciudadano ganó Nuevo León, que se suma a Jalisco para hacer el eje opositor presidencial rumbo al 2024.

El PRI perdió 8 de las 12 gubernaturas que tenía y el PAN se reduce de 10 a 8. El Partido Verde se queda con San Luis Potosí.

Pero a partir de esas buenas noticias, a Morena no le va nada bien en el recuento de los daños electorales, más allá de perder las grandes figuras que quedaron injugables para el 2024.

En la Cámara de Diputados, Morena redujo su fuerza en 50 curules, al ganar solo 203 contra 253 en el 2018. Y ya con sus aliados del PT y del Verde, lo que hace tres años le dio 334 curules se redujo en 2021 a 279. Es decir, 55 menos asientos para el bloque.

El gran ganador fue el Partido Verde, que pasa de 11 a 44 diputados, lo que lo coloca en una ventajosa posición negociadora frente a Morena y al PT.

Un Partido Verde puesto al servicio del mejor postor. Baste recordar que, en el 2000, ese partido abandonó su apoyo al PRI del candidato Francisco Labastida y se alió al PAN, lo que le dio el triunfo a Vicente Fox.

Sin el voto verde, la transición no se habría dado. Pero el PRI volvió a recomprarlo y así hasta aliarse en 2018 con Morena.

Y pueden apostar a que subirá el precio de esa alianza. Ya lo asomó ayer lunes el senador verde, Manuel Velasco, al cuestionar si vale la pena continuar con Morena. “Tendríamos que hacer una valoración”.

Pero sin duda, la mayor crisis se da en la Ciudad de México, en donde la alianza PRI-PAN-PRD le arrebata a Morena las alcaldías de Álvaro Obregón, Azcapotzalco, Cuauhtémoc, Magdalena Contreras y Tlalpan.

Y ni qué decir del congreso local de la Ciudad de México, en donde el dominio de Morena en 31 de 33 distritos que ganó en 2018 apenas le alcanzará ahora para 19 o 20. La Oposición crecerá, de dos distritos que ganó en 2018, a 14 en 2021.

Por eso, las palabras optimistas del presidente López Obrador en la primera mañanera post-elecciones, no correspondían a su lenguaje corporal que lo decía todo, menos que era “feliz, feliz, feliz”.

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