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1 de marzo 2023

Economía

AMLO, Tesla y el Nearshoring

La decisión de Tesla de invertir 10 mil mdd en el país representa la prueba más evidente de un fenómeno que podría hacer de México una potencia de manufactura y un elemento fundamental de la región más competitiva del mundo: el nearshoring

Por Rodrigo Carbajal

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Hablemos de nearshoring y de por qué México, y específicamente Nuevo León, están frente a la mayor oportunidad de desarrollo económico desde que entró en vigor el Tratado de Libre Comercio de América del Norte en 1994.

La decisión de Tesla de invertir 10 mil millones de dólares en el país representa la prueba más evidente de un fenómeno que podría hacer de México una potencia de manufactura y un elemento fundamental de la región más competitiva del mundo.

Gui Paiva, estratega en jefe de renta variable para América Latina de Morgan Stanley, lo explica de esta manera:

“En México, durante cuatro años batallamos para conseguir una perspectiva estructural positiva debido al enfoque estatista del gobierno en los sectores clave de la economía: la electricidad y la energía.

“Sin embargo, ahora somos optimistas y creemos que el crecimiento económico podría ser mayor a lo esperado para el periodo de 2024 al 2030”.

Por razones de corrección política, Paiva omite el nombre del principal obstáculo para capitalizar esta oportunidad histórica: Andrés Manuel López Obrador.

La inversión de Tesla en México estuvo a punto de perderse. Un análisis de Reuters que utiliza la opinión de abogados de Holland & Knight y de Hogan Lovells argumenta que este episodio ilustra las dificultades que enfrentará el fenómeno del nearshoring en México. Abro comillas:

“Tesla va a depender del gobierno federal para acceder a la disminuida oferta de energía de México y va a enfrentar dificultades para conseguir poder de fuentes renovables”.

“Esto coloca a la compañía basada en Austin, y a todos los inversionistas que pretenden construir plantas en México, en manos de las fuerzas políticas dictadas por López Obrador”. Cierro comillas.

La política energética de la 4T representa el principal reto para la capitalización del nearshoring. A través de acciones ejecutivas, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha desmantelado las reformas estructurales en materia de competencia para privilegiar el poder de mercado de los monopolios estatales, Pemex y CFE.

Esto representa uno de los principales puntos de tensión en la relación bilateral México-Estados Unidos. La Oficina del Representante Comercial de Washington (USTR, por sus siglas en inglés) está a punto de llevar la política energética mexicana a un panel de controversia del T-MEC que podría costarle más de 30 mil millones de dólares en sanciones arancelarias.

Antonio del Valle, del grupo empresarial Kaluz y ex presidente del Consejo Mexicano de Negocios, le dijo a la columnista del Wall Street Journal, Mary Anastasia O’Grady, que México podría recibir 70 mil millones de dólares al año en inversión extranjera directa si el país implementara las políticas correctas.

El año pasado, México registró una inversión extranjera directa de apenas 28.4 mil millones de dólares, de acuerdo a datos de la Secretaría de Economía que descuentan en el cálculo la fusión de Televisa-Univisión y la reestructuración de Aeroméxico.

El potencial de crecimiento es enorme. Una encuesta de la firma de software Capterra encontró que el 88 por ciento de los pequeños y medianos negocios de Estados Unidos están buscando relocalizar sus cadenas de suministro hacia América del Norte. Un estudio de Grupo Bursátil Mexicano calcula que por cada 5 por ciento de las exportaciones que México reemplaza de Asia, el Producto Interno Bruto crecerá dos por ciento adicional.

México tiene espacio para la expansión. De acuerdo a datos de CBRE Research citados por Whitepaper, el inventario del mercado industrial de México es de 57.4 millones de metros cuadrados, una fracción del inventario de las principales ciudades de Estados Unidos como Los Ángeles, con 93.7 millones de metros cuadrados, o Dallas, con 84.5 millones de metros cuadrados. Javier Llaca, director de operaciones y adquisiciones de Fibra Monterrey, le dijo a Whitepaper que este mercado podría crecer a tasas anuales de entre 8 por ciento y 12 por ciento en los próximos cinco años. Como perspectiva, el Fondo Monetario Internacional espera que la economía mexicana se expanda 1.7 por ciento en 2023 y 1.6 por ciento en 2024.

El verdadero ‘Mexican Moment’ es el boom manufacturero vinculado al nearshoring. El sector exportador de México creció 7 por ciento entre 2019 y 2021, un indicador temprano de lo que podría esperarse en el futuro cercano. Esto significa el dato más alto de la última década y el doble que la tasa anual de crecimiento económico. 

Sin embargo, México está creciendo no gracias a la política económica de Andrés Manuel López Obrador, sino a pesar de ella. Mary Anastasia O’Grady escribió esta semana en The Wall Street Journal que el país no está capitalizando, en términos de valor agregado, sus ventajas comparativas de geografía, demografía, costo de mano de obra y relativa estabilidad política. El Producto Interno Bruto ha alcanzado apenas este último trimestre un nivel cercano al que tenía previo a la pandemia.

El obstáculo se llama Andrés Manuel López Obrador, un presidente que rompió con la tradición impuesta desde el sexenio de Carlos Salinas de Gortari de que las decisiones relevantes de política económica se tomaban en el gabinete especializado, no en la Oficina de la Presidencia en Los Pinos.

La mano del presidente se ha dejado sentir en la economía mexicana. El pecado original de su sexenio, la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, se tomó en contra del consejo de su entonces asesor, Alfonso Romo, y de quien sería el secretario de Hacienda, Carlos Urzúa. Los indicadores económicos son claros respecto a las consecuencias que tuvo la cancelación del NAIM en el sector de la construcción y en el sentimiento de inversión.

La cancelación de la inversión de Tesla pudo haber sido el segundo pecado económico del sexenio. El caso exhibe un estilo personal de gobernar en el que todos los negocios e inversiones de alto perfil en el país tienen que ser revisados personalmente por el presidente López Obrador.

El proceso de venta de Citibanamex es sintomático de esta política. Una fuente del corporativo Citi acudió al Financial Times para denunciar la injerencia estatal en la subasta. En Nueva York creen que si hubieran vendido antes su unidad mexicana, habrían recibido hasta el doble de la oferta de menos de 10 mil millones de dólares que está haciendo Grupo México de Germán Larrea.

Para Wall Street, el 2024 representa la luz al final del túnel en términos de los beneficios que puede traer a México el nearshoring. Gui Paiva, de Morgan Stanley, lo pone de esta manera:

“Habrá elecciones presidenciales a mediados de 2024 y creemos que un nuevo gobierno asumirá un enfoque menos estatista en los sectores claves de energía y electricidad, lo que finalmente ayudaría a impulsar la confianza del sector privado para invertir. Vemos a México como un potencial ganador de las tendencias de manufactura y nearshoring”.

El mercado entiende la realidad política mexicana. Los números señalan que el escenario más probable implica que Morena retendrá la Presidencia en 2024. La más reciente encuesta de Enkoll-El País coloca al partido en el poder con una preferencia electoral bruta de 54 por ciento, contra 22 por ciento del PAN, 13 por ciento del PRI y 6 por ciento de Movimiento Ciudadano.

El verdadero debate está en el proceso interno de Morena. Las preguntas relevantes tienen que ver con las posturas de la política económica y, sobre todo, con quienes se perfilan como asesores en la materia de Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard, Adán Augusto López y Ricardo Monreal.

México está en un punto de quiebre. El país tiene la oportunidad de capitalizar dos fenómenos únicos en una generación: el nearshoring y las reformas estructurales aprobadas en el sexenio de Enrique Peña Nieto en materia de competencia y de energía. El gobierno de López Obrador ha desmantelado la implementación de las reformas mediante acciones ejecutivas, pero el texto constitucional sigue vigente.

La gran pregunta es ¿cuál es la postura real de los aspirantes presidenciales de Morena respecto a esta coyuntura? En juego está el futuro económico de México.

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