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¡Que alguien me explique!

Yo te lo juro que yo no fui…

Ebrard anunció que el Comité Central de Obras de la Línea 12 está integrado por 30 funcionarios y expertos, y un Subcomité Técnico constituido por 74 expertos. ¿Alguien asumirá la responsabilidad?

Por Ramón Alberto Garza

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Mala soldadura en los pernos Nelson….

Porosidad y falta de fusión en la unión perno-trabe…

Falta de pernos Nelson en las trabes que conforman el conjunto del puente…

Diferentes tipos de concreto en la tableta…

Soldaduras no concluidas o mal ejecutadas…

Supervisión y control dimensional en soldaduras de filete…

Roturas en las almas de las trabes T-1 y T-7…

Deformación en las vigas y fracturas en los elementos de los sistemas de contraventeo…

Desplazamiento de las trabes…

Estas son solo algunas de las severas fallas que la empresa Det Norske Veritas o DNV reveló ayer al dar a conocer su peritaje preliminar sobre la tragedia de la Línea 12 del Metro de la Ciudad de México.

Dicen que es preliminar, porque vendrán dos más. Uno en julio y otro en agosto, por lo que la agonía de saber quién o quiénes fueron los responsables de la tragedia se prolongará por 60 días más.

El juego es patear el bote, en cómodas mensualidades, que se enfríe más el tema, que el pueblo bueno y sabio olvide y deje de reclamar justicia.

A decir verdad, la mayoría de las fallas reportadas por DNV ya eran conocidas desde que en 2014 quedaron al descubierto los desperfectos con los que se entregó la obra, entonces, con menos de dos años de inaugurada.

Tanto que hace siete años fue cerrada esa Línea 12 durante un año, para reparar el rosario de desperfectos, en un debate que confrontó al gobierno capitalino con los consorcios constructores.

Hoy nos dicen que el nuevo peritaje busca responder cuatro preguntas. La verdad, las respuestas no tienen mucha ciencia, y ya fueron respondidas en el peritaje anterior.

I.- ¿El diseño ha sido apropiado para el sistema de la Línea 12?

Por supuesto que no, tanto que le cambiaron sobre la marcha el sistema de rodamiento neumático por el de rodamiento de acero, sin modificar ni rieles ni peraltes.

II.- ¿Cumplieron los materiales de construcción con lo requerido por el diseño?

Por supuesto que no, tanto que la mala calidad de los pernos, las soldaduras, los vaciados de concreto y las trabes fueron la causa combinada del colapso que costó 26 vidas.

III.- ¿Cumplió la ejecución de la construcción con lo requerido por el diseño?

Por supuesto que no, que le pregunten al consorcio constructor que levantó ese tramo -integrado por Grupo Carso y por ICA- quien fue el que decidió modificar las especificaciones originales para lograr ahorros sustanciales. Lo barato salió caro.

IV.- “Otros factores posiblemente contribuyentes, tales como operación, reparaciones y rehabilitaciones…”.

Y aquí, en esta cuarta pregunta, es con la que buscarán repartir las culpas del pecado original cometido por la dupla Marcelo Ebrard y Mario Delgado, con Miguel Mancera y Claudia Sheinbaum, sus sucesores en el gobierno de la Ciudad de México.

El equipo de Ebrard jamás aceptará que ellos fueron los que sobre las rodillas cambiaron la compra de los trenes para beneficiar a la española CAF.

Y que, con la firma de Mario Delgado, entonces secretario de Finanzas del gobierno capitalino y hoy presidente de Morena, el cambio de ese contrato acabó costando tres veces más de lo que se proyectó el original. Serían 500 millones de dólares y se elevó a mil 500 millones de dólares.

Tampoco aceptarán que fueron ellos los que urgieron a que la obra, que llevaba retraso, fuera acelerada, porque querían dejarla inaugurada antes de que el ahora canciller dejara el gobierno de la Ciudad de México.

Y ese “yo te lo juro que yo no fui” quedó de manifiesto en la carta que por Twitter circuló Ebrard y en la que dijo que debe hacerse una indagatoria, que revise todo el proceso de toma de decisiones en el diseño, trazo, supervisión y mantenimiento de la obra.

Ebrard dice que todo fue tomado bajo criterios de eficiencia y conveniencia técnica, de manera colegiada. Entonces, ¿por qué se colapsó? ¿Por qué debieron parar toda la Línea 12 en 2014, durante más de un año para repararla, obligada por un peritaje de entonces?

Y confirmamos que, en México, frente a un drama o una tragedia para encontrar responsables, acabamos por instalar un comité.

Ebrard anunció que el Comité Central de Obras de la Línea 12 está integrado por 30 funcionarios y expertos, y un Subcomité Técnico constituido por 74 expertos. ¿Alguien asumirá la responsabilidad?

Y por si hacía falta con quién diluir la responsabilidad, Ebrard involucró también en su carta-tuitazo a la UNAM, al Politécnico y el Colegio de Ingenieros Civiles de México.

Es decir, todos podrían ser culpables, menos yo. Lo que se tiene que hacer para salvar cara e intentar sobrevivir en la lista de los presidenciables 2024.

Aferrarse al “yo te lo juro que yo no fui”. Eso sí que es una tragedia.

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