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11 de julio 2023

Seguridad

Crisis en Chilpancingo: el crimen organizado cita a la alcaldesa a un “segundo desayuno”

La crisis en Chilpancingo deriva de la exigencia de que sean liberados dos líderes criminales que el jueves fueron detenidos por la Fiscalía General de la República en posesión de droga y cartuchos AK-47

Por Redacción Magenta

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El espiral de violencia en Chilpancingo, la capital de Guerrero, ha dejado seis muertos, decenas de heridos, destrozos generalizados, la toma del Palacio de Gobierno, el secuestro de elementos de la Guardia Nacional y de funcionarios públicos, así como la captura de un vehículo blindado de la policía estatal.

La crisis deriva de la exigencia de que sean liberados dos líderes criminales que el jueves fueron detenidos por la Fiscalía General de la República en posesión de droga y cartuchos AK-47.

De manera paralela han aparecido mantas con un mensaje: la solicitud del grupo criminal de “Los Ardillos” de sostener una segunda reunión con la alcaldesa de Chilpancingo, Norma Otilia Hernández.

El manejo de la situación ha estado marcado por la condescendencia y por la exhibición de falta de capacidad estatal. El gobierno del estado, que preside la morenista Evelyn Salgado, mantiene la postura de la “no represión”. Mientras tanto, el gobierno federal negocia la liberación de funcionarios públicos secuestrados.

El control de la capital del estado no se explica por una disputa de fuerzas políticas, sino de fuerzas criminales. De acuerdo a un reporte del periódico El País, Chilpancingo es la arena de un enfrentamiento constante entre los grupos criminales Los Ardillos, La Nueva Familia Michoacana, Los Tlacos y una facción del Cártel Jalisco Nueva Generación.

Los poderes establecidos reconocen la necesidad de negociar con estas organizaciones criminales. “Diálogo no es pacto”, dijo célebremente Norma Otilia Hernández para defender el desayuno que sostuvo con un presunto líder de Los Ardillos.

En Guerrero, un foco rojo de gobernabilidad en México, la influencia del crimen organizado trasciende al tráfico de drogas. Las facciones criminales están compenetradas con el tejido social y el aparato político, con los sindicatos de taxistas y de transportistas, así como de comerciantes locales. El contexto completo de la situación en Chilpancingo se puede consultar aquí (dar click).

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