Apagón en alta mar

¿Existe algún sector en el que el gobierno de la Cuarta Transformación pueda presumir que mejoró, en comparación con los sexenios anteriores? Difícil de encontrar. Solo la recaudación fiscal.

El sistema educativo está hundido en una supina mediocridad, aderezada con una peligrosa carga ideológica que busca dogmatizar la enseñanza básica hacia la izquierda.

El sistema de salud, salvo honrosas excepciones dentro del Seguro Social, naufraga sin que el INSABI pueda demostrar todavía ser mejor que el Seguro Popular. El desabasto de medicamentos sigue siendo criminal.

Las aduanas y los puertos se convirtieron en las peores guaridas de forajidos fiscales que saquean sus arcas y dejan pasar contrabando y precursores para fabricar el mortal fentanilo. Y como en todas las crisis de este gobierno, los militares y marinos al rescate, como si eso fuera un seguro automático a la eficiencia. Mentira.

Pemex y la CFE haciendo olas entre unos crecimientos de producciones que prometieron y no cumplieron y el apilamiento de una deuda heredada que crece y las coloca en la antesala de lo inviable.

Y el campo -aquel de primero los pobres- saqueado por los compinches tabasqueños del presidente Andrés Manuel López Obrador, que hicieron de Segalmex una copia más corrupta de la aberrante Conasupo.

Pues, ahora, la última novedad es que el gobierno de la Cuarta Transformación dejó a ciegas y sin oídos a Conapesca, al quedar desactivado el sistema nacional de monitoreo de barcos pesqueros y pangas que permite rastrear satelitalmente cada embarcación y, al mismo tiempo, a cada una tener la posibilidad de comunicarse en casos de emergencia.

Ahí tienen que, para alejar a los modernos piratas de la pesca ilegal o a quienes usan los 11 mil kilómetros de litorales mexicanos para introducir droga de Sudamérica o contrabando de cualquier parte del mundo – en particular de China-, se tenía en operación el Sistema Satelital de Embarcaciones Pesqueras; y esta red de monitoreo igualmente tenía un espejo en los centros de control SEMAR para tales fines.

Desde hace 18 años -en 2004- la corporación Astrum Satelital venía cumpliendo con la prestación del servicio a más de 2,000 barcos de pesca comercial y 164 pangas.

Octavio Almada Palafox tomó el cargo de Comisionado de la Conapesca en abril de 2021. Sin experiencia en el sector, con el solo mérito de haber nacido en el municipio pesquero de Huatabampo, en Sonora, su carrera es como Psicólogo Deportivo y jamás ejerció posición alguna en el ámbito pesquero. Su mayor logro: ser de los jóvenes que se unieron a la Ayudantía del presidente López Obrador.

Y como otros tantos “corre, ve y dile” presidenciales, fue recompensado con esa estratégica posición, sirviendo como plataforma para sus intereses políticos en el estado de Sonora. Y entre las primeras acciones que hizo fue la de convocar a una licitación “internacional” del sistema satelital que rastrea los barcos que navegan en aguas mexicanas.

Bajo el número 00810000-E61-2022 con un atinado tiempo de publicación para las fiestas decembrinas, se diseñó este concurso a modo para que un solo proveedor pudiera cumplir con los múltiples requisitos que se solicitaron en las bases: Seguritech, la empresa de tecnología de Ariel Picker que carga un largo historial de contratos multimillonarios con sobreprecios, pero también de incumplimientos durante el sexenio de Felipe Calderón, esto sin dejar de mencionar la eliminación de requisitos indispensables, como la realización de pruebas técnicas a los equipos que se instalarán en los barcos.

Podrían decir que Seguritech cotizó más bajo que la empresa que, sin conflicto alguno, venía dando el servicio desde hacía 18 años. Pero ni eso. Astrum Satelital cotizó 96 millones de pesos, mientras que Seguritech se fue hasta 111 millones de pesos, por los mismos 22 meses que le faltan al actual gobierno.

El conflicto radica en que, vencido el contrato con Astrum Satelital, su monitoreo dejó de operar el 30 de enero. Y hasta ahora -todo febrero y lo que va de marzo- las más de 2,000 embarcaciones pesqueras mayores y 164 pangas que navegan en aguas mexicanas no pueden ser rastreadas, así como tampoco la SEMAR, con su sistema espejo, les puede brindar apoyo ante cualquier emergencia en alta mar. Y, por lo que se especifica en el nuevo contrato, tardará meses en regularizarse, si es que lo pueden hacer.

Si el servicio funcionó durante tanto tiempo, si aún en la nueva licitación hubo una cotización más económica, si el nuevo proveedor no tiene el equipo para entrar en operación de inmediato, ¿para qué exponer la integridad de 200 mil pescadores que surcan las aguas mexicanas?

El conflicto se eleva cuando México está en alerta por la entrada de pescadores piratas de otras naciones, a las playas de Tamaulipas, invadiendo las de Texas. También por los saqueos de especies en las playas de Baja Norte, donde peligra la vaquita marina o las de Baja Sur, donde se extingue la tortuga caguama.

El sistema será regularizado -si el nuevo proveedor cumple- hasta julio, tiempo en el cual sobrarán las actividades de pesca en zonas prohibidas, narcotraficantes que usen a sus anchas las aguas mexicanas para introducir la droga que enviarán a Estados Unidos o las embarcaciones de China que podrán introducir, no solo su contrabando, sino toneladas de precursores para fabricar fentanilo.

Esto sin dejar de mencionar el incumplimiento a los acuerdos internacionales que obligan a México a tener un sistema de monitoreo para la comercialización de los productos mexicanos en los mercados foráneos, como el de Estados Unidos, o a la información que se comparte con el Gobierno Francés sobre las actividades de pesca realizadas, respetando las zonas de las Clipperton. Un problema que no solamente impactará al Gobierno Mexicano, sino también a los cientos de productores que no podrán exportar sus productos.

Nada diferente a lo que sucedió con otros sectores en donde desmantelaron el pasado, que operaba y daba resultados, para colocar al del proveedor favorito, al del licitado a modo, con pobres o nulos resultados.

Por lo pronto México tiene un apagón en alta mar. Nadie puede decir hoy dónde están los barcos que navegan en aguas mexicanas. Estamos a ciegas en medio de las guerras por conservar especies, detener el contrabando y la batalla contra el fentanilo. ¿Será la puerta para un nuevo conflicto con los Estados Unidos? ¿Qué dice de esto el Psicólogo Deportivo?